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- 23/11/2025 00:00
“Brown”, cinta panameña basada en la vida del boxeador colonense Panamá Al Brown tendrá su estreno el próximo jueves 27 de noviembre. El anuncio se hizo en conferencia de prensa en la que estuvieron presentes Ricardo Aguilar Navarro, co-director, Sixta Díaz, productora y los actores Gabriel Pérez Mateo, Gabriela Gnazzo y Abdiel Tapia.
El filme, que arrancó su rodaje en 2022, cuenta un pasaje de la vida de Panamá Al Brown, justamente cuando es despojado de su titulo en una pelea amañada y parte hacia la ciudad de París, donde se convierte en el showman de un cabaret muy famoso de la época, el Caprice Vienoise, en la calle Pigalle. En ese ambiente, Brown conoce al poeta Jean Cocteau, quien queda prendado del boxeador. Ellos inician una relación y el poeta lo convence de volver al boxeo para recuperar su título mundial.
“Es una historia que tiene boxeo, que tiene música, hay grandes interpretaciones de temas de la autoría de Luis Carlos Pérez, hay un tema espectacular que interpreta aquí nuestra Gaby Gnazzo; nos llena de mucho orgullo ver a nuestro Gabriel Pérez Mateo quien hizo el papel de Jean Cocteau por primera vez desarrollar un personaje en el cine. Hay mucho talento, se involucraron más de 450 personas en esta película entre técnicos y artistas”, detalla Ricardo Aguilar durante la conferencia de prensa.
En una gran bodega, utilizada como estudio, se montaron más de 10 sets diferentes incluyendo un cabaret, un ring de boxeo- adecuado a tres diferentes ciudades- la casa de Brown, el despacho de Madame Bijou, propietaria del cabaret. Además, fueron utilizadas al menos una docena de locaciones fuera del estudio para completar el filme. “La verdad, fue un trabajo titánico”, admite el director. “Me siento muy satisfecho y orgulloso de esta película porque gracias al talento de todos, de los que hoy están aquí y de los que nonos han podido acompañar hoy, pudimos culminar esta película”.
Asegura Aguilar que “tenemos una gran película, no porque la hicimos nosotros, sino porque se logra su objetivo, que era hacerle honor y reconocimiento a una figura panameña que llevó su nombre, el nombre de Panamá en su nombre y lo hizo atravesar el Océano Atlántico y lo dio a conocer en Norteamérica y se hizo campeón a pesar de esta él solo, luchando contra la discriminación y contra el odio”.
Para Gabriel Pérez Mateo, quien encarna en el filme al poeta Jean Cocteau, “fue un privilegio, un honor haber trabajado en esta película. Esta es la primera vez que me tocó en el cine desarrollar a tanta profundidad un personaje, porque mis 30 años de carrera han sido más bien en el teatro”, cuenta el actor.
Esta oportunidad le hizo salir de su zona de confort, y enfrentarse a un ambiente en el que consideraba que la cámara no lo amaba. “En el escenario las emociones se mantienen consistentemente y es más fácil de llevar que en el cine, en que hay un corte y tienes que volverlo a hacer”.
Para Pérez Mateo, representar a Jean Cocteau es relevante “porque en este momento tan importante de la historia nos deja ver cómo hay una un doble estándar para juzgar una misma relación. No es lo mismo juzgar la relación entre Jean Cocteau desde el punto de vista de Cocteau que desde el punto de vista de Panamá. Siempre ha habido privilegios que marcan ciertos destinos”, reflexiona.
Y considera que la forma en que se trató la historia “con tan buen gusto, con tanta profundidad; el tema de la fotografía con (Alfonso) Parra, el diseño de arte de Michael Martínez, el vestuario de Jaime Ávila, era muy fácil sentirte en París, en los años 30 en aquel momento y sentirte en esa situación que se vivió en aquel tiempo tan difícil”.
La productora Sixta Díaz dijo tener solo palabras de agradecimiento, primero “por tener la oportunidad de haber hecho la película a pesar de todas las limitaciones que pudieron haber existido y de contar con una colaboración genuina, una pasión colectiva que muy pocas veces uno puede lograr en un equipo tan grande”.
Díaz muestra igual agradecimiento tanto “a los directores, al equipo técnico y a los actores principales, como a todos aquellos extras que mostraron un entusiasmo único”. De la misma forma, agradeció el apoyo de los patrocinadores que hicieron realidad la producción.
