En Venezuela hay 1,905 detenidos considerados como “presos políticos”, 38 más que la semana pasada, cuando se computaron 1.867 personas privadas de libertad...
- 16/12/2012 01:00
- 16/12/2012 01:00
V arios lectores de esta columna me han preguntado por el ‘cuadrito raro’ blanco y negro que sale en algún punto de esta página cada domingo.
El hecho que me lo pregunten me muestra la brecha que aún tenemos en nuestros países con respecto a este tipo de tecnologías y medios. El ‘cuadrito’ es un tipo de código de barras (como el que leen en la caja de los supermercados) llamado ‘Quick Response Code’ o por sus siglas ‘QR code’ y se traduce como ‘código de respuesta rápida’.
Fue creado por una empresa japonesa en 1994 con la idea de intercambiar información de forma rápida usando etiquetas. En esas etiquetas se puede compartir información de contacto, un link a una página de internet, una foto o en general cualquier tipo de información que se pueda codificar en binario.
Hoy día se usan como una de las estrategias para unir el mundo digital con el físico, pues quienes saben cómo leerlos instalan en su celular un software de lectura de códigos de barra (que lee tanto los códigos tradicionales como los QR) y cuando ven esos ‘cuadritos’ en algún impreso o cuando alguien les ofrece pasarles su contacto de esa forma, basta con activar el programa y enfocar la cámara del celular en el código. De esa forma la información que el mismo contenga es ‘leída’ por el software y listo.
En el caso de esta sección, cada semana les he puesto información adicional relacionada con los temas de los artículos. Incluso en la primera edición puse un video donde saludaba a los lectores y les daba algunas indicaciones de la naturaleza de la misma. Como estos códigos, existen otras estrategias para tratar de crear puentes que unan la experiencia del mundo digital con la información en medios físicos.
La idea es expandir el horizonte del lector del medio y facilitar la conexión del autor con su audiencia. La barrera aquí es el aprendizaje de este idioma nuevo, pues manejar este tipo de cosas implica dedicar tiempo a un aprendizaje de una nueva destreza.
Para quien está dispuesto a hacerlo la recompensa bien lo vale: se puede ahorrar tiempo y hacer cosas que generan ventajas con respecto a los demás. Un buen ejemplo de esto es el uso que se le da al código QR para compartir nuestro contacto. En una feria de negocios puede uno tener el código en su celular y cuando alguien quiere nuestro contacto basta con mostrar el ‘QR’ en pantalla y que la persona lo lea.
También se puede agregar el ‘QR’ a las tarjetas de presentación. De forma que la gente tenga más información que los simples datos nuestros. La imaginación y la cantidad de personas que conocen la tecnología son el único límite. Estoy seguro que cualquiera de nosotros puede encontrarle un uso práctico a la misma. Lo más importante es que tengamos en cuenta que cada vez son más los espacios donde la gente tiene acceso a este tipo de cosas y también son cada vez más las personas que las usan. Es importante no quedarse fuera.