La cinematografía puesta en pausa

Actualizado
  • 10/05/2015 02:00
Creado
  • 10/05/2015 02:00
La burocracia y los recortes presupuestarios han disminuido a la incipiente industria fílmica

El 2014 es recordado como uno de los mejores años en la breve historia de la industria cinematográfica istmeña. O por lo menos como el que más estrenos locales registró. Irónicamente, sería seguido por el que -en comparación con los más de cuatro estrenos del año pasado, tres de ellos en el mes de octubre- podría ser calificado como negativo.

Durante los últimos años el público se acostumbró a consumir producciones panameñas, con actores que venían del teatro o de la calle y diálogos salpicados por el picante de las palabrotas de uso diario. Tras décadas de parálisis, la industria parecía finalmente encaminada, gracias a la denominada ‘Ley de cine', creada en el 2012.

Es así que el 2014 encontró a una industria fílmica incipiente, con cuatro cintas que fueron proyectadas en las salas locales: Reinas , de Ana Endara Mislov; Invasión , de Abner Benaim; Rompiendo la ola , de Annie Canavaggio, e Historias del Canal , cuyos créditos son compartidas por cuatro realizadores. Más dos documentales - El Héroes Transparente , de Orgun Wagua y La fábula , de Enrique Castro Ríos-, que fueron proyectados en espacios alternativos.

Por el momento, Caja 25 , documental dirigido por Delfina Vidal y Mercedes Arias, es la única cinta panameña que se ha estrenado en el 2015, lo que representa, para algunos cineastas, un estancamiento. Si bien el año todavía no ha concluido, como advierte Stephan Proaño, director de la Comisión de Cine de Panamá, los lamentos no se han hecho esperar. ‘Es una lástima, porque nos encontrábamos atravesando una ola positiva, pero el cine se ha visto afectado por cuestiones burocráticas', sostiene Annie Canavaggio, directora de Rompiendo la ola , documental que fue proyectado en el pasado Festival de Cine de Varsovia.

CONTINUIDAD CERO

Los problemas comenzaron en el 2013, el primer año en el que se anunciaron los primeros ganadores del concurso del Fondo Nacional de Cine, que de acuerdo con los establecido por la ley 16 del 27 de abril del 2012, es administrado por el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI). Entre las producciones a las que se le asignaron fondos en esa oportunidad se encontraban Salsipuedes , El sultán , Kimura , Rompiendo la ola e Invasión .

En total fueron 12 doce cintas que recibieron premios que correspondieron a la etapa de desarrollo en que se encontraba cada proyecto. A estas producciones se les adjudicaron los 2.2 millones de dólares que representaban la totalidad de los fondos de los que disponía el MICI cuando la ley fue creada en el 2012.

Al año siguiente, Soñar con la ciudad , El Saco y Luna de queso recibieron el premio de ‘apoyo a largometraje'. Sin embargo, al no haberse aprobado presupuesto para ‘fondear nuevamente', los premios fueron concedidos sin que el Estado contara con los fondos necesarios. Es una acción que Proaño ha calificado como ‘una imperdonable negligencia administrativa del gobierno anterior', ya que ‘un concurso debe llevarse a cabo con la responsabilidad de tener el dinero para pagarlo'.

Tal parece que los nuevos ‘tiempos administrativos' del nuevo Gobierno -muchos más tardos que el anterior- y los recortes presupuestarios le han puesto el freno al despegue de la industria. Este año el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la Asamblea redujeron a 1.5 millones de dólares el presupuesto inicial de 2.2 millones con los que contaba el fondo, por lo que los premios que se deberían asignar en el 2015 han quedado fuera de la cuestión.

La decisión de no llevar a cabo la convocatoria sitúa al Gobierno en una zona cercana a la ilegalidad, tal como advirtió recientemente Arianne Benedetti, ex director de la Comisión de Cine, al colgar un ‘tuit' donde señalaba que la ‘reglamentación de la ley de cine estipula que la convocatoria del concurso ‘Fondo cine' se lleve a cabo en enero de cada año'.

