Persistencia y recompensa, la clave para educar

Actualizado
  • 22/01/2015 01:00
Creado
  • 22/01/2015 01:00
Especialistas aseguran que hay que poner límites claros de acuerdo a la edad del hijo, además de mantenerse firme en decisiones tomadas

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pide a las familias reflexionar sobre el uso del castigo físico como método para disciplinar a los niños, niñas y adolescentes.

Los niños y niñas del presente son cuestionadores, más participativos y viven en un mundo repleto de información cambiante y globalizado y representan grandes desafíos todos los días para sus familias y su entorno educativo.

Ya no responden a las mismas formas de disciplina que resultaron para otras generaciones anteriores, por ello la puesta de límites claros (y de acuerdo a su edad) y mantenerse firme en decisiones tomadas son parte de los desafíos a ser cumplidos por los adultos, según la Unicef.

En este sentido y coincidiendo con la Unicef, Alfredo A. Arango, psicólogo y presidente de Sicográfica S.A., enfatiza la importancia de poner claramente los límites y condicionar o premiar las conductas adecuadas, para fijarlas.

Además agrega que una nalgada de vez en cuando y a manera de corrección, no es grave. Precisamente se pueden utilizar cuando el niño se niega a seguir las conductas convenientes y pone en peligro su integridad, pero hacerlo con frecuencia es maltrato, dijo.

Para la Unicef la sociedad y los adultos tienen el gran reto de encontrar nuevas formas de disciplina acordes con los nuevos tiempos. El desafío es grande, ¿pero qué no haría una madre o un padre por sus hijos?

Entre los 5 y 8 años recompensar las conductas adecuadas e insistir ante las inadecuadas, es la mejor manera de corregirlos, afirmó el especialista. ‘No soy partidario del castigo, pero sí del reforzamiento positivo; o sea, darle importancia, felicitar y premiar cuando los hijos cumplen y cuando demuestran que están siguiendo el buen comportamiento’, añadió Arango.

Los especialistas señalan que el niño frecuentemente no recuerda la razón por la cual se le golpea, y sólo evitará comportarse mal si se siente amenazado de ser golpeado. ‘Este tipo de castigo les lleva a ciertos comportamientos por puro temor: no les ayuda a querer comportarse bien ni les enseña autodisciplina ni alternativas’, señala la Unicef.

El informe manifiesta que incluso un niño de 2 años puede llegar a distanciarse de sus progenitores si reciben castigos físicos.

Durante la adolescencia son muy variados los métodos indicados para corregir a los hijos, pero se va desde la mediación, la promoción de la confianza para poder guiarlos, el apoyo y el respeto, dijo Arango.

El presidente de Sicográfica S.A agregó que también es importante el uso del razonamiento y de evidencias de las consecuencias de su mal comportamiento o excesos (videojuegos, alcohol, drogas).

Es claro que la violencia no educa y tiene consecuencias inmediatas, más visibles en niños y niñas, asegura la Unicef. Mientras que el doctor Arango dijo que gritarle a los hijos es una clara señal de la incompetencia de los padres para regular sus emociones.

Para ayudar a los padres y madres en la ardua labor de corregir y educar a los hijos la Unicef puso en marcha el programa Eduquemos en positivo, basado en cinco pasos básicos a seguir. Ante un conflicto: cálmese, escuche, converse, explique y llegue a acuerdos.

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