Svante Pääbo, el cazador de ADN que desveló los secretos de la evolución humana

Actualizado
  • 04/10/2022 00:00
Creado
  • 04/10/2022 00:00
El investigador sueco fue galardonado ayer con el premio Nobel de Fisiología y Medicina, tras secuenciar por primera vez la información genética de los neandertales y los denisovanos, con la de los humanos modernos
Pääbo usó tecnología existente y aplicó sus propios métodos para extraer y analizar ADN antiguo, cuando se consideraba imposible poder recuperar ADN de hace 40.000 años
Sus hallazgos han sido usados de forma extensiva por la comunidad científica para mejorar la comprensión sobre el ser humano.
El sueco Svante Pääbo fue distinguido este lunes con el Nobel de Medicina por sus estudios sobre la evolución humana, que incluyen la primera secuenciación del genoma de homínidos extintos.

Todo lo que aprendimos, durante años, sobre la evolución humana o de nuestros antepasados fue lo que nos enseñaron en el colegio a través de los libros con base en estudios de huesos, dientes y restos arqueológicos. Sin embargo, pese a que esas enseñanzas eran válidas, para científicos como Svante Pääbo (Suecia, 1955) esas teorías no eran suficientes, y decidió aventurarse en la búsqueda de entender la genética (ADN) de nuestros antepasados evolutivos, una hazaña que –por más de 10 años de investigación científica– le hizo merecedor ayer del premio Nobel de Fisiología y Medicina 2022.

Este biólogo y genetista sueco, conocido por haber desarrollado la disciplina de la paleogenética, que consiste en investigar la evolución humana a través del estudio del ADN de los homínidos (primates) que nos precedieron, logró secuenciar por primera vez la información genética de los neandertales (especie humana extinta del género 'Homo') y los denisovanos (humanos muy primitivos 'arcaicos' que vivieron en Europa y Asia), ambas especies extintas hace decenas de miles de años. Luego de que Pääbo desvelara los secretos de la evolución humana, hoy los científicos pueden comparar los genomas de ambas especies con los registros genéticos de los humanos modernos.

Pero, ¿qué significa el descubrimiento del científico sueco?

Pääbo, quien trabaja como director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) desde 1997, y como investigador honorario del Museo de Historia Natural de Londres, descubrió que la mayoría de los humanos actuales comparten entre el 1% y el 4% de su ADN con los neandertales, lo que significa que los neandertales y los Homo sapiens debieron encontrarse y tener hijos antes de que los neandertales se extinguieran hace unos 40.000 años, publica CNN.

“Su mayor contribución es ser pionero en la recuperación de ADN antiguo y eso ha sido extremadamente importante en el estudio de la evolución humana”, dijo ayer a CNN Chris Stringer, jefe de investigación sobre la evolución humana en ese museo.

El trabajo posterior de Pääbo para extraer el ADN de pequeños fragmentos fósiles encontrados en una cueva de Siberia reveló un descubrimiento igualmente sensacional.

“Creo que el genoma neandertal fue su mayor contribución. Reveló que los neandertales se cruzaron con nosotros. Esto fue discutido durante muchos años, incluso de mi parte. Pero demostró que la mayoría de nosotros tenemos ADN antiguo (de neandertales y/o denisovanos)”, añadió Stringer sobre el Nobel de Medicina.

El comité del Instituto Karolinska de Suecia (una de las universidades médicas más importantes del mundo), mencionó que el investigador, quien tiene 67 años, logró descifrar una tarea 'aparentemente imposible de recuperar, analizar ADN de hace 40.000 años'. “Logró revelar que secuencias genéticas arcaicas de homínidos extinguidos influyen en la psicología de los hombres actuales o en la respuesta inmunológica”, destacó el Comité tras anunciar el premio para Pääbo.

Reacciones de expertos

Tras esta gran distinción, la comunidad científica también reaccionó. Uno de ellos fue el paleogenetista Carles Lalueza Fox, que ha compartido investigaciones con Pääbo, comentó a EFE que es 'un pionero', un hombre que 'vive para la ciencia' y ha destacado su satisfacción porque es la primera vez que se da esta distinción a un investigador de la evolución humana.

Lalueza, quien también es director del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Cataluña, dijo a EFE que todo esto es muy curioso porque es un tipo de investigación que no encaja en ninguna definición del Nobel. De hecho, pensábamos que de recibir algún Nobel sería el de química.

“Pääbo es un pionero y un visionario genómico (...) un hombre que vive para la ciencia, de una gran rigurosidad, y que no duda en llamarte a cualquier hora, de lunes a domingo”, dijo el científico a la agencia de noticias.

Lalueza ha colaborado con el investigador sueco desde 2007, después de que él recuperara en 2005 la primera secuencia de ADN de neandertal ibérico en Asturias (norte de España) y el nuevo Nobel le invitara a unirse a su equipo.

Por su parte, Katerina Douka, profesora adjunta de ciencias arqueológicas en la Universidad de Viena que colabora con Pääbo, dijo a CNN que su trabajo sobre el ADN antiguo fue tan revolucionario para la arqueología como la llegada de la datación por radiocarbono, que ganó un premio Nobel en 1960.

“Inventó el campo. Desveló muchos secretos sobre la evolución humana”, añadió Douka.

Hijo de otro Nobel

La vocación científica le viene de familia a Svante Pääbo, hijo de la química estonia Karin Pääbo y del bioquímico sueco Sune Bergström, quien a su vez ganó el Nobel de Medicina en 1982 (hace cuarenta años), compartido con otros dos investigadores, por sus trabajos sobre las prostaglandinas. Sin embargo, considera que la “mayor influencia” en su vida fue su madre, con quién creció, según publica EFE.

“En cierto sentido me entristece un poco que ella no pueda vivir este día. Ella estaba muy interesada en la ciencia, y me estimuló y animó mucho a lo largo de los años”, recordó el genetista en la nota.

Aunque, aseguró que con su padre también tuvo contacto y se “interesó mucho por su trabajo”, pero no fue “una relación tan estrecha como con su madre.

Pääbo, quien vive en Alemania, relató que cuando le llegó la llamada y vio que era un número sueco, lo primero que pensó fue que lo llamaban por la casa de verano que tiene en Suecia: “Pensé ¡oh, el cortacésped se ha estropeado!, o algo así”.

Además del premio recibido ayer, Pääbo atesora otros importantes galardones como el Gottfried Leibniz de la Sociedad de Investigadores Alemanes (1992), la medalla Darwin-Wallace y el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2018.

Ganar el Nobel le reportará a Sääbo 10 millones de coronas suecas (916.000 euros, $882,000). Sääbo sucede en el palmarés del premio de Medicina a los estadounidenses David Julius y Ardem Patapoutian, distinguidos en 2021 por descubrir los receptores de la temperatura y el tacto.

Con más de 4.000 referencias, el sueco también es autor de uno de los 2.000 artículos científicos más citados desde 1970 entre los 55 millones que se han publicado, dijo a France 24, David Pendlebury, miembro de Clarivate, proveedor de análisis de datos científicos.

El Nobel de Medicina es el primero de los prestigiosos reconocimientos que se harán este año y que continuarán hasta el próximo lunes. Hoy se revelará al merecedor del de Física, en tanto que le seguirán los de Química, Literatura y de la Paz ,sucesivamente. El de Economía cerrará la ronda en el inicio de la semana siguiente.

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