A La Habana siempre se vuelve

Los cambios por la apertura de relaciones entre ‘la isla' y el gigante norteamericano parecen presagiar transformaciones en los rincones de La Habana.

Algunos locales ya comienzan a sentir la metamorfosis en la atmósfera, a otros les da igual. Al final, es en el sector turístico donde probablemente el cambio se sienta con más fuerza. Pero esta es sólo la fachada de lo que realmente puede ofrecernos la tierra del habano.

Su gente representa la joya principal. Sus destellos de distintos matices son el motor que, tras sonrisas, cansancio y esperanza, le muestran a uno la Cuba de hoy en donde para muchos -o pocos- aconteció una revolución, con o sin éxito, pero que trastocó sus vida por más de cuatro décadas.

Con esta serie de retratos recreo un viaje a un pedazo de tierra que sobresale el Caribe, y que, quizás por su naturaleza, enmarcada en lo paradisíaco pero con tintes sociales perfectamente reconocibles, siempre obligue al regreso, para recorrer su viejo Malecón.