Todo apunta a que para el MICI se trata de un riesgo calculado, para ganar tiempo y así completar una serie de auditorías y poner la casa en orden. Lo cual no significa, afirma Proaño, que ‘la conducción de auditorías esté necesariamente relacionada con alguna irregularidad o sospecha de irregularidad'. Sostiene que se trata de una simple herramienta burocrática aplicada para conseguir documentos faltantes que son indispensables para que la Controlaría pueda refrendar los desembolsos a los ganadores del certamen. O para desatrancar situaciones como las que ha experimentado Canavaggio, quien no recibió la totalidad de los fondos que el MICI le debía por Rompiendo la ola porque ‘se bloqueó una cuenta' de la película.

LISTA DE ESPERA

Lo cierto es que la naciente industria cinematográfica parece haber perdido parte de su impulso inicial. Un comunicado divulgado por la Asociación Cinematográfica de Panamá (ASOCINE) reveló que actualmente ‘22 películas panameñas se encuentran listas para continuar sus procesos en las diferentes etapas de desarrollo y producción, películas que serán proyectadas en festivales internacionales de cine y en salas comerciales dentro y fuera del país, representando a Panamá a nivel mundial y fortaleciendo la identidad cultural panameña dentro del circuito comercial mundial'.

Una de estos 22 proyectos inconclusos es el documental Buscando al indio conejo , dirigido por Canavaggio. La angustiosa espera por recibir los fondos que le corresponden por ganar uno de los premios otorgados por el MICI ha motivado a la directora a buscar financiamiento en el exterior.

La documentalista teme que el Fondo de Cine, que representa el primer apoyo gubernamental al séptimo arte en muchos años, cese de existir, precisamente cuando el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFFP, por sus siglas en inglés) parece haberse consolidado como un cita regional de envergadura, luego de cuatro años convocando a cineastas y cinéfilos de todas partes del mundo. El año pasado más de 20 mil personas asistieron a las proyecciones del IFFP, que tuvieron lugar en Multiplaza, el Teatro Nacional, el Teatro Anita Villálaz y la Cinta Costera.

Para la pasada edición del IFFP se esperaban varios estrenos, entre ellos el de Salsipuedes , producida por Ricardo Aguilar. Sin embargo, el único estreno a nivel local fue Caja 25 , inspirado en una serie de cartas escritas por trabajadores del Canal. ‘Lo ideal habría sido que todas las películas que se estaban produciendo estuvieran listas para ser estrenadas en el festival, pero en realidad es difícil finalizar una filme. En lo personal prefiero que una cinta se demora más y que el resultado sea mejor. En lo que a los cineastas se refiere, el éxito de uno es el de todos', señalaba Pituka Ortega Heilbron, organizadora del IFFP, durante una entrevista publicada en Facetas el cinco de abril.

Pero a pesar de los problemas, Benedetti no cree que la demora en el otorgamiento de los fondos suponga la extinción del Fondo de Cine. Es un optimismo que es compartido por Proaño, quien afirma que todavía pueden haber hasta tres estrenos antes que finalice el año. Si no con dinero del estado, entonces a través de financiamiento privado. ‘La industria cinematográfica no debe depender exclusivamente de premios estatales. Es más, muchas de las películas que se han entrenado no se han ganado premios'.

Las palabras de Proaño no parecen convencer a los miembros de ASOCINE, quienes en un comunicado apelaron al Gobierno para que garantice ‘la continuidad del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y Audiovisual Nacional'. Hacia la consecución de este objetivo están encaminadas las reuniones que ASOCINE y el MICI han venido sosteniendo en las últimas semanas. Los cineastas le han recordado al Gobierno que el fortalecimiento de la industria fílmica interna robustecerá las aspiraciones de Panamá de convertirse en ‘una importante base de servicios y escenarios para las producciones cinematográficas internacionales'. El séptimo arte también es, más allá de la excelsitud y poder de las imágenes, otro negocio más.

