La campeona panameña combina su pasión por el poomsae con su formación en Psicología, demostrando que el equilibrio mental es clave en el alto rendimiento...
- 18/01/2020 00:00
 
Al principio pensé que estaban tirando 
 bombitas, de esas que se explotan en 
 navidad y año nuevo. Por supuesto que 
 nadie creyó en un primer momento que 
 estuviesen disparando contra una 
 multitud desarmada.
 Pero de pronto, escuché un ruido 
 como de muchas aves que emprenden el 
 vuelo repentinamente, 
 y vi a mi compañero Ascanio tirado 
 en el suelo mientras una brisa 
 púrpura se le iba filtrando en los 
 pulmones. Luego escuché otras 
 detonaciones, y después nada. 
 Ahora paso el tiempo 
 tratando de taparme la herida. 
 Es una herida con manías. 
 Una herida trashumante podría decirse. 
 Un día me aparece en el pecho 
 y yo me la tapo con esparadrapo, 
 o simplemente me coloco la mano encima 
 hasta que siento que se apacigua, poco 
 a poco, como un gatito 
 que se queda dormido. 
 Otros días aparece en mi pierna, 
 en mi espalda, en mi hombro 
 o en mi panza. Y algunos días se esparce 
 sobre mis labios y se introduce en mi 
 garganta y baja hasta mi corazón 
 suspendido en el vacío... 
 Entonces recuerdo que estoy muerto. 
 En esos días no hablo. 
 En esos días pienso en mi madre 
 que debe estar esperándome con la comida 
 caliente y una sonrisa tan cálida
 como un día del verano. 
 Pienso en mi padre, trabajador y bueno 
 como nadie, que prometió ayudarme con mi 
 sueño de ser médico. Pienso en el rostro 
 del amor que me esperaba en alguna 
 hora del futuro. Pienso…