Crecer con música

Actualizado
  • 06/03/2017 01:01
Creado
  • 06/03/2017 01:01
El taller de formación coral de ‘Música para Crecer', con la Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y juveniles de Panamá finalizó ayer

Alberto Grau es uno de los tres talleristas que llevaron adelante el programa ‘Música para crecer', una iniciativa del Banco de desarrollo de América Latina (CAF), en el que participaron estudiantes y docentes pertenecientes a la Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Panamá, proyecto del Instituto Nacional de Cultura (INAC), articulado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Grau, profesional con 50 años de trayectoria en la música y fundador del la Fundación Schola Cantorum de Venezuela, instancia encargada del desarrollo del componente coral del programa, ofreció sus conocimientos onocimientos en dirección coral y técnica vocal, junto con Margot Parés-Reyna, soprano responsable del trabajo vocal de la Coral Nacional Juvenil ‘Simón Bolívar' y Luimar Arismendi, líder de la Schola Juvenil de Venezuela, a más de 60 participantes entre profesores y niños y jóvenes.

‘Estamos muy entusiasmados porque no sabíamos con qué coro de niños íbamos a trabajar y cuando llegué me dijeros que iban a cantar unos niños indígenas y me asusté porque uno se forma una imagen de que ellos muy calladitos, pero no, son muy avispados, son unos diablitos', dice Grau casi riendo y con el entusiasmo que caracteriza a una persona que disfruta de lo que hace. ‘Lo que han progresado en una semana ha sido increible', comenta.

‘El día que nuestros congresistas canten el himno nacional afinado, al unísono, habremos progresado. Y el día que lo canten a 4 voces, entonces estamos salvados',

ALBERTO GRAU

Para el músico, es importante que se tomen en cuenta las culturas autóctonas, hacer estudios de campo qeu den con poemas y canciones que puedan ser arregladas acordes con la música moderna para niños'. La razón es simple. ‘

Es útil para ellos seguir sintiéndose orgullosos de lo que son. Hay que buscar la manera de que esto no se pierda. Siento que en el fondo es una obligación de los gobiernos', dice.

Junto a este grupo de niños y niñas guna participó un coro infantil de San Miguelito, mientras que algunos jóvenes de Panamá, Chiriquí, Coclé, Colón y Veraguas integraron un coro juvenil. ‘El coro de jóvenes también está funcionando bien. Me llevé una gran sorpresa, la reacción ha sido muy buena'.

El cierre se llevó a cabo ayer con un concierto didáctico en el Teatro Anita Villalaz, experiencia que niños y jovencitos no olvidarán.

El programa ‘Música para crecer' lleva ya 16 años funcionando y en Sudamérica se ha puesto en práctica en casi todos sus países. ‘En algunos de ellos hemos logrado mantener una línea, una constancia, y hay que ver lo que se ha adelantado... no solo en coros infantiles sino en coros juveniles', afirma Grau.

Y es que el principal objetivo del programa es interesar a los niños en una actividad que les ofrezca disciplina. ‘si estos niños convencen a sus padres de y convencen a sus padres de participar en una actividad deportiva o cultural, estamos salvados. El país se va para arriba y no es tan difícil ni más costoso', asegura. ‘La idea en el fondo no es crear más cantantes ni más orquestas. Lógicamente eso viene solo, peor para mí lo más importante es que ese individuo cuando llegue a la edad adulta no oiga la música que escuchamos en los taxis hoy. Probablemente estos jóvenes van a ser el público que aplaudan a las orquestas e inspiren a los directores a seguir componiendo', agrega.

El programa está diseñado para trabajar con niños, tarea que el músico reconoce, no es fácil. Las nuevas generaciones han recibido mucho más estímulo y no se conforman con cantar canciones de la época de nuestros abuelos. ‘Hay que crear una música que los ponga a moverse, bailar, cantar, hacer espectáculo, que tengan ganas de regresar porque se sienten artistas. Nosotros trabajamos con repertorio nuevo o con uno viejo, pero modificado',explica.

El taller se vale de la euritmia, o sea que no solo utilicen su aparato fonador sino que trabajen con todo su cerupo integralmente, que empleen movimientos con pies y manos y se desinhiban. Pero también son expuestos a música de compositores como Bach y Mozart, además de piezas autóctonas.

Pero este taller es solo el inicio de una actividad que debe seguir cultivándose y creciendo. ‘Lo más importante es que esto que está comenzado pueda tener una continuidad, poder formar profesores que sigan trabajando en la meta de formar muchos niños y jóvenes que muchas veces tienen muchas horas de ocio y que estando disciplinados en algo que les gusta y les puede entusiasmar, lograr que con el tiempo formar ciudadanos que tengan más orgullo por sus costumbres, sus tradiciones', detalla.

Para Grau, ‘la idea es que cuando regresemos o venga alguien más el otro año, el nivel haya sido elevado. Si no ha habido un progreso e sus maestros y profesores y no ha crecido el nivel de dificultad de las piezas, es muy poco lo que se hace. No tenemos interés en que sigan cantando igual'. Asegura.

Pero está consciente de que sin el apoyo de los gobiernos la tarea es más difícil.

‘Lo lógico sería que todos los países le dieran más importancia al arte. Muchas cosas se han perdido porque hay cosas más productivas y eso es triste', dice.

Para el músico, ‘el día que nuestros congresistas canten el himno nacional afinado, al unísono, habremos progresado. Y el día que lo canten a 4 voces, entonces estamos salvados'.

Y no es que se nazca sabiendo, siendo bueno en ello, pero ‘encuentras en qué pasar el tiempo, hay más fraternidad. No trabajas para ti, se trabaja para el equipo, para tu coro, al final, para tu país', concluye.

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