Bhumibol Adulyadej, el rey que no sonreía

Actualizado
  • 14/10/2016 02:00
Creado
  • 14/10/2016 02:00
Literatura

El rey Bhumibol de Tailandia, fallecido ayer con 88 años, se distinguía por varios motivos pero si algo le diferenciaba de otros monarcas es que no sonreía en público. Esa expresión hierática fue objeto de numerosas interpretaciones pero no tenía explicación oficial y sorprendía aún más en un reino como Tailandia, que es conocido popularmente y se promociona en los folletos turísticos como ‘el país de las mil sonrisas'.

El Rey nunca sonríe es un libro publicado en 2006 en que el periodista Paul M. Handley recurrió a ese gesto adusto como hilo conductor para narrar la vida de quien, con 70 años en el trono, era el decano de los jefes de Estado y el soberano más rico del planeta.

Se trata de una biografía no autorizada en la que Handley apunta que esa actitud era la forma que Bhumibol empleaba para mostrar pese a su fortuna personal —cifrada en más de 30 mil millones de dólares— su desapego por los asuntos terrenales en sus apariciones públicas.

Ese comportamiento era más ceremonial que emocional, de acuerdo también con el abanico de aficiones mundanas de un monarca que, tanto en su juventud como en su edad adulta, practicó la fotografía, la música, el baile, la pintura, el deporte y la literatura. Y que llegó a estrenar en 1950 una obra en Broadway, PeepShow, basada en sus composiciones de jazz, un género que le apasionaba.

La imperturbabilidad forma parte, no obstante, del ideal budista, que Bhumibol trató de cultivar con esmero ante sus súbditos.

El país centroamericano se encuentra en vilo ante las últimas acusaciones que vinculan al cuñado de la presidenta Xiomara Castro, Carlos Zelaya

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