La República de las Islas Marshall ha creado su primer santuario marino para proteger dos ecosistemas vírgenes alrededor de los atolones Bikar y Bokak,...
- 21/06/2015 02:01
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El ‘startup' es una cultura y se puede trazar su origen a la década de los setentas, cerca a lo que hoy se conoce como ‘Silicon Valley'. En verdad, el emprendedurismo siempre ha existido, desde que Cristóbal Colón arribó a las Américas, con el dinero de un inversionista que empeñó sus joyas. Lo único que ha cambiado es la forma cómo se crean los mecanismos y se establece el llamado ‘ecosistema emprendedor'.
Por lo general, los visionarios se encuentran al inicio de todo. Son los que encuentran oportunidades en los problemas, siempre buscando crear nuevas soluciones. En la unión de ellos es posible encontrar la génesis de muchos emprendimientos. Los visionarios son los que luchan para generar un proyecto coherente y un prototipo viable. Ellos allanan el camino a los ‘ángeles inversionistas', que son los que asumen el riesgo de invertir en ideas que a veces pueden leerse en una servilleta. Deben ser capaces de analizar tanto proyectos como equipos de emprendedores. De alguna forma son el primer filtro y el primer trampolín en la vida de un ‘startup'.
Pasada esta etapa, y si todo va bien. Aparecen los ‘fondos de inversión', que surgen de la unión de varios grupos de personas, por lo general, con un interés particular (la tecnología, los ‘commodities', los bienes raíces).
Cuando el proyecto alcanza este nivel, el mismo debe estar estructurado de tal forma que los mecanismos financieros sean capaces de digerirlo. A veces otro fondo más grande compra el proyecto, a veces se hace público y se venden acciones. En el peor de los casos la idea decae y el viaje se acaba.
El camino descrito ha sido recorrido por marcas y empresas que hoy consideramos icónicas, que nacieron en un garaje o en un café y terminaron convirtiéndose en gigantes del sector.
Los países que trabajan en la creación de ambientes adecuados para el florecimiento de este tipo de esquemas de inversión, terminan liderando la nueva economía.
El gobierno, los bancos, las universidades, los colegios y en general todos los actores de la economía empiezan a participar del ecosistema de forma que el desarrollo que se genera en el cluster termina alcanzando otros sectores de la economía. En ese momento el desarrollo genera conocimiento, capaz de cambiar países.
Hoy en día, por la mente de muchos gobernantes pasan la siguiente pregunta: ‘¿queremos depender de la innovación de terceros o queremos crear nuestras soluciones? La respuesta a esta pregunta ha marcado el destino de varios. La cuestión es solo buscar las referencias y sacar nuestras propias conclusiones.