‘El camino se te hace solito, sin buscarlo’

Actualizado
  • 06/09/2013 02:00
Creado
  • 06/09/2013 02:00
PANAMÁ. ‘Desde que tenía 10 años me gustaba trabajar con cuchillos. Aunque llegué a cortarme, siempre me gustó trabajar con las manos’, ...

PANAMÁ. ‘Desde que tenía 10 años me gustaba trabajar con cuchillos. Aunque llegué a cortarme, siempre me gustó trabajar con las manos’, refleja Xenia Muñoz Saavedra al decir de dónde nació su amor por las artes plásticas.

Su inclinación hacia las artes fue algo natural: ‘En mi familia no hubo nadie que me hablara de arte, yo sabía que se dibujaba, se pintaba y hasta ahí. Sin embargo, desde los 9 años sabía que iba a estudiar dibujo’.

A pesar de esto, en un principio no estudió pintura; sino que, por solicitud y recomendación de su padre, se graduó de maestra de primera enseñanza en la Escuela Normal de Santiago.

Un día acompañó a su padre a la capital para entregar unos quesos, producto que su familia producía artesanalmente. Durante este viaje, pasaron por la casa de una tía que tenía una hija en México estudiando artes plásticas.

‘Cuando yo me enteré de eso me di cuenta de que a ti se te hace el camino solito, sin buscarlo. ¡Qué coincidencia el llegar exactamente con la persona que me podía introducir en el arte!’, analiza Muñoz. Esta tía la ayudó a hacer el contacto con la escuela en México y le consiguió un cupo.

Luego de dos años de estudios, fue cuando se decidió por la escultura: ‘para mí la pintura era más fácil, no sé de dónde saqué esa idea. Por eso me fui por esa rama al momento de escoger la especialización’.

Sobre por qué retornar a la docencia luego de cinco años en México y no dedicarse de lleno a producir obras, menciona la escultora: ‘Me gusta la parte creativa y también la docencia. Una inspira a la otra. Mi mayor esplendor artístico se dio cuando dictaba cátedra. Trataba de dividir mi tiempo para que me pudiera dedicar a ambas cosas. Y es que lo que veía en las aulas, lo que aprendía de mis alumnos me inspiraba’.

Las esculturas e inclusive pinturas de Muñoz Saavedra son figuras humanas, en su mayoría mujeres: ‘Me gusta esculpir el cuerpo de la mujer, sobre todo en estado de gestación’. Al indagar en los porqués de este leit motiv en su obra simplemente dice: ‘No sé. Nunca lo he pensado, supongo que es porque me identifico con eso y es lo que conozco al ser mujer’.

A pesar de haber expuesto tanto en Europa (Holanda, Bélgica y España) como en América (Estados Unidos, México o Argentina, por mencionar algunos), la profesora Muñoz lleva varios años sin exponer su obra a nivel nacional. Sin embargo, menciona que para el 2014 el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) le ha dado un cupo, aunque sin fecha concreta.

La herrerana lamenta que, como un asunto no solo del arte sino de la idiosincracia panameña, siempre se aprecia más lo de afuera que lo nacional y, por eso, considera que su obra no ha sido valorada como se merece: ‘Cuando iba a una galería a exponer la gente siempre me decía ‘¡Ay, qué bonito!’ y de ahí no pasan. Eso se debe a que el pueblo no se ha desarrollado lo suficiente para tener la visión de apreciar lo suyo. Siempre lo de afuera es lo novedoso. Viene algún extranjero con arte y la gente se vuelve loca y compra, no importa el precio. Pero si tú le dices: ‘el panameño tal tiene una exposición’ difícilmente compran, le dan muchas vueltas’.

La escultora está en el proceso de realización de dos libros, uno con la ayuda del periodista Jorge Iván Mora, que trata sobre su vida y obra y otro sobre las técnicas de la escultura.

Al indagar de dónde nació esta idea y el interés por escribir, explica: ‘Aquí la historia no se registra correctamente porque todo se basa en las amistades’. A esto, añade: ‘He escuchado que en las universidades dicen que en Panamá no hay escultoras. Eso no es cierto, yo estoy aquí, yo tengo mi título que declara que esa es mi profesión y quiero dejarlo claro’, reclama Xenia Muñoz Saavedra.

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