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PRODUCCIÓN INDEPENDIENTE

Los cineastas no esperan al gobierno

Julia Wilson es una cineasta panameña que pasó más de 40 años de su vida en la ciudad de Nueva York. Ahí aprendió los oficios de productora, directora y guionista, todos relacionados con el cine. Es una pasión que la ha llevado a trabajar con el renombrado cineasta Spike Lee, cuando éste se dio a conocer con la película Do The Right Thing (1989).

En el 2009 Wilson retornó a Colón, su ciudad natal, encontrándola irreconocible. La capital de la provincia atlántica había dejado de ser la ‘tacita de oro' que conoció durante su niñez, cuando su madre se la llevó a vivir a los Estados Unidos.

Actualmente, Wilson prepara un nuevo proyecto fílmico que será rodado en el Istmo. En busca de financiamiento para este largometraje tocó las puertas de las oficinas de la Dirección de Cine (DICINE) en el Ministerio de Comercio Industrias. ‘Imagínese usted, ellos vieron entrar a esta ‘chocolatita'... ahí me sentí como un mosquita en una vaso de leche', comenta la directora haciendo referencia al color de su piel.

Aunque previamente había conversado con Stephan Proaño, director de la Comisión de Cine, asegura que cuando se presentó al MICI fue atendida por sus asistente, quien le presentó una documentación que le permitiría participar en la próxima convocatoria para el concurso del Fondo de Cine, que probablemente se realizará en el 2016. Este año la convocatoria fue cancelada por faltas de fondos.

No obstante, Wilson no pretende esperar hasta el 2016 para comenzar el rodaje de su película, que se titulará La batalla del primogénito . Asegura que la filmación arrancará en septiembre en el desierto de Sarigua, en Azuero. Aunque no participará en la próxima convocatoria del MICI, Wilson si solicitará a esta institución los permisos requeridos para filmar.

El próximo 19 de junio Wilson estará presentando en Panamá el DVD de su película The Game , que fue estrenada en los Estados Unidos en 1997.

INDUSTRIA EN DESARROLLO

Panamá en la economía del cine

El problema que plantea una industria cinematográfica mermada va más allá de las frustraciones artísticas de directores como Annie Cannavaggio, Pituka Ortega Heilbron, Abner Benaim, y otros que recientemente han llevado historias locales a la pantalla grande. Y es que menos películas significa menos ingresos para una mano de obra que escasea. ‘Del presupuesto total de una cinta rodada en Panamá, alrededor de un 60%, entre 500 y 400 mil dólares, se va en la mano de obra. Esto es una situación que nos afecta a todos', plantea Canavaggio. Es un panorama que se complica, más con la falta de mano de obra calificada para los menesteres cinematográficos.

Para romper el ‘impasse' actual del cine panameño se necesitará más que dinero. Como apunta Stephan Proaño, director de la Comisión de Cine, hará falta organizar ‘cursos, seminarios, apoyos a proyectos especiales', así como futuras ediciones del concurso de DICINE. En este esfuerzo, asegura, se necesitará involucrar a las universidades, que actualmente ofrecen cursos de cinematografía.

A largo plazo, los planes del MICI se encaminan a la conversión de ‘Panamá en un hub de coproducciones internacionales'. ‘ Los beneficios son muchos pues la inversión extranjera se reparte entre hoteles, transporte, sueldos y actividad constante de los técnicos locales además de la experiencia de trabajar y aprender más con profesionales del cine', asevera Proaño.

Lo que se pretende es garantizar la continuidad de ‘esquema de promoción de una industria', en este caso de una que incluso ha generado reseñas positivas en publicaciones foráneas como es el caso de Vanity Fair . Lo primordial es que los cines no se queden sin filmes hechos por panameños.

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LA LEY

ANTECEDENTES

La primera ley de cine fue creada en el 2007, durante la administración del presidente Martín Torrijos. Sin embargo, debido a problemas relacionados con su ejecución, la normativa fue renovada en el 2012 en el gobierno de Ricardo Martinelli. Su reglamentación tuvo lugar ese mismo año. Se creó la Comisión Fílmica de Panamá y se establecieron incentivos fiscales para las producciones foráneas.

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