“Gracias a todos ellos tenemos hoy en día una película divina de verse, realmente bonita, realmente vigente, una historia universal que te muestra cómo a pesar de tantos años que han pasado todavía siguen vigentes los mismos prejuicios y la misma situación de discriminación e intolerancia en el mundo. Desde el punto de vista deportivo, pues también resalta esa figura de ese noqueador, ese boxeador con un estilo único. Tuvimos la oportunidad de dará a conocer esta historia que poco se conoce y darle su lugar a esta figura panameña”, resalta Díaz.
“Yo quiero pensar que Madame Bijou existió para Panamá Al Brown porque hubo una persona como Madame Bijou que ayudó a Panamá Brown. Ella es la dueña del cabaret donde Panamá Brown se desarrolla como una artista porque él, Panamá, era un bailarín y un cantante excepcional”, cuenta Gabriela Gnazzo sobre su personaje.
Además de destacar las dotes artísticas de Al Brown, considera la actriz que la película es una muestra del talento que hay en Panamá. “Cuando decimos que en Panamá hay talento, no lo hacemos de la boca para fuera. Cada vez se prueba más que Panamá tiene mucha gente que hace de todo (...) a pesar de ser un país chico, tenemos atletas cantantes, artistas, mundialmente famosos y no somos muchos. Eso demuestra que sí que somos un país con una cultura y con un atletismo de primera categoría. La historia de Panamá Al Brown era hora que se contara y la manera en que el director la cuenta es maravillosa”, sostiene.
Para el actor Abdiel Tapia, participar como actor en esta película fue una experiencia extraordinaria. “Pocas veces se tiene la oportunidad de hacer dramas en general, películas u obras que toquen temas tan sensibles como los que toca Brown. Panamá Al Brown fue una figura súper destacada en el boxeo y así se le conoce, pero realmente fue un ser humano excepcional que surgió realmente, desde la nada, a punta de golpes. Adelantado [a su época]en todos sentidos, pero además esos golpes le enseñaron a golpear a la sociedad”.
En la película, cuenta Tapia, se muestra la humanidad de una persona tan ruda en el boxeo y en el escenario, pero tan endeble emocionalmente por todas las circunstancias que tiene alrededor de él: es negro, tiene atracción por hombres, tiene una relación sentimental con una figura tan importante como el escritor (Cocteau).
Pérez Mateo aprovechó la oportunidad para resaltar el trabajo de Leo Fuentes, cubano radicado en Colombia quien interpretó a Panamá Al Brown. “Leo Fuentes tomaba clases de boxeo en el Chorrillo y llegaba exhausto a la grabación porque decía, ‘El entrenador cree que yo voy realmente para las Olimpiadas”.
Fuentes atendió clases no solo de boxeo sino de canto y baile, necesarias para interpretar de manera creíble al boxeador colonense. “Es un excelente actor y una excelente persona y él pudo haberse comportado como una estrella porque lo es... distante y frío con el resto, pero en lugar de eso nos ayudó a todos”, reconoce Pérez Mateo.
Díaz mencionó a algunos miembros del staff que no estuvieron presentes pero cuyo trabajo fue crucial para la producción. “Manuelito Rodríguez, codirector con Ricardo Aguilar de la película y guionista vive ahora fuera de Panamá. Leo no pudo acompañarnos desde hoy. Estamos cruzando los dedos para que nos acompañe a partir de la próxima semana. Michael Martínez fue el diseñador de producción, el diseñador de arte, Alfonso Parra, fue el director de fotografía español está radicado en Colombia. Adriana Bernal fue la operadora de cámara. También los panameños José Tuñón, José Guardia y Jaime Ávila, encargado del vestuario. Todos ellos formaron parte de este proyecto”.
Brown, más que una película de época, que se desarrolla a finales de la década de 1930, es una película actual, según Ricardo Aguilar, porque lo que vivió Panamá Al Brown en aquella época es lo mismo que de alguna manera se está repitiendo en este mundo hoy día. “Y el grito que dio Panamá Al Brown a través de su boxeo y a través de la manera cómo se manejó y cómo se hizo abrir espacio y quiso que le respetaran su color de piel, que le respetaran sus gustos y que le respetaran que era de Panamá y por eso se puso el nombre de Panamá como apodo, es el mismo grito que tenemos que dar hoy día porque tantos años después el mundo se encuentra de nuevo amenazado por la gente que odia, por la discriminación, por la intolerancia”, concluye.