Más de 5.000 personas, según la policía, y alrededor de 10.000, según los sindicatos, se manifestaron este lunes en Bruselas para pedir a las autoridades...
- 19/05/2009 02:00
- 19/05/2009 02:00
La primera dama, Vivian de Torrijos, ha sido la cara amable del gobierno de su esposo, Martín Torrijos. Glamourosa, elegante, recia y con una fuerza que a algunos llega a agredir, “la ficha” como ella misma se llamaba aludiendo a que era capaz de desempeñarse en cualquier cargo que la pusieran, buscó siempre sobresalir en un papel que otras han desempeñado con gran modestia. Aunque las primeras damas no tienen un escenario definido en la Constitución, la forma protagónica como Vivian asumió su rol la mantuvo siempre en primera plana. La cercanía del final del mandato de su esposo resultaba una excusa perfecta para hablar con ella y hacer un balance de lo que representaron para su vida y la de su marido estos años en el Palacio de las Garzas. Pero las cosas no salieron como se esperaba. Después de unos cuantos minutos de entrevista, cuando las preguntas llegaron a la arena política y, al parecer, tocaron su fibra íntima, la primera dama exigió que se apagara la grabadora y dio por terminada una entrevista que había empezado en tono amable. Cuando llegamos al mediodía a su despacho, detrás del Palacio, nos recibió con un “pasen adelante.. las voy a atender en esta parte”, señalando una salita pequeña, con vista abierta a la bahía. “¡Qué calor!, caminé desde la Casa Amarilla hasta aquí y quedé sofocada”, se excusó antes de pedir un vaso de agua. Vestía un traje azul marino con accesorios en rojo y zapatos dorados, que la hacían ver particularmente elegante. Sin mayores preámbulos, empezamos la que habría de ser quizás, la entrevista más accidentada de su vida.
Me voy a dedicar a mi actividad privada. Estoy en un momento de mi vida muy productivo, en donde tengo muchas cosas que dar todavía. Yo soy profesional, siempre me he desenvuelto dentro de la empresa privada y es allí donde puedo ver también mi futuro.
El haber estado cinco años trabajando con muchos temas sociales me ha permitido también ser parte de algunas causas, algunas organizaciones, en las cuales voy a continuar participando. También voy a trabajar de una manera más formal con UNICEF. Desde que me nombraron Enviada Especial para los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, los he apoyado. Sin embargo, ahora voy a tener mucho más tiempo para trabajar formalmente con ellos en la consolidación de esa convención firmada y ratificada en la ONU, la cual algunos países de la región aún no ratifican.
Si te refieres a que si voy a tener un contrato con ellos, sí. No va a ser un período muy largo, pero hay que poner en marcha la convención y creo que podré colaborar mucho más cuando tenga todo el tiempo para mí. También estoy empezando a explorar posibilidades de negocio en el marco de la comunicación, que es mi fuerte y que es mi profesión.
Convivir con la pobreza, con las personas ignoradas. Darme cuenta de la invisibilidad de la pobreza, conocer la realidad de mi país que es muy distinta a la que yo pensaba. Eso ha sido aprendizaje, pero también han sido situaciones de afrontar para poder llevar acabo proyectos y programas eficaces. Recibí un despacho que no estaba estructurado, que realmente era una oficina más que no tenía ningún proyecto, ningún programa de impacto y que pudiera perdurar.
Me hubiera gustado ayudar a los ministros de Educación y de Salud. Dejar a la población, a los jóvenes, a los estudiantes, una ley de salud sexual y reproductiva, en donde en las escuelas se discutiera este tema sin tabúes. Lamentablemente grupos minoritarios no permitieron que se diera algo tan necesario. Ni siquiera estuvieron abiertos al debate. La información de los medios de comunicación fue muy sesgada y tampoco fueron muy objetivos en el tema de las guías de educación sexual para los niños y niñas. Yo soy una fiel creyente de que a través de la escuela, en conjunto a los padres de familia, se debe llevar este tema otr a vez al tapete. Dudo mucho que lo hagan.
Porque el Gabinete Social no está compuesto por personas que creen en la educación sexual, me parece.
Yo no estoy diciendo que se haya fallado en ningún nombramiento. No pongas palabras en mi boca que no he dicho.
No, en lo absoluto. Yo misma me dije así, lo que me decían es algo que yo misma dije.
¿Qué papel jugué?
¿Y acaso yo soy fiscal?
¿Y qué tenía que hacer yo? ¿Aparecerlas? o ¿Castigar a los que las robaron? No era mi función.
Para nada.
Todavía creo que están haciéndolo, todavía están investigando. No se ha cerrado. Más transparente no ha podido ser.
Te acabo de decir eso.
No tengo ninguna respuesta política y yo creía que esta entrevista me la hacían para preguntarme qué le iba a dejar a Marta de Martinelli. Yo no tengo nada que opinar de política.
No tengo ningún tema político para hablar.
Pídele la cita a él para que te explique.
Ya llevamos seis reuniones y todo va muy bien. Listo, gra.. cias..
Habían pasado siete minutos y la entrevista apenas comenzaba. Exigió que se apagara la grabadora y dijo: “muy malo de tu parte, hacerme preguntas que no me dijeron iban a hacer”. Caminó hacia la puerta, la abrió y visiblemente molesta, dijo un adiós cortante. Puertas adentro, los vasos de agua quedaron intactos.