La saloma : óbice para la difusión internacional de la música típica

Actualizado
  • 16/06/2021 00:00
Creado
  • 16/06/2021 00:00
De hecho, algunos grupos musicales, como los hermanos Sandoval, entendieron tempranamente esto, y si bien utilizan la saloma lo hacen de una manera muy discreta y limitada, muy diferente a los ritmos montañeros santeños.
La saloma es una expresión vocal gutural propia del campesino panameño. La denominación proviene de los cronistas españoles de la conquista.

Hace algún tiempo leía la biografía de Eneida Cedeño, mujer santeña, mestiza como la mayoría de nosotros los panameños y con gran influencia cultural de ritmos indígenas y afrocoloniales. Su gran voz y consagración a su profesión la convirtieron en un referente indiscutible de la voz femenina dentro de la música típica popular panameña.

Fue en su momento reconocida como una de las mejores salomadoras de todo el país. Toda una leyenda de la música típica.

Particularmente la saloma, como incorporación a la música típica popular contemporánea –mas no a la folclórica y de danzas tradicionales–, no es uno de los ingredientes más atractivos para mí, lo que tampoco significa que deje de ser una buena adición. Es únicamente una apreciación particular.

La saloma es una expresión vocal gutural propia del campesino panameño. La denominación proviene de los cronistas españoles de la conquista, pero nada tiene que ver con la saloma panameña que es de origen indígena.

Es un ingrediente muy montañero, muy campesino, que hunde sus raíces en los primeros años de historia colonial, inclusive mucho antes.

De hecho, el pueblo ngäbe tiene en su lengua una denominación particular para la saloma: 'nogonengo'. Así queda bastante demostrado que ya este sonido humano era conocido por ellos antes de la llegada de los españoles.

Comprendo que es un ingrediente muy montañero, muy campesino, que hunde sus raíces en los primeros años de historia colonial, inclusive mucho antes. También forma parte de la personalidad del hombre y la mujer del campo azuerense.

Pero más allá de todo eso, su condición de elemento muy regional probablemente haya sido un óbice para que el llamado pindín o música típica contemporánea se haga más comercial y de proyección más internacional, como ha sido el caso de otros ritmos: merengue, salsa, vallenato, bachata, por ejemplo.

La saloma no es un elemento que se venda fácilmente en otras latitudes. Es la expresión vocal de un sentir muy, muy local, muy de Azuero, y no más allá. Es un grito melódico sonoro bien entendido por la gente de ahí y un poco más allá, pero hasta allí.

De hecho, algunos grupos musicales, como los hermanos Sandoval, entendieron tempranamente esto y si bien utilizan la saloma, lo hacen de una manera muy discreta y limitada, muy diferente a los ritmos montañeros santeños en los que gran parte de las piezas musicales está elaborada básicamente de salomas.

Tal vez un uso más racional de la saloma, acompañado de un poco más de buena poesía y belleza musical, allanarían el camino para que la música típica contemporánea panameña cumpla con la asignatura pendiente de conquistar otros escenarios internacionales.

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