Desenmascarando mitos sobre el reciclaje

Actualizado
  • 16/02/2020 06:00
Creado
  • 16/02/2020 06:00
Reciclar disminuye la contaminación ambiental y apoya a la creación de plazas de empleo, reducción de costos de productos y la concienciación social.

El reciclaje ya no es una palabra extraña en la sociedad, puesto que cada vez más organizaciones y voluntarios se encargan de expandir los conocimientos sobre los beneficios de esta práctica para el medio ambiente en momentos de crisis.

Aún así, hay quien se resiste a este proceso de sanación del ambiente. Las leyendas urbanas en torno al reciclaje se mantienen vivas, desacelerando la inserción de más personas a la transformación de la sociedad. Aquí desenmascaramos algunas, para empezar a aplicar las 5R (Rechazar, Reducir, Reparar, Reciclar y Reutilizar) sin dudas.

¿Es realmente necesario separar los desechos?

La respuesta es: Sí. Ha sido comprobado que pese a que existen vehículos especializados que poseen compartimentos dobles—donde se introducen los desechos inorgánicos para reciclar y los orgánicos que se descomponen naturalmente—, es imposible evitar que algunos residuos se mezclen, pero durante la selección especializada en los centros de reciclaje estos son trasladados, clasificados y seleccionados no solo por el tipo de residuos (plásticos, orgánicos y vidrio), sino también por el material, sea plástico u otro.

Esto no exenta el trabajo y práctica de clasificación y separación en casa o el trabajo, como clave para la agilización de procesos, ya que el tirar los residuos a una misma mezcla puede resultar en una mayor contaminación (aunque la intención hubiera sido quedarse con menos residuos). Cuando se desechan materiales dañados y con poco valor reutilizable se entorpece el trabajo de las maquinarias clasificatorias.

El Container Recycling Institute señaló: "aún cuando los sistemas de 'flujo único' aumentan la participación y reducen el coste de recogida, su mantenimiento suele costar una media de 2,6 euros por tonelada más que los sistemas de 'doble flujo', en los que los productos de papel se reciclan por separado". Cuando se añade cristal roto y esquirlas de plástico a la mezcla, estas pueden contaminar el papel y provocar problemas en la papelera, como explicó National Geographic en un artículo.

El vidrio y aluminio tienen propiedades ilimitadas de reciclaje.
Los productos reciclados tienen calidad inferior a los nuevos

"Algunas materias primas como vidrio, aluminio y algunos plásticos pueden ser reutilizados ilimitadamente para diferentes fines sin perder su calidad", explicó Cristina Muñoz de la organización medioambiental Ecoembes al diario español El Mundo. Esto se traduce en el menor costo que requiere llevar a cabo un producto con materiales reciclados que uno con materiales nuevos. Además, ayuda al ahorro de agua, energía eléctrica y se reduce la contaminación que se genera al crear productos nuevos.

Para realizar objetos nuevos con materiales reciclados se requiere la materia prima correcta, dado que el papel tras una serie de procesos sus fibras de composición se dañan y el plástico pasa por procesos que debilitan y separan los pesos moleculares de las cadenas de polímeros entre agua y aceite, lo que resulta en calidad inferior en productos reutilizables.

Sin embargo, según Ecoembes, los productos con material reciclado pueden convertirse con 40 botellas de agua (fabricadas con PET) en un forro polar; 80 latas de refresco pueden ser una llanta de bicicleta; seis briks (envases de plástico) se pueden transformar en una caja de zapatos y ocho cajas de cereales pueden ser un libro; con 22 botellas de plástico se puede fabricar una camiseta y 550 latas de aluminio se pueden transformar en una silla.

Telas pueden reutilizarse en maneras creativas.
Los recolectores de reciclaje limitan empleos formales

En realidad, la gestión de residuos genera más de 42.600 puestos de trabajo en España, 9.400 de ellos de forma directa, según datos de Ecoembes. Y la recolección de residuos es una de las formas más comunes que emplean personas de diversos status socio-económicos para ganarse la vida, siendo un servicio que trae gran beneficio a la sociedad.

En países sudamericanos como Brasil, se registran casi 230.000 recolectores de basura a tiempo completo (según recopilaciones de NatGeo) quienes aportan una tasa de reciclaje del 92% de aluminio y 80% de cartón en el país. 

En Buenos Aires, unos 5 mil recolectores reciben un salario regular trabajando para el ayuntamiento en gestión de materiales reciclables; acción que se replicó en Copenhague, donde las autoridades públicas implementaron cubos de basura con repisas en las calles donde las personas pueden dejar sus botellas para que un recolector las recoja y se intercambien por ingresos con empresas de reciclaje ya establecidas, sin perjudicarlas.

Los recolectores de reciclaje forjan alianzas para obtener ingresos formales.
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