Fiebre amarilla, la clave del fracaso francés y el éxito norteamericano

Actualizado
  • 27/04/2024 23:00
Creado
  • 27/04/2024 11:18
Este virus fue un factor determinante en la construcción del Canal de Panamá. Aunque le costó la vida a miles de obreros, el descubrimiento de su origen fue crucial para la prevención de esta enfermedad

Un virus como el de la fiebre amarilla fue lo único necesario para detener el progreso del proyecto francés de construir un canal por Panamá en el siglo XIX.

Entre los hábitos de higiene de la época, las condiciones climáticas en el trópico caribeño y la esencial presencia de los mosquitos debido a los criaderos causados por las excavaciones de los obreros franceses, se propiciaba el ambiente perfecto para la fiebre amarilla entre los obreros.

Todos los ingresos invertidos en el proyecto francés, ni el conocimiento de Ferdinand de Lesseps y sus ingenieros fue suficiente como para parar la epidemia, que fue una de las razones que llevó a la bancarrota a la Compañía Universal del Canal.

“Cuando comienza la construcción del canal por los franceses, se tiene la idea de que hubo despilfarro, pero realmente hubo inversión en cuanto a la salud. Las que estaban encargadas de la salud eran las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, casualmente una orden francesa y cuando llegan los franceses deciden invertir en grandes cantidades para mejorar los hospitales que ya utilizaban las Hermanas de la Caridad”, explicó Isaac Carranza, investigador y especialista en memoria histórica de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

Autores como Wilfred Nelson también hablan sobre esto en sus obras. Nelson lo hace en su libro titulado Cinco años en Panamá, en el que recapitula la historia del Canal Francés, haciendo crítica del mismo pero en el que también destacó la calidad de los hospitales creados por la compañía del Canal francés en materia de salubridad e infraestructura.

“Él debió admitir que los hospitales creados eran de primer orden. La jefa de enfermeras que vino con el doctor Gorgas también mencionó la alta calidad de los hospitales”, destacó el experto del Canal.

Carranza también es claro al mencionar que incluso con el alto nivel de los hospitales franceses no fue posible erradicar el virus tropical en la construcción del Canal, debido a que los franceses no conocían el origen de la fiebre amarilla.

¿De dónde provenía el virus?

De hecho, algunos creían que la fiebre amarilla era el resultado de tener una vida liberal o en la que se priorizaban fines hedonistas.

Jorge Medrano, especialista en medicina interna y salud pública del Ministerio de Salud (Minsa) contextualiza que también era una creencia común pensar que el virus era magia o incluso un castigo divino por la esclavitud y la colonización, debido a que afectaba con más frecuencias a personas de ascendencia europea.

Sin embargo, al otro lado del Mar Caribe, el científico y médico cubano, Carlos Finlay, tuvo la idea de que el mosquito Aedes aegypti podría ser el vector epidemiológico de la fiebre amarilla. “Nadie le hizo caso y como muchas veces pasaba, la gente creía que estaba loco. Nadie sabía que el mosquito tenía importancia”, dijo Medrano.

A pesar de esto, luego fue comprobado que la teoría de Finlay era cierta, lo que más adelante en la historia tuvo gran impacto en la construcción del Canal de Panamá para la administración norteamericana, quienes aprendieron de los errores de los franceses.

La fiebre amarilla desapareció en la ciudad de Panamá en 1907 debido al doctor William C. Gorgas, quien se encargó junto a la milicia estadounidense de sanear el istmo para poder construir el Canal y terminar esta obra de ingeniería.

Al compeltar su construcción se realizó un reconocimiento al doctor Finlay a través de una placa debido a su gran contribución para la finalización del Canal de Panamá con su descubrimiento del papel del Aedes aegypti en la propagación de esta enfermedad.

La suerte de los franceses

Los franceses por otro lado, no tuvieron las mismas herramientas para contraatacar a este virus como los estadounidenses. Se calcula que en la construcción del Canal a manos de los franceses murieron 22,000 personas.

Los ingenieros en jefe del Canal fueron las víctimas más destacables de la fiebre amarilla, siendo Lucien Napoleon Bonaparte Wise, Gastón Blanchet y Jules Dingler son algunos de estos. El virus era tan violento que ni siquiera aquellos con un estatus socioeconómico más alto podían escapar de él.

En el caso de Jules Dingler, quien llegó junto a su familia a Panamá para la construcción del Canal. Presenció la muerte de su esposa, hijos e incluso su yerno a manos de la fiebre amarilla hasta que finalmente fue su turno.

La combinación entre el duro golpe de la fiebre amarilla y la valorización de fondos de la Compañía del Canal fueron los elementos que crearon el escándalo de Panamá, el fracaso del proyecto francés y dejaron a la compañía en bancarrota en 1889.

Cientos de periódicos franceses cubrieron la noticia, pues esto se convirtió en un gran escándalo en Francia.

Unos 104 legisladores del país europeo se vieron involucrados en la corrupción de la Compañía del Canal Francés, sin embargo, al final se decidió crear una nueva compañía del Canal de Panamá, en la cual Jean Jaurés fue comisionado para su creación y salvar el proyecto, el cual sería luego transferido a Estados Unidos para su culminación.

Isaac Carraza,
Investigador y experto en Memoria Histórica de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Cuando comienza la construcción del canal por los franceses, se tiene la idea de que hubo despilfarro, pero realmente hubo inversión en cuanto a la salud. Las que estaban encargadas de la salud eran las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, casualmente una orden francesa y cuando llegan los franceses deciden invertir en grandes cantidades para mejorar los hospitales que ya utilizaban las Hermanas de la Caridad”,
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