Al menos 12 personas murieron y centenares de miles se encuentran afectadas a causa del fuerte temporal causado por un frente monzónico y el tifón Gaemi,...
Matrimonio civil, derecho pendiente de la comunidad LGBTIQ+ en Panamá
- 08/06/2022 00:00
- 08/06/2022 00:00
El último hito que ha tenido la comunidad LGBTIQ+ en Panamá fue el 31 de julio de 2008 cuando se despenalizaron las relaciones sexuales entre las personas del mismo sexo. Han pasado más de diez años y los miembros del colectivo continúan exigiendo sus derechos:
“Se necesita que se reconozca el matrimonio igualitario, las identidades de las personas trans y que el Estado proteja a sus ciudadanos de la discriminación y la violencia”, acotó Linx Alexander Arangot, director ejecutivo de Fundación Iguales.
Aunque el director reconoció que el país ha dado “avances importantes, esto no ha sido acompañado de legislaciones; de hecho en ese aspecto se han dado pasos hacia atrás”. Desde 2016, dijo Arangot, hay cuatro casos de matrimonios igualitarios ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
“Hemos recibido un silencio completo de parte de la CSJ; por más de cinco años estas familias aún esperan justicia y el reconocimiento del derecho de formar una familia y tener las mismas protecciones que se les garantiza a cualquier pareja heterosexual. Al final lo que se está buscando es el matrimonio civil ante un notario y juez, no tiene porqué afectar las sensibilidades de ningún grupo”, remarcó a La Estrella de Panamá.
En octubre de 2016, Enrique Jelenszky presentó el primer recurso ante la Corte Suprema de Justicia panameña para que declarara inconstitucional el artículo 26 del Código de Familia que define al matrimonio como la unión “entre un hombre y una mujer”. Desde esa fecha, otras tres parejas del mismo sexo han interpuesto recursos judiciales para consumar la unión ante la ley. Todos los casos están en trámite ante distintos tribunales: el pleno de la Corte Suprema, la Sala Tercera de la Corte Suprema –que se ocupa de causas administrativas– y el Tribunal Electoral.
La presidenta de la Coalición Internacional de Mujeres y Familias, Samirah Armengol, concordó con el director de Fundación Iguales al señalar que las parejas de mujeres de la diversidad sexual carecen de protección jurídica.
“Muchas de las mujeres de la diversidad sexual tienen hijos o hijas que no se reconocen dentro del matrimonio igualitario, esto genera que esos hijos e hijas no reciban la protección social”, añadió la también presidenta del Festival Pride Panamá 2022.
Armengol agregó que a estas mujeres se les excluye de todos los servicios que son reconocidos para las mujeres que están en parejas heterosexuales, por ejemplo, no se les reconoce la unión “legalmente automáticamente, lo que no permite acceder a ninguno de los servicios de protección social”.
La activista también denunció que una de las vulneraciones que sufren las mujeres lesbianas es el “delito más frecuente”: el abuso sexual en lesbianas, esto con el objetivo de “corregirlas o para demostrarles que han estado con un hombre que vale la pena, entonces, las medidas correctivas se dan en Panamá, pero no se pueden denunciar como crímenes de odio porque no están tipificados en el país”.
La comunidad trans también ha denunciado abusos. El director del proyecto de Hombres trans Panamá, Nicolai Wald, comentó que durante la cuarentena establecida por las autoridades de salud para mitigar la covid-19, las personas trans tuvieron problemas con las medidas de salidas por género porque al presentar la cédula no era acorde con sus características y no se les permitía hacer las compras.
“Si van a la calle y muestran su cédula tienen problemas con la Policía Nacional; ya nos han llegado casos donde los chicos nos dicen que les pidieron su cédula, se burlaron, les llamaron la atención que la identidad no coincidía, sin embargo, por el momento no se han dado detenciones, pero ese el principal abuso que pasa la comunidad”.
Wald mencionó que entre las principales necesidades que tiene la comunidad trans es en el aspecto laboral y “en el área educativa porque hay muchos chicos que a la hora de entrar a las universidades les piden no vestirse de cierta manera porque no va de acuerdo con su nombre” en la identificación personal.
El experto en estudios culturales y de género Juan Ríos explicó que en el país siempre han existido los grupos diversos, pero son “excluidos porque en Panamá no ha existido una separación entre la Iglesia y el Estado, entonces, Panamá es un país donde muchas de las normas tienen que pasar por el visto bueno de la Iglesia”.
Por otro lado, informó el también escritor, “los políticos tienen mucha presión sobre grupos religiosos, fundamentalistas, que no quieren poner en juego su silla en la Asamblea Nacional. Lo más triste de todo es que, cuando estos mismos políticos y agentes del Estado van a conferencias internacionales, ellos firman convenios diciendo que Panamá va a cumplir con las normas de la ONU, en cuanto a derechos humanos, sobre todo de los grupos vulnerables como la comunidad LGTBIQ+, y cuando llegan a Panamá quedan engavetados por presiones de grupos fundamentalistas y religiosos”, dijo a este medio.
Cada junio las distintas comunidades LGTBIQ+ del mundo se unen para conmemorar las revueltas de Stonewall en New York, Estados Unidos, en 1969, en donde cientos de personas de la diversidad sexual se rebelaron contra la discriminación que existía en aquella época.
Panamá se une a la conmemoración del Mes del Orgullo con el Festival Panamá Pride 2022 con el lema 'Todas distintas, todas familias'. “Este mes es importante, porque fue la primera vez en la historia moderna que la población de la diversidad sexual se levantó frente a la discriminación y violencia que vivía”, destacó la presidenta del festival, Samirah Armengol.
El evento incluye una marcha el 25 que cuenta, como abanderado, con el politólogo y exprecandidato presidencial Richard Morales. “Aunque uno no forme parte de las organizaciones, esta es una forma de posicionarse de una forma solidaria con todas las personas que están siendo discriminadas; tenemos que luchar por una sociedad donde no exista ninguna forma de discriminación, ya sea por la clase social, color de piel, orientación sexual, identidad de género, una sociedad donde nos reconozcamos y respetemos mutuamente como iguales”.