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El hombre que denunció el fin de la intimidad
- 04/10/2015 02:00
- 04/10/2015 02:00
En 2013, un geek de 29 años originario de los suburbios de Maryland, EE.UU., se encontraba aterrado y solo en una habitación de hotel en Hong Kong, a punto de revelar los oscuros secretos de la inteligencia americana y convertirse en el mayor delator en la historia de los Estados Unidos. ¿Cómo llegó allí?
Se puede decir que el destino de Edward Joseph Snowden se trazó mucho antes de su nacimiento en 1983, por herencia laboral.
UN PASADO FEDERAL
Toda su familia inmediata había trabajado para el gobierno federal de los Estados Unidos en alguna condición, empezando por su abuelo materno, un alto funcionario del FBI, que se encontraba en El Pentágono el día de los ataques del 11 de septiembre.
De cierta manera, el joven Snowden sintió que ese sería su camino a seguir.
Como ocurre con los superdotados, Snowden, cuyo cociente intelectual marcó 145 en dos pruebas separadas, no culminó sus estudios.
En 2004 se enlistó brevemente en la fuerza de reserva militar y en 2005 trabajó como guardia de seguridad en un centro de investigación de la Universidad de Maryland, afiliado a la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos (NSA).
En el 2006 fue contratado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA),por sus habilidades con las computadoras y en 2007 fue asignado a Ginebra (Suiza), como técnico de seguridad de redes.
En el 2009, empezó a trabajar en la NSA, como contratista privado para las compañías Dell y Booz Allen Hamilton. Fue entonces que comenzó a recabar información acerca de las actividades de la agencia, en particular las de vigilancia, que consideraba demasiado extensas en tamaño y alcance.
Finalmente, en mayo de 2013 abandonó su puesto de trabajo, en Hawai, y tomó un vuelo a Hong Kong.
REVELACIONES
Durante el siguiente mes, Snowden ofreció una serie de entrevistas a periodistas y les dio acceso a los documentos que había recopilado de la NSA .
Entre los secretos filtrados de la agencia se descubrió que llevaba un sistema de vigilancia global, en colaboración con Canadá, Australia y el Reino Unido.
También se supo acerca de un mandato judicial que obligaba a la compañía de telecomunicaciones Verizon a entregarles información de las llamadas de sus millones de suscriptores.
Se reveló la existencia del programa PRISM, que le daba acceso directo a la NSA y el FBI a los servidores de gigantes del Internet, como Google, Facebook Apple o Microsoft.
REPERCUSIONES
Pocos días después de que se publicaran artículos al respecto en los diarios The Guardian y The Washington Post , Snowden reveló su identidad como la fuente.
Estados Unidos lo acusó de espionaje y se inició un proceso para lograr su extradición. Sin embargo, el gobierno de Hong Kong se rehusó y poco después Snowden se transfirió a Rusia, con la asistencia de WikiLeaks.
Una vez allí, se mantuvo en el aeropuerto de Moscú hasta que recibió un permiso de asilo temporal (su pasaporte americano había sido revocado).
Actualmente reside en el Rusia, con un permiso de residencia temporal. Mientras tanto, el presidente Vladimir Putin ha manifestado que no desea ser partícipe del proceso de extradición de Snowden a los Estados Unidos.
Snowden, ahora de 32 años, ha sido motivo de controversia. Algunos lo admiran, le llaman héroe y patriota. Otros lo describen como un disidente y traidor.
¿VALIÓ LA PENA?
A pesar de mostrarse crítico ante las acciones de Snowden el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama anunció en 2013 la creación de un panel independiente, para examinar las prácticas de vigilancia del gobierno.
Luego, en junio de 2015, Obama firmó el ‘USA Freedom Act', en el que se impusieron límites sobre la recolección de información de telecomunicaciones entre ciudadanos americanos por las agencias de inteligencia.
‘Para mí, en términos de satisfacción personal, la misión ha sido cumplida. Ya he ganado', confesó Snowden en una entrevista en diciembre de 2013. ‘Yo no quería cambiar la sociedad. Quería darle a la sociedad el chance de decidir por ella misma si deseaba cambiar. Quería darle al público la oportunidad de opinar en cuanto a la manera como es gobernado'.