Los '90: El 'boom' del teatro musical en Panamá

Actualizado
  • 02/05/2023 00:00
Creado
  • 02/05/2023 00:00
Continuando con la historia y evolución de los musicales, la década de los 90 acogió a quienes deseaban atreverse a mostrar sus propuestas y desenvolvimiento dentro y fuera del escenario
Lisette Condassin en el papel de María Magdalena en 'Jesucristo Super Estrella'.

La segunda entrega de este especial, se dedica a contar el inicio de las obras musicales en el idioma inglés en Panamá y la historia de un visionario que quiso cambiar el rumbo del teatro en el país a un nivel mucho más alto de lo que alguna vez se imaginó.

Aun así, la historia de Bruce Quinn, conocido como el padre de los musicales, no acaba ahí. El zonian dedicó su vida al teatro de su patria y luego de dejar su huella en el Teatro Guild, se dirigió a otros escenarios nacionales con el fin de brindarle la misma oportunidad al teatro en español, traduciendo su diálogo pero manteniendo las canciones en su idioma original y logrando la misma esencia del Gran camino blanco, mejor conocido como, Broadway.

De ahí, los teatros nacionales se atrevieron a experimentar con esta mejorada puesta en escena, y otros profesionales del sector cultural y el estrellato dio a conocer sus nombres, marcando la importancia de tener personajes panameños que sigan dejando huella en sus escenarios.

Una década de mucha música
Gabriela Gnazzo interpretó a María en 'La Novicia Rebelde'.

La década de los 90 llenó de música los escenarios del país. Luego del Teatro Guild, Quinn se dirigió al Teatro en Círculo con el fin de dar a conocer el potencial que las obras de Broadway tenían en el país.

En 1993, el director presentó The Sound of Music (La Novicia Rebelde) con Gaby Gnazzo tomando el papel de María Von Trapp, y Enrique Olivella como el Captain Von Trapp.

Gnazzo conversó con La Estrella de Panamá sobre cómo Quinn llegó a escogerla* para esta obra. “Fui a ver Violinista sobre el Tejado y al salir, me siguió y simplemente me dijo que yo sería su María”, recordó entre risas. Durante esos años Gnazzo se encontraba presentando noticias en canales de televisión y cantaba en una banda de rock.

“Él no conocía mi trayectoria como actriz y lo que hice desde pequeña junto a mi madre, pero me quiso dar la oportunidad”, dijo. “A Bruce Quinn le debemos demasiado. Es uno de los puntos clave en el teatro panameño y en descubrir ese talento dentro de nuestra población que quizás nunca se hubiese dado a conocer”.

Juan Carlos Adames como Jesús en 'Jesucristo Súper Estrella

Pero a La Novicia Rebelde aun le hacía falta un personaje muy importante para su historia y Gnazzo conocía a la persona indicada para tomar el papel.

Lisette Condassin no tenía experiencia en el mundo de la actuación. Su carrera artística se basaba en cantar jingles en comerciales y su vida laboral consistía en presentar noticias en televisión junto a Gnazzo.

“Un día Gaby me comentó que necesitaban una Baronesa para la obra en la que estaba trabajando y que yo sería la indicada para ello”, comentó Condassin al diario. “A mí me asustaba el teatro pero entre ella y mi esposo me convencieron de conocer a Bruce”.

La actriz tuvo una reunión con Quinn en la cual este le preguntó sobre su trayectoria teatral, la que hasta ese momento era inexistente. “Si él hubiese tenido que tomar una decisión en base a esa entrevista, mi carrera en el teatro nunca hubiese comenzado”, recordó Condassin. “Aun así, me dio la oportunidad y fui su Baronesa”.

Bruce Quinn

Este fue el inicio de una vida llena de escenarios y música para Condassin. “Un día de ensayo nos quedamos Bruce y yo hablando y me comentó que tenía diez años intentando montar Evita. Yo me emocioné y le dije que sería la primera en las audiciones porque me encantaría ser parte del elenco aunque fuese un personaje secundario”, dijo.

Lo que la actriz no se imaginaba era que Bruce la tenía pensada para algo mucho más grande. “Necesitaba una Evita y ya la encontré. Tú serás mi Evita”, le dijo Quinn.

Evita se presentó en el Teatro La Huaca en abril de 1994 y fue un éxito rotundo. De hecho, Condassin se atreve a decir que esta obra, marcó un momento crucial en el teatro panameño y sobre todo, la aceptación del público.

