Ocho días antes de su reapertura la catedral de Notre Dame de París desveló su nuevo “resplandor” al mundo durante una visita del presidente francés, Emmanuel...
- 15/08/2020 00:00
- 15/08/2020 00:00
No sé por qué la sociedad y algunos medios insisten en llamar “nueva normalidad” a todo lo que nos está sucediendo. ¿Es que acaso lo que vivíamos antes era normal?
El nuevo coronavirus vino a sacar a la luz lo que ya estaba latente en una sociedad en decadencia, individualista, “yoísta” y poco me importa en muchos aspectos. También vino a hacer más evidentes las injusticias, la corrupción, y a hacer más notorias las diferencias sociales. La covid-19 reforzó un hecho triste: “Si tienes dinero te salvas, sino...”.
No hay nada “normal” en la forma de montar un elevador con las nuevas normas, y menos en ir al supermercado estresado y cubierto de pies a cabeza, o en el hecho de tomarnos la temperatura a donde vayamos, lavarnos las manos cada 5 minutos y luego ponernos alcohol hasta en los párpados. Nada de esto es “normal”.
Para que entendamos nuestro entorno y los cambios radicales que vendrán, debemos comenzar a vendernos la idea de: ¡otra realidad!, porque realmente eso es lo que es y lo que vamos a vivir.
También deberíamos de olvidarnos del mal llamado “distanciamiento social” porque si eso es así, lo hemos vivido desde hace mucho tiempo. Cada uno por su lado, el no me importa con el prójimo, si no me afecta no es mi problema.
De hecho, la tecnología fue la primera responsable en distanciarnos socialmente, ya que ahora hasta las emociones fueron reemplazadas por un emoji y a nuestro rostro le llamamos “avatar”. Las relaciones de amistad y amorosas desde hace rato las administra Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Tic Tok, Tinder, Badoo o Match.
Las riendas de los negocios cara a cara, ahora las llevan Amazon, Ebay, Google, y si seguimos, descubrirá que hay un app para cada aspecto social. Lo que ahora impera y lo que realmente deberíamos usar como terminología, es el distanciamiento físico; este debería ser el concepto correcto cuando tenemos que guardar una distancia prudente entre unos y otros.
Dado que la realidad económica ha cambiado radicalmente nuestros estilos de vida, y negocios, entonces también debemos cambiar nuestros pensamientos y el cómo vamos a sobrevivir en un mundo que, obligado por un bicho microscópico, tuvo que hacer borrón y cuenta nueva.
Quiero compartir algunas acciones que podemos hacer para adaptarnos a la otra realidad.
Podrá sonar muy duro, pero lo que ya fue ¡fue! No se estanque ni se quede parado en el mismo lugar, deje ir lo que ya no es suyo y dese cuenta de que su realidad cambió. A veces los mejores éxitos de la vida están disfrazados de pandemias.
Busque sacar provecho o beneficio a sus habilidades o conocimientos, comience por preparar platos al buen estilo gourmet casero, ofrézcase a vender los servicios de un amigo o familiar a cambio de una comisión o canje, quizá pueda iniciar en la fila de los negocios diferentes, innovadores y únicos (donde no hay competencia, justamente por ser únicos).
Controle sus emociones y evite actuar sin antes tener toda la información necesaria, más aún cuando las fake news abundan. Actuar precipitadamente no es la mejor opción, procure que cada acción esté bien pensada en un justo equilibrio. No deje que la emoción del momento le gane, trate primero de entender su situación, ponga las cartas sobre la mesa y empiece a actuar. Es más, puede ser consejero online.
Una vez evaluada su situación decida su siguiente paso, pero decídalo con plena conciencia, pensando en aquellos resultados positivos que desea lograr, en otras palabras, decida desde el amor, y no desde el miedo.
Toda crisis es un momento para aprender; detecte lo que esta crisis le está enseñando.
Es momento de cambiar sus pensamientos y creencias. Antes de la pandemia ¡creíamos que no sobreviviríamos ni una semana encerrados! Relaciónese de manera diferente, genere nuevos recursos financieros en su vida; ya nos dimos cuenta de que no podemos tener “todos los huevos en la misma canasta”. Si antes no hacía ejercicio o meditaba o, si no convivía con tus hijos, ¡hágalo!
La solución está DENTRO de nosotros. Piense que la vida es como una gran universidad en donde puede inscribirse en materias a partir de lo que desea o necesite aprender. Usted mejor que nadie, sabe lo que quiere. No tenga miedo de fracasar, creer que lo puede hacer es el primer paso.
No trate de nadar contra corriente, solo se cansará, mejor úsela para impulsarse y llegar más lejos, más rápido. Recuerde, “Lo que resiste, persiste”.
Evite el miedo: ¿En esta cuarentena se ha peleado con sus seres queridos, o bien, se ensimismaron a ver series de TV o bien se pusieron a la defensiva? Recuerde que cuando sentimos miedo, nuestro instinto nos va a decir: “Ataca, huye o evade”. Evite atacar a las personas que lo rodean, no huya de su realidad ni se quede quieto. Actuar desde el miedo no nos traerá nada de lo que deseamos, solo nos meterá en más conflictos.