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- 04/04/2009 02:00
- 04/04/2009 02:00
PANAMÁ. ¿Balbina, Martinelli y Endara reunidos sobre el mismo escenario? No, no se trata del debate presidencial que muchos esperaban y que nunca se ocurrió, si no de la cuarta versión de la obra “Yo quiero ser presidente”.
El dramaturgo y director Daniel Gómez Nates vuelve a retomar la sátira política, en una versión más actualizada de este montaje que producciones Entre Amigos lleva a cabo cada cinco años con motivo de las elecciones.
Durante el pasado mes de enero Nates reescribió la obra para incluir los últimos acontecimientos de la política criolla, como es el caso del escándalo desatado por las declaraciones de Murcia y el incidente del “latazo” que recibió la candidata oficialista Balbina Herrera.
A pesar de lo que podría esperar el público, “Yo quiero ser presidente” no se centra en los presidenciables. “Ellos realmente son coyunturales. La obra es una radiografía de la situación s ocial de nuestro país”, aclara Nates.
Hasta el 2 de mayo, día previo a la elecciones, el público que asista al Teatro Aba podrá apreciar las actuaciones de Sheyla Ballesteros, quien interpreta a Balbina; Dídimo Cerrud, que hace de Endara, y Myke Pérez, que encarna a Martinelli. El resto del elenco está conformado por Neysa Ferguson, Elizabeth Vergas, Luis Carlos Alvarado, Javier Ballesteros, Alí Arrocha y Jackeline González, entre otros.
La trama se desarrolla en la comunidad de Cerro Escondido. Los moradores de este humilde barrio se encuentran en estado de alerta tras enterarse de que una empresa extranjera ha comprado los terrenos donde residen y pretenden desalojarlos con la finalidad de construir un hotel de lujo.
Los candidatos presidenciales visitan el sector durante una fiesta religiosa. En ese momento se desata un incendio que pone en peligro la vida tanto de políticos como de residentes.
El autor asegura que aunque no todos sus textos están inspirados en temas políticos, la sátira le ofrece ciertas libertades creativas que en otros géneros no ha podido encontrar.
Nates se crió en las calles de Santa Ana, por lo que escucha con ironía las promesas que realizan los candidatos, especialmente cuando alguno de ellos utiliza expresiones como “para poder hablar de pobreza hay que vivirla”. “Es muy fácil burlarse de los políticos que prometen cosas que saben que jamás podrán cumplir”, manifestó.