“En aquel tiempo no se hacían obras tan grandes. Evita rompió un paradigma interesante: trabajamos con un equipo de 80 personas dentro y fuera de escena y logramos presentarnos en un teatro grande y vender todas nuestras funciones”, recordó.

“Para nosotros representó un gran logro. Las taquillas se llenaron porque la gente estaba loca por entrar. La obra llenó las expectativas de los medios, logrando la aceptación del público y de todos los apasionados del teatro”.

A partir de ese momento, el teatro musical corrió por distintos escenarios de Panamá. Ese mismo año se presentó My Fair Lady dirigida por Quinn y protagonizada por Mary Arias en el Teatro en Círculo, seguido de El Hombre de La Mancha en el Teatro Nacional (1995), Jesucristo Superestrella en el Teatro La Huaca y José El Soñador en el Teatro en Círculo (1996).

En 1997, Lissette Condassin retoma su papel de Evita en el obra homónima presentada nuevamente en los escenarios del Teatro La Huaca y se presenta Maestra Vida en el Teatro en Círculo.

Conversando con el diario, Javier “Yeti” Sarsanedas recordó que esta última obra fue considerada el boom de la época. “Era una obra con una historia panameña montada al estilo de Broadway. Teníamos música, vestuario, luces y se dio a conocer que la cultura y la historia panameña también tenía algo que enseñarle a su público”.

Sarsanedas recuerda cómo en la última función Rubén Blades se presentó en el teatro y se sentó en la última fila del recinto. Desde ahí sorprendió al público en la última canción donde cantó y gozó junto a ellos y el resto del elenco.

En 1998 se presentó Vaselina (Grease) en el Teatro La Huaca y Quinn cerró la década con broche de oro presentando West Side Story en 1999, una obra que ha marcado la vida del zonian desde sus inicios hasta su fallecimiento en 2021.

“Siempre había algo que hacía a Bruce volver a West Side Story”, dijo Sarsanedas.

El teatro colegial

Lo que muchos amantes del teatro quienes iniciaron con Bruce Quinn resaltan del zonian, es su confianza en el talento juvenil. “Le gustaba apostar por ese talento juvenil y desconocido. No le importaba si tenias experiencia o no, con tal que tuvieses las ganas y amor por el teatro”, explicó Condassin.

El padre de los musicales en Panamá recorrió distintos teatros pero también quiso dejar su huella en los centros educativos. En 1993 llegó al Instituto Alberto Einstein donde presentó West Side Story, seguido de José el Soñador en 1994 con Aaron Zebede como parte de su elenco.

Regresó un año más tarde en 1995 y presentó Fama (Fame), seguido de Un violinista en el Tejado (Fiddle on the Roof) en 1997 y culminó la década en el instituto con El Mago de Oz (The Wizard of Oz) en 1999.

Un nuevo nivel

La década de los 90 dio espacio a nuevos escenarios, con producciones más grandes y complejas. Esto comenzó a exigir un mayor nivel de profesionalismo por parte de los actores y la puesta en escena como tal.

Diana de Diaz, socia del Teatro en Círculo le explicó al medio que al montar una obra de teatro musical, se requerían los derechos de autor. Una vez se realizaba esto, la institución recibía cajas con libretos y apuntes exactos para presentarla obra musical. “Los actores debían seguir al pie de la letra lo que se les presentaba en sus escritos”, dijo.

Por otra parte, se comenzó a invertir en mejor equipo de iluminación, vestuario, orquestas en vivo, y escenografía.

Los ensayos se volvían más rigurosos y exigían un gran nivel de compromiso y profesionalismo para los actores quienes debían presentar habilidades en el canto, baile y la actuación.

Esto también abrió los ojos de muchos actores y profesionales del teatro quienes dejaron de ver la actividad como un pasatiempo, convirtiéndolo en una profesión formal y fuente de ingreso.

El nuevo milenio

El nuevo milenio marcó una nueva oportunidad para el teatro musical. La última década ha consagrado el teatro musical en Panamá como una forma de vida para muchos y un nuevo pasatiempo para otros. Aun así, presenta muchos retos en la actualidad y hay quienes luchan por brindarle al teatro la fuerza y reconocimiento que merece.

Esto será un tema que se detallará en la última entrega de este proyecto. Los musicales han seguido su recorrido hasta la actualidad y esperan seguirlo en los años que vengan para darle oportunidad a la juventud y todas las personas interesadas con el fin de no solo llevarse a cabo en la ciudad capital, sino todo el país.

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