Libres e iguales

Actualizado
  • 03/07/2022 00:00
Creado
  • 03/07/2022 00:00
El Estado tiene la obligación de defender a la población, sin importar la bandera, pareja o vestido de preferencia, porque ante la Ley todas las personas deben ser tratadas con equidad
Libres e iguales

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Así está consignado en el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 y es un instrumento de obligatorio cumplimiento para todos los Estados que son parte de este sistema.

A casi 73 años de que los países de las Naciones Unidas reafirmaran su compromiso con los derechos fundamentales de mujeres y hombres en el mundo, parece mentira que se sigan cometiendo actos de discriminación por motivo de raza, color, sexo, orientación sexual, identidad de género, religión, nacionalidad, posición económica e ideas políticas, entre otras tantas exclusiones que sufren las personas en este país y en todo el mundo.

Recientemente se dio un incidente en el Parque Omar, que es un espacio público donde asisten todo tipo de personas a realizar diversas actividades al aire libre. Es común que en el mismo se den encuentros de grupos familiares, amistades, o reuniones para compartir por distintas razones. El hecho de haber visto un grupo de personas identificadas con pañuelos, banderas y otros atuendos de arcoíris, símbolo que utilizan las agrupaciones LGBTIQ+ para identificar su histórica lucha, ocasionó que un miembro del Servicio de Protección Institucional (SPI) se acercara de forma desafiante a retirar la bandera arcoíris que se encontraba en medio de las personas.

Esta situación provocó un sin número de reacciones; por una parte, de la administración del Parque Omar, en donde a través de un comunicado lamenta profundamente la situación que se dio y reitera que el parque es un lugar libre de esparcimiento para que las personas disfruten sus instalaciones. Dentro del reglamento del parque no existe prohibición alguna de portar banderas. Lo que establece el reglamento entre otras cosas es la prohibición de colocar rótulos y propaganda no autorizados por la administración.

Por otro lado, un grupo pro familia vinculado a un nuevo partido político, sin mayor argumento, circula en un comunicado que las personas estaban haciendo proselitismo, por lo que expresan su respaldo al miembro del SPI.

Es inadmisible que se acepten estas reacciones de grupos cuyo objetivo es fomentar el odio, el estigma y la discriminación contra personas que no siguen sus ideologías oscurantistas y retrógradas, promoviendo la misoginia, el machismo y la violencia a grupos LGBTIQ+. No se deben permitir posturas con el argumento de que sólo debe existir la familia nuclear (papá -mamá -hijos), desconociendo la diversidad de familias que componen nuestra sociedad.

Un comunicado que genere reacciones desconociendo derechos fundamentales como el derecho a la dignidad humana, así como la libertad de reunirse pacíficamente tal cual lo establece la Constitución Política de la República de Panamá, no le hace nada bien a una sociedad en la que persiste tanta desigualdad y discriminación.

Promover el odio hacia los seres humanos, independientemente de la razón que sea, no es moral ni ético. Nadie puede estar por encima de la Ley y es de muy mal gusto observar que ante tantas injusticias que se dan a diario contra los seres humanos con orientación sexual o identidad de género distinta a la suya, existan personas y organizaciones empeñadas en imponer sus criterios, su ideología de exclusión y censura a la diversidad humana, sin respetar que el mundo es el hogar de todas las personas.

El Estado tiene la obligación de defender a la población, sin importar la bandera, pareja o vestido de preferencia, porque ante la Ley todas las personas deben ser tratadas con equidad. Llegará el momento en que la lucha LGBTIQ+ logre de una vez por todas educar y crear conciencia, para que la población en general entienda que su lucha es por los derechos humanos, por eliminar las tantas violaciones que se dan a las personas que se han atrevido a expresarse, a ser libres y a promover los derechos humanos, para que más nadie sea discriminado.

Ese día, en el que se respire paz entre la humanidad, en donde se deje a un lado el miedo, en donde todas las personas se puedan expresar con libertad, llegará pronto. Mientras eso ocurra, las agrupaciones que promueven derechos humanos LGBTIQ+ tienen la tarea de seguir promoviendo el respeto a la dignidad de todos y todas por igual y el Estado la obligación de garantizar que ese respeto se materialice a través del cumplimiento de la Ley y del Derecho Internacional.

La autora s feminista

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