México, una ciudad hace viajar al pasado a través de los museos

Actualizado
  • 21/10/2019 00:00
Creado
  • 21/10/2019 00:00
Actualmente es la segunda capital con más galerías, pinacotecas y centros históricos en el mundo. En sus calles se respira un aroma cultural y pintoresco

Los mejores lugares para adentrarse en la riqueza histórica, artística y cultural de un país son los museos.

Visitar la Ciudad de México sin al menos conocer uno de sus museos era imposible y es que México es considerada la segunda capital con más museos en el mundo y la primera en dedicar un mes completo a la celebración del Día Internacional de los Museos (18 de mayo).

A pocos minutos del hotel donde me hospedaba, en la Avenida Paseo de la Reforma, se encuentra el Museo Nacional de Antropología (MNA), reconocido como uno de los recintos más emblemáticos para la salvaguarda del legado indígena del país azteca. Para los mexicanos este templo que data de más de un siglo es un símbolo de identidad y un mentor para las generaciones que buscan sus raíces culturales.

Y es que el recorrido por este lugar —construido entre 1963 y 1964 en el Bosque de Chapultepec por instrucción del presidente Adolfo López Mateos, quien lo inauguró el 17 de septiembre de 1964—, permite conocer una rica colección de piezas arqueológicas, antigüedades y manifestaciones del arte moderno; así mismo, documentos que forman parte del desarrollo histórico del país.

Fachada del Museo Rufino Tamayo, en México.

Durante la visita me encontré con una exhibición de lujo denominada 'Detrás de una Máscara' , la cual recoge 37 piezas de coloridos alebrijes (artesanía fabricadas con la técnica de la cartonería) que representan la cultura oaxaqueña: el carnaval y la composición onírica. Piezas de arte que van más allá de la imaginación y tienen como autores al matrimonio formado por los artistas Jacobo Ángeles y María Mendoza.

Para todo visitante resulta asombrosa la pericia de su construcción, su diseño innovador, su arte y su simbolismo, que le han otorgado una personalidad ampliamente reconocida alrededor del mundo. Y es que sus 22 salas y sus más de 45 mil metros cuadrados de construcción lo convierten en el museo más grande de México y en uno de los más destacados del mundo.

A pesar de que el Paseo de la Reforma también alberga otras galerías como el Museo de Arte Contemporáneo, Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, Papalote Museo del Niño, el Museo de Arte Moderno, definitivamente me cautivaron el Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, que en 2015 recibió 2.6 millones de visitantes, según cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia de ciudad de México. Ahí me comencé a preguntar: y en Panamá, ¿cuántos lugares y avenidas cuentan con museos?, ¿cuánto invierte el Estado en los pocos museos que hay?, ¿cuándo los museos del país serán una vitrina turística?

Sus 22 salas lo convierten en el museo más grande de México.
Un poco de historia

Ciudad de México cuenta con una amplia diversidad de museos desde 1790, por lo que la totalidad de los museos en esta megalópolis ofrece recintos para todos gustos, intereses y personalidades de sus habitantes o visitantes. La diversidad museológica capitalina reta la noción tradicional del museo aburrido o antiguo, con pasillos silenciosos y manuales de conducta rígidos; pues actualmente hay recintos dedicados a la interacción entre conocimiento, sensaciones y diversión. 

De acuerdo con la Secretaría de Turismo de este país, el primer museo de México se fundó en 1790, y era un espacio dedicado a la biodiversidad más sobresaliente de la Nueva España. Eventualmente surgió, en 1825, el primer Museo Nacional Mexicano, en donde se solían exhibir documentos del México antiguo, piezas arqueológicas y obras que estaban bajo el cargo de la Real y Pontificia Universidad de México; y de hecho, dado que la colección del museo comenzó a ampliarse casi desmesuradamente, se decidió dividir el recinto en dos, resultando en el Museo de Historia Natural (1909) y el Museo Nacional de Antropología, Historia y Etnografía (1910).

Desde entonces, y conforme la ciudad fue creciendo en espacio y tiempo, la necesidad de no sólo recuperar vestigios del pasado mexicano, también de incluir los intereses que surgían conforme la vida de México iba evolucionando. Quizá esta sea la razón por la que se fue diversificando la necesidad de visitar recintos interesantes, culturales y sorprendentes, que dejaran en la mente un deseo de descubrir más, de amar cada vez más a México y sus peculiaridades, de dejarse seducir por sus hipnóticas sensaciones.

De acuerdo con cifras del gobierno de la Ciudad de México, la capital cuenta con 185 museos y 43 galerías, aunque no cuenta con un listado oficial, esto se traduce en que existen muchos recintos fascinantes que no se tienen identificados.

Según destacan medios mexicanos, la delegación con el mayor número de museos es Cuauhtémoc, con 78 recintos. En ella se encuentran algunos de los más importantes como el Museo del Templo Mayor, el Antiguo Colegio de San Ildefonso y el Muso del Palacio de Bellas Artes. Este último también tuve la oportunidad de visitarlo. Y es que este gran palacio es sede de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Ópera y la Compañía Nacional de Danza, que abren sus respectivas temporadas en el escenario más impresionante de la ciudad.

Este edificio de cuatro pisos, fue convertido en un espacio multicultural que además del teatro lírico alberga los museos de Arquitectura y el Museo de Bellas artes con exposiciones temporales que atraen tanto a locales como extranjeros en visita en Ciudad de México.

La visita guiada a la sala principal donde se llevan a cabo los espectáculos permite conocer los detalles de su construcción, el ingente esfuerzo económico para finalizarlo y pequeñas curiosidades que hacen muy ameno el recorrido. El aforo es de casi 1,700 personas entre butacas de platea y palcos, que asisten a los espectáculos en un inmenso escenario de veinticuatro metros.

Como una cohorte de pretorianos, el millón de cristales opalescentes que componen la excepcional y única pieza del telón ignífugo, forman la figura del Valle de México, los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, y elementos simbólicos de México.

La oferta cultural de la Ciudad de México es comparable con la de grandes urbes como Buenos Aires, París y Madrid.

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