Trabajo infantil: 20 años en la misma batalla

Actualizado
  • 02/10/2012 02:00
Creado
  • 02/10/2012 02:00
PANAMÁ. En un domingo cualquiera, pasadas las 8:00 de la noche, un niño afrodescendiente, de máximo 10 años, pone cara triste y habla co...

PANAMÁ. En un domingo cualquiera, pasadas las 8:00 de la noche, un niño afrodescendiente, de máximo 10 años, pone cara triste y habla con voz casi imperceptible cuando se acerca a las mesas, a vender gomas de mascar, en un restaurante bar de la vía Argentina, en ciudad de Panamá. Como este niño, hay muchos más realizando trabajo infantil ‘urbano’ en las provincias de Panamá, Bocas del Toro y Colón, por ejemplo.

De acuerdo con la tercera Encuesta de Trabajo Infantil (ETI) 2011, que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec) de la Contraloría General de la República de Panamá, hay actualmente 60,702 niños, niñas y adolescentes que laboran; ellos representan el 7.1% de la población de 5 a 17 años de edad, donde el 25.2% son niñas y el 74.8% niños. A pesar de esta realidad confirmada en cifras, el istmo tiene una de las estadísticas más bajas en cuanto a trabajo infantil en comparación con los países vecinos.

Hoy se realiza en Panamá el IV Encuentro Internacional contra el trabajo infantil, organizado por Telefónica, donde expertos en el tema provenientes de nueve países estudiarán la incidencia de la problemática en Centroamérica y República Dominicana.

Esta batalla obtuvo carácter legal desde 1992, cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) creó el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Ipec, siglas en inglés).

CORREN RIESGOS

Aunque este reportaje haya empezado con un ejemplo de trabajo infantil urbano, no es este el que concentra la mayor fuerza laboral infantil y adolescente.

‘La mayor participación de los niños ocupados se da en la agricultura común con un 56.5%’, dijo Briseida Barrantes Serrano, coordinadora Nacional de OIT-Ipec en Panamá. Siguen —detalló— el comercio, los servicios, la industria manufacturera, el transporte, la pesca, la construcción, los hogares privados con servicio doméstico, los hoteles y restaurantes, y otras ramas.

Según la directora de Casa Esperanza, Eileen Ng Fábrega —organización dedicada a combatir el trabajo infantil desde hace 20 años—, los peligros a los que se enfrentan los menores de edad dependen del área y tipo de trabajo que realice.

‘El trabajo infantil afecta a los niños, niñas y adolescentes exponiéndolos a riesgos físicos, como padecimientos crónicos por ambientes insalubres, estar expuestos a químicos y a factores meteorológicos, y a la desnutrición; también a riesgos psicológicos y riesgos sociales, como a que violen sus derechos humanos, a abusos, maltratos y drogas’.

Respecto a ETI 2011, Barrantes Serrano comentó que ‘el mayor aporte de este estudio [panameño], en comparación a estudios anteriores, es que investiga directamente las viviendas en las que se encuentra la población más vulnerable y a la vez proporciona información detallada por edad’.

‘Una de las cosas positivas del informe es que la colaboración de instituciones públicas y privadas está dando sus frutos, ya que en los últimos dos años la cantidad de infantes trabajadores ha disminuido a 29 mil’, informó Barrantes.

LATINOAMÉRICA

De los 215 millones de niños, niñas y adolescentes que trabajan infrahumanamente en el mundo, en América Latina se encuentran 14 millones de menores en esa situación, donde casi el 70% realiza labores pesadas y peligrosas en la industria minera, agricultura y peor aún en la explotación sexual comercial, que detrimenta su integridad física y psicológica.

Según advierte la directora de la Dirección Contra el Trabajo Infantil y Protección de la Persona Adolescente Trabajadora (Diretippat), Rosa Carrasco, esto incidencia se debe a que, en América Latina, la riqueza se ha concentrado en unas cuantas manos, mientras que la población en estado de pobreza y pobreza extrema se incrementa desmesuradamente, por tanto, ante esta realidad los que más sufren son los infantes y adolescentes, quienes se ven obligados a trabajar y a dejar de lado sus estudios.

Así mismo la subdirectora de Relaciones Públicas y Asuntos Externos de Telefónica Panamá, Vicky Riaño, indicó que una de las principales causas del trabajo infantil es la crisis económica y la pobreza que hay en el mundo. ‘El trabajo infantil perpetúa la pobreza y la pobreza perpetúa el trabajo infantil. Un niño que proviene de una familia pobre y que sólo se dedica a la agricultura tiene menos posibilidades de estudiar y progresar’, destacó Riaño, responsable de Fundación Telefónica.

Riaño añadió que el programa Proniño de la Fundación Telefónica ha atendido a 279 mil pequeños en Centroamérica, desde 2001 hasta 2011.

En la jornada de hoy, anotó que se debatirán temas como ‘trabajo infantil peligroso en la agricultura, explotación sexual comercial en niñas, niños y adolescentes, y políticas de lucha contra la pobreza’, con el fin de analizar los casos de cada país Centroamericano y Latinoamericano.

La Conferencia Global sobre Trabajo Infantil se realizará el próximo año en Brasil. Para 2015, los constituyentes de la OIT se propusieron como objetivo la eliminación de las peores formas de trabajo infantil y eliminar el trabajo infantil en su totalidad para 2020.

MIENTRAS TANTO EN PANAMÁ

Para combatir la problemática del trabajo infantil y adolescente se creó la denominada ‘Hoja de ruta’, inspirada en la Convención de los Derechos del niño y la niña.

Según lo establecido por la Constitución y las leyes panameñas, dijo la coordinadora Nacional de OIT-Ipec Panamá, Briseida Barrantes Serrano, la participación de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años en actividades laborales que perjudican su desarrollo educativo, físico y mental está eliminada, al tiempo que ‘se incrementan las garantías del disfrute de todos sus derechos, especialmente los de protección, salud y educación’.

La directora de Diretippat, Rosa Carrasco, recalcó que Panamá cuenta con normativas legales e instituciones dirigidas a garantizar el ejercicio de los derechos humanos de las personas menores de edad y que particularmente cuenta con una legislación que prohíbe el trabajo infantil, a la vez que regula el trabajo adolescente y sanciona con pena de cárcel los delitos relacionados con la explotación sexual comercial y otras formas peores de trabajo infantil. ‘Las normativas vigentes ordenan a las instituciones oficiales proteger los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en riesgo o están sometidos a distintas formas de explotación y abuso’, enfatizó.

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