'¡Nop!', un 'thriller' que destaca la catástrofe humana y el asombro ante el terror

Actualizado
  • 25/08/2022 00:00
Creado
  • 25/08/2022 00:00
El nuevo 'thriller' del director Jordan Peele se adentra al cine de horror psicológico, homenajeando otras cintas del género y dando una voz diferente a sus personajes sobre lo peligroso que es mirar la muerte a la cara
Daniel Kaluuya y Keke Palmer encabezan la cinta como Otis Jr. y Emerald

La nueva cinta del director y guionista Jordan Peele llega a cines nacionales hoy, tras meses de espera por parte de los fanáticos del creador de ¡Huye! (2018) y Nosotros (2019). En esta entrega, Peele destaca su don en el género de thriller, incluyendo una gama de elementos basados en conflictos socioeconómicos, culturales e incluso raciales dentro de la trama.

En la cinta conocemos a Otis Haywood Jr (Daniel Kaluuya), quien hereda el rancho de su padre cuando este fallece de forma extraña al recibir un golpe de una moneda “caída del cielo”. Es entonces cuando Otis debe encargarse de una granja que está en desgracia, famosa por sus caballos, pero que se encuentra en escasez de ellos, y hacer frente a los problemas financieros que se avecinan y amenazan con arruinar su vida mientras se desempeña como un entrenador equino. Como si fuera poco, su hermana menor Emerald (Keke Palmer) se embarca en un viaje para encontrar la fama en Hollywood, dejándolo solo.

Luego, en su regreso al rancho, Emerald y Otis Jr. se percatan de la presencia extraña de un objeto no identificado en el cielo sobre su territorio, y al pensar que se trata de un Ovni (objeto volador no identificado) deciden concretar un plan para obtener pruebas y venderlas para salvar el rancho; pero antes de llevar a cabo su plan, descubren la horrible realidad de la presencia extraterrestre y el inminente peligro en que están sus vidas. Es así como Peele nos muestra la originalidad de un guion que promete dejarnos pensando: “¿qué acabo de ver?”, en cada escena consecuente.

Hay muchos guiños basados en las películas clásicas de terror y ciencia ficción, pero no significa que ¡Nop! sea un homenaje, sino que se sostiene por sí mismo en el género, creando un vórtice de emociones, referencias y uso de mitos para contar un viaje intrínseco a la imaginación del director. Desde la antigüedad, el humano ha reconocido que el cielo y el espacio son lugares aterradores, incluso cientos de años después del comienzo de la revolución científica, solo hemos rascado un poco por encima de nuestra atmósfera y nos seguimos preguntando qué ocurre en el vasto universo, algo que Peele muestra como inspiración en la cinta.

La cinta ha sido recibida positivamente por la crítica norteamericana como la tercera entrega de Peele.

Si bien la trama de mirar al cielo ha sido replicada incontables veces, la unión del terror con el sentido de la vista y un peligro que proviene de lo alto, es un triángulo interesante para seguir explorando, tal como hizo la sátira de Adam Mackay, No mires arriba (2021) –con la cual también comparte una tropa visual característica: la mirada asombrada hacia arriba–, pero Peele agrega una capa de extrañeza y rompecabezas que termina adentrando a las audiencias de forma natural, pese a lo confusa que puede parecer la realidad.

Otra de las capacidades de Peele es crear un entorno que crece y se perfecciona en medio del miedo, la intriga y el poder sobre nuestro hábito de mirar estupefactos el peligro, el desastre y el trauma. La música y los efectos de sonido de Michael Abels contribuyen en gran medida a crear un aura de otro mundo alrededor del objeto del cielo. Asimismo, la película comparte la experiencia del director de fotografía holandés Hoyte van Hoytema (Interestellar, Dunkirk), quien pinta el fin de todo a través de la destrucción frente a la cámara.

Hay interesantes yuxtaposiciones entre impresionantes vistas e imágenes verdaderamente repulsivas dentro de la cinta, lo que no es nuevo en el universo cinematográfico de Peele, siendo ya un estilo consumado desde sus últimos proyectos. Sin embargo, la brecha artística entre los dos extremos se acentúa considerablemente. Pero más allá de los espectáculos surrealistas de ciencia ficción y las magníficas vistas –renderizadas– nocturnas, el director se asegura de dejar incógnitas en cada escena, revelando y a la vez no, detalles tejidos entre los propósitos de los personajes y su propia cosmovisión a través del lente.

Pese a que hay tensiones internas fascinantes en la película, junto con un suspenso manejado impecablemente, chistes punzantes –en medio de una atmósfera seductora y desconcertante de rareza total–, la genialidad de ¡Nop! parece radicar en lo poco polémica que se siente en comparación con los trabajos anteriores de Peele. Esta vez la cinta se siente cómodamente establecida en los desconcertantes vuelos de su propia imaginación, aunque sigue un camino narrativo más convencional dentro de su género.

Pero su bajo radar de polémica no significa que Peele haya dejado olvidada su dosis de realidad, ya que no puedes ver esta película tipo 'vaqueros contra aliens', sin considerar algunos pensamientos profundos de la raza, la ecología, el trabajo y el poder tóxico, pero encantador, de la cultura popular moderna. Todo lo que Peele destaca en ¡Nop! tiene una razón de ser, aunque no se entienda a primera vista y con el ritmo de la narración. Aun así, aborda tales asuntos de forma más pensativa que argumentativa.

El principal objetivo de su crítica es también el principal objeto de su afecto, que podríamos llamar simplemente: cine. Su amor por el cine corre por las venas de ¡Nop! con el uso de recursos que hacen recordar a Hitchcock o Spielberg, pero con su propia sazón y adoración por los efectos cinemáticos de gran tamaño e impacto.

¡Nop! comienza con un texto de advertencia, extraído del libro de Nahúm del Antiguo Testamento, que describe el castigo de Dios sobre la malvada ciudad de Nínive: “Haré de ti un espectáculo” (3:6). En el contexto bíblico, Dios habla a Nahúm a través de una visión en la que envía el mensaje de la destrucción de Nínive, y detalla las formas en la que la ciudad perecerá, siendo “un espectáculo” de vergüenza y horror para las demás naciones. Con esto en cuenta, la vivaz advertencia de Peele deja ver su ingenioso mensaje: el horror consciente nos hace querer apartar la mirada, pero es cuando vemos un “espectáculo” basado en la catástrofe, que no podemos dejar de mirar.

Así, Peele se sienta en una silla directoral que supera las expectativas de lo que su “sello cinemático” puede brindar a la gran pantalla, logrando la mezcla de comedia, sátira, filosofía y ficción, sin pretensiones ni buscando ovaciones. En poco más de dos horas (que tal vez pudo haber sido menos), Peele se vierte completamente en una trama que no deja de sorprender –para bien o para mal– en un viaje sin retorno hacia lo que podríamos considerar una nueva cara del género del thriller en Hollywood.

Quizá no sea para todos y tal vez no supere la gran demanda de atención en las primeras semanas de ¡Huye! (2018), pero ¡Nop! se sostendrá ante el paso del tiempo como un recordatorio de que las películas pueden ser aterradoras, disruptivas, divertidas y extrañas. Pero lo que nunca podrán tener es inocencia.

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