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Mujeres científicas, el referente social que se debe impulsar
- 11/02/2020 17:16
- 11/02/2020 17:16
Marie Curie, Hipatia, Rosalind Franklin, Margarita Salas, Ada Lovelace y demás ejemplos de mujeres que se arriesgaron para tomar la batuta de la representación femenina en las ciencias son reconocidas cada 11 de febrero desde el 2015, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
En esta fecha se realza la importancia del aporte femenino en las diversas ramas de la ciencia y se deja claro un mensaje clave: las ciencias no tienen género.
En un comunicado, publicado en el sitio web de la ONU por el secretario general António Guterres, señaló que "para estar a la altura de los desafíos del siglo XXI" se debe "desmontar los estereotipos de género". "En este Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, hemos de asumir el compromiso de poner fin al desequilibrio de género en esta disciplina", añadió.
La desigualdad en los campos científicos como medicina, biología, biotecnología, entre otros, ocupa una brecha gigante que cada vez se hace más notoria. Sin embargo, centros de investigación y ministerios relacionados a este sector se han unido al compromiso de Guterres a fin de abrir las puertas para que nuevas generaciones se dediquen a descubrir nuevos horizontes a través de la ciencia.
Según una investigación de la ONU, menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres, una baja que deja mucho que desear y que plasma la poca inversión en capacitaciones para mujeres en este campo. Guterres destacó también que para hacer frente a los objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible se necesitará aprovechar todos los recursos, eso incluye los esfuerzos de las mujeres.
Y es que las ciencias no se enseñan únicamente a través de textos interminables o videos explicativos, sino también a través del arte. En España, la ilustradora y autora madrileña Mercedes Palacios, se suma al incentivo de las mujeres científicas con su obra Visionarias, Inventoras desconocidas (Bridge, 2020) que se publicó la semana pasada. En más de 153 páginas retrata a 33 mujeres científicas que no tuvieron reconocimiento en su época en un la línea de tiempo cronológico desde 1715 con Sybilla Masters, la primera inventora de la que se tiene testimonio en los registros, hasta 1981 con Margarita Salas, pionera de la biotecnología.
De igual manera, María del Carmen Escámez, de la unidad de cultura científica de la Universidad de Sevilla, realizó un cómic, como medio para hacer llegar la historia de las precursoras de las ciencias a más fronteras. El libro Científicas: pasado, presente y futuro (2020) de 32 páginas, es la representación en páginas de la obra de teatro de Francisco Vega llevada a escena hace cuatro años. Ahora, el cómic está disponible en línea y acumula al menos 50,000 descargas desde el 9 de enero, según el medio El País.
Para las mujeres panameñas la ciencia ha sido, por muchos años, un sector masculino, hay mayor cantidad de doctores y profesionales de la salud masculinos que femeninos.
Para la bióloga ambiental Hilaria Osorio, el romper moldes no es un trabajo sencillo, "es un gran reto porque todavía se toma en cuenta el género como parte de los perfiles de mando" y considera que Panamá está dando un paso adelante en tema de igualdad, sin embargo "con grandes desafíos, pese a que la mujer ya está presente en muchos escenarios. Se han dado aperturas, lo cual es bueno, pero aún nos hace falta mucho camino".
La inserción de la mujer y la niña a la ciencia inicia desde el aula de clases, con un programa inclusivo para todas las edades, es una iniciativa que no se ha implementado de gran manera en los colegios panameños. Osorio explicó a La Estrella de Panamá que “se debe formar a los niños y niñas como un equipo, no con diferencias sino con esfuerzos colectivos para obtener iguales oportunidades”.
En cuanto a las dificultades que se presentan para que una mujer pueda insertarse en la ciencia como actor clave para su crecimiento en el país, la Dra. Sthephanie Albelo Ávila expresó que “para que las nuevas generaciones de niñas se interesen en la ciencia es necesario impulsar la curiosidad”, además de que “la brecha entre géneros la promueve el individuo, entre menos personas le den importancia al género de quien se esmeró estudiando en la universidad, más podremos disponer de mejores profesionales en el país”.
Graduada a los 25 años de la facultad de Medicina de la Universidad Americana (UAM), Albelo guarda dentro de sí la esperanza de que en un futuro, las jóvenes panameñas puedan llegar a obtener la educación de calidad que se requiere para la expertiz en las ciencias. “Hace falta mucho apoyo en los colegios, mejores laboratorios así como profesores más preparados, mentores que amen la ciencia y disfruten plantear ideas y conducir a los jóvenes a lo mejor que pueden llegar a ser”, apuntó.
Para la joven científica, la pasión por las ciencias nació desde temprana edad, con una curiosidad que sobrepasaba su capacidad de pensamiento en aquel entonces. “Me encontraba con miles de dudas acerca de todo, ¿por qué mi cabello es rizado cuando el de mis primas es lacio? ¿Por qué soy la más alta de mi clase?”, recordó, “y descubrí que me dedicaría a las ciencias por el simple hecho de que el poder comprobar una teoría o lograr entender una explicación por mí misma es un sentimiento adictivo que todos deberían sentir en sus vidas”.
Por su parte, Osorio se considera una “apasionada a las ciencias ambientales” y comparte su amor por las especies con su hija pequeña. “Mi abuelo, Felipe Osorio, me inculcó el amor por el mar, el campo y cada animal que encontrábamos. Me dedico a la docencia, pero también colaboro con la conservación de manglares, animales marinos y petroglifos”, enfatizó.
Asimismo, la bióloga panameña hizo hincapié en la importancia de propulsar niñas científicas, “formemos niñas que amen las ciencias no solo para que hagan la diferencia, sino para que sean profesionales que amen lo que hagan y vean su huella en los cambios profundos que llevarán a cabo”.