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- 19/06/2025 00:00
Es parte de la vida de cualquier niño emocionarse por el espacio, los astronautas, los alienígenas y la idea de que hay algo más de lo que conoce fuera de las fronteras de la Tierra. Para Elio (Yonas Asunción Kibreab) el espacio se refiere a algo más que solo estrellas y cuerpos gaseosos, una infinidad de mundos en los que alguien, quizás, podría amarlo como desea.
Al perder a sus padres, Elio queda bajo la custodia de su tía Olga (Zoe Saldaña), una mayor militar en la NASA que ayuda a redirigir basura espacial fuera de las órbitas de dispositivos aeroespaciales. Aunque su relación es tierna y complicada a la vez, Elio se encuentra en la dicotomía de si buscar la forma de encajar en su pequeño núcleo de dos, o buscar la forma de hacer que otras formas de vida extraterrestre le muestre lo que puede llegar a ser lejos de lo que le hace infeliz y solitario.
Una vez el primer contacto es realizado, conocemos a los simpáticos extraterrestres que abducen a Elio y le muestran la riqueza y diversidad del espacio exterior. Los directores Madeline Sharafian, Domee Shi y Adrián Molina nos embarcan en una aventura espacial en donde la misión no se centra en rescatar a una civilización o terminar una guerra entre especies, sino en descubrir lo que realmente significa la comunidad y responder aquella pregunta que muchos antes de nosotros se han preguntado: ¿Estamos solos?
Con un guion escrito por Julia Cho, Mark Hammer y Mike Jones, Elio salta de la pantalla y se convierte en cualquier niño que hemos conocido (o aquel niño que fuimos) que solo busca ser único, ser aceptado y ser amado tal como es. Los temas de la pérdida familiar se enfocan en la historia de Elio, pero también son amarrados de forma sutil y sencilla en la historia de Olga, quien a pesar de parecer ruda y que busca atrapar todos los cabos sueltos que se le presentan, mantiene una postura de amor y cuidado genuino por Elio, aun cuando descubre como podría ser la vida si el fuera diferente.
Al llegar al espacio descubrimos una nueva faceta de Elio, más allá de la timidez mostrada en la Tierra, al estar en medio de miles de formas de vida multicolor y multiforme, su viveza se regenera y despierta su espíritu creativo y valiente. Es entonces cuando descubre que el que podría ser su nuevo hogar está siendo desafiado y amenazado por el temible Lord Grigon (Brad Garrett); de repente su destino está sellado: él debe convencer a las fuerzas enemigas de retirarse y así ganar su posición en el consejo espacial para ser uno de ellos.
La comedia no se hace esperar en la trama de Elio, su naturaleza flexible, creativa y geek lo hacen ser un personaje impredecible, valiente, astuto y fuerte cuando más se necesita. Al momento de rebelarse contra el Lord Grigon, Elio es capaz de ponerse su capa y escapar con su ingenio infantil. Su dúo dinámico con el príncipe Glordon (Remy Edgerly) es de admirar y es uno de los pocos dúos de amigos inseparables que han salido de la fabrica de Pixar, quizás muy al estilo Luca y Alberto.
Sin embargo, esta amistad inusual sobrepasa nuestras expectativas al ser el componente que necesitaba la historia de Elio: un amigo y un confidente. Al encontrar alguien con quien puede compartir sus emociones y pensamientos de niño, y ser recíproco, las murallas de Elio bajan y su vulnerabilidad nos hace encariñarnos y entenderlo mejor, logrando dejar muy en claro la importancia de la empatía y la solidaridad como valores primordiales en la infancia.
Glordon también se destaca por sí mismo, nunca siendo un sidekick o un elemento de diversión únicamente, sino también un personaje redondeado con emociones genuinas que muestra su vulnerabilidad y sueños a Elio, siendo un verdadero amigo y la representación de la inocencia y honestidad. Su diseño nos muestra mucho de su personalidad y nos hace llegar con una mirada abierta a quién es, sin necesidad de hacerlo una caricatura olvidable.
En la Tierra, Olga nos muestra también una pequeña parte de lo que vive un padre o madre al momento de criar hijos, una aventura un tanto caótica y con miles de ejercicios de respiración al día. Olga es la representación de un adulto que no olvida cómo es ser un niño, pero que lucha con el afán del día a día para mostrar su apoyo y cariño a quienes se abrigan bajo sus brazos; la forma en que Saldaña interpreta a la tía desgastada que solo busca lo mejor para su sobrino es conmovedora y fuerte, siendo más que la representación de una mujer que debe hacerlo todo sola, una imagen de lo que la familia significa y como, ante la adversidad, es el elemento que se mantiene firme para sostener a otros.
En cuanto a la animación, Elio se destaca por colores vivos, formas abstractas que se abrazan entre sí con pocas esquinas y líneas continuas, sino siendo un ambiente lleno de curvas, figuras geométricas dispersas y que fluyen con libertad en los fondos coloridos de cada escena. Unos colores tornasoles nos muestran la libertad de la imaginación de Elio, mientras que los azules y verdes nos llevan a sentir la ansiedad y búsqueda de Elio, los rojos vibrantes muestran los peligros y los momentos de valentía, mientras que los chocolates tenues y verdes oscuros muestran la calidez de los momentos que viven Elio y Olga.
Hay diferentes temas que trata Elio, desde destacar el Disco de Oro lanzado en el Voyager en 1977, hasta la importancia de conocer más sobre lo que hay en nuestro planeta y fuera de él; su inmersión en temas como el bullying, la empatía, la pérdida, la aceptación, el perdón, la valentía, la honestidad y el amor familiar hacen de Elio una cinta que surge con la calidad y valores de Pixar desde sus inicios, siempre volviendo al centro del amor propio y que en todo momento, tenemos un amigo con nosotros.