España, cultura a pesar de la crisis

Actualizado
  • 22/01/2012 01:00
Creado
  • 22/01/2012 01:00
M ás de 5 millones de desempleados provocan nuevas tendencias y un murmullo continuo en las conversaciones diarias. En España, las vent...

M ás de 5 millones de desempleados provocan nuevas tendencias y un murmullo continuo en las conversaciones diarias. En España, las ventas de diarios y libros han bajado notablemente y la inversión pública en cultura se ha visto reducida. El mundo ha cambiado ante nosotros y todavía no nos hemos dado cuenta.

Se dice que ‘la primera víctima de la guerra es la verdad’ -esta afirmación se le atribuye a Esquilo o a Sun Tzu-. En cambio, la primera víctima de las crisis económicas suele ser la cultura. En España, los recortes económicos a este sector son sustanciales.

A los eruditos en finanzas, después de decenas de años de experiencia, solamente se les ocurre congelar salarios y pensiones y subir los impuestos. Esas son las medidas, chistes sin gracia de los que no te puedes reir.

En 2011 el presupuesto del Ministerio de Cultura ascendía a 790 millones de euros, 127 menos que 2010. Para 2012, es aún menor: apenas 485.

NUEVA ADMINISTRACIÓN

José Ignacio Wert es el nuevo ministro de cultura, designado el pasado 22 de diciembre. En menos de un mes ha dejado claro que sus preocupaciones no tratan de incentivar la lectura sino de erradicar las descargas ilegales de internet. Una posición que ha sido muy criticada desde diversos sectores sociales. Los ‘pornofilos’ han sido de los primeros en mostrar su preocupación aunque numerosos miembros de la cultura han manifestado su oposición a una ley que limita el acceso a la cultura.

El ministro afirmó hace unos días que ‘persigue al que trafica no al que consume’ en referencia a las descargas ilegales. Con Wert, el ministerio vuelve a unificar varias esferas: educación, cultura y deporte. De modo que se suscribe la misma importancia a jugar al tenis que a saber leer.

La educación en España parece un enfermo de Alzheimer. Cada nueva legislatura experimenta nuevos planes educativos olvidando los antiguos. Afortunadamente, los nombres de los ríos no cambian, pero si las intenciones. Y las intenciones son continuar recortando inversión en cultura y educación, ‘Tenemos muchas cosas que cambiar’ afirmó el actual presidente, Mariano Rajoy.

INVERSIÓN CULTURAL

La cultura constituye un patrimonio que genera atracción y devoción. Se debe ser consciente de ello. Barcelona lo ha sido y por eso es una de las ciudades más visitadas de Europa. Lo es, gracias a la gran imagen que ha conseguido vender, y también, debido a que alberga joyas arquitectónicas del mágico Antoni Gaudí.

Madrid también se ha convertido en un centro de peregrinación. En una misma avenida convergen varios museos; el Museo Nacional del Prado, el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, Thyssen, Caixa Forum.

El patrimonio cultural es clave para fomentar y producir riqueza. La inversión disminuirá pero la cultura no se extinguirá. La cultura es más que eso. Es tradición, y la ella no puede destruirse aunque si puede cambiar. Se trata de un conjunto de conocimientos, de modos de vida. Las corridas de toros, la gastronomía, salir a tomar vinos... todo ello es parte de nosotros, indisoluble de nuestra condición.

Durante periodos bélicos vividos con anterioridad, dictadores desalmados y descafeinados, épocas difíciles, la cultura siempre ha prevalecido. Aquellos que sienten necesidades emocionales y fisiológicas de consumir cultura, de un modo hedonista o intelectual, acaban consiguiéndolo sin las ayudas públicas.

CREACIÓN SUBVENCIONADA

La cultura de masas ha coleccionado novelas de aventuras y discos de música clásica. Así se ha educado a una sociedad que concibe la cultura como ocio y el ocio como cultura. En el metro las personas leen novelas históricas y rellenan sudokus antes de llegar al trabajo, donde con suerte, se pueden conectar a internet a leer los titulares de los periódicos. Esos son los hábitos generales y aplaudidos. Los otros, las subvenciones, son celebradas por quienes las reciben pero no las comparten.

Una densa camarilla de artistas se ha formado siempre cerca de los gobiernos. Siempre han poseído una vertiente de izquierda deslucida y maniquea en la que eran ellos quienes decidían y atribuían el significado de cultura a una serie de actividades prescritas.

La máxima expresión de este fenómeno se alcanzó en 2008. Se creó una plataforma de apoyo para el que sería futuro presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. La plataforma acogía a todos aquellos artistas que desinteresadamente querían mostrar su apoyo mostrando su rostro. El elenco estaba formado por actores españoles que se desconocen fuera de las fronteras e incluso dentro. Otros más conocidos también se implicaron. Pedro Almodóvar era uno de ellos y a pesar de ser millonario, asumía su rol de izquierdas. Miguel Bosé, Joaquín Sabina, el pintor Miquel Barceló. Todos comprometidos. En política la imagen es determinante de modo que cuesta creer que la presencia de estos artistas respondiera a una razón altruista.

SIN CRITERIO

Hay directores cinematográficos que reciben dinero del Estado para hacer sus películas. Steven Spielberg decía que él hacia películas para que la gente las viera. Parece que algunos no entendieron ese mensaje olvidándose de que el espectador es el único destinatario de la cinta.

Un ejemplo desconcertante es el cineasta José Luis Garci, quien ha visto más de 20 mil películas. Sin embargo, ni una suya es atractiva. Todas poseen la soberana capacidad de dormir hasta a un insomne como yo. Los adolescentes, en cambio, quizás las puedan aprovechar.

David Trueba es como Lazarillo de Tormes. Ávido y listo. Me confesaron en la Facultad que compraba las entradas de su propia película para que ésta continuara en pantalla. Algunos festivales exigen un mínimo número de semanas en cartel para poder participar. Y él, como es lógico, quiere cumplir con los requisitos.

Cada año, el ministerio de cultura convoca diversas becas para producciones cinematográficas. En España se produce una media de 100 películas al año, que no se suelen estrenar. Lástima. Algunos afortunados consiguen proyectar sus obras en salas, las cuales, la mayoría de las veces están vacías. Sino, que se lo pregunten a Garc o Trueba.

Uno de los cineastas del momento, Roberto Fresnadillo, no necesita hacer esas cábalas para llenar el cine. Él si coincide con Spielberg. De hecho, han trabajado juntos. ‘La misión de un cineasta es hacer productos atractivos que inviten al público a ir a las salas’ dijo Fresnadillo. Por esa razón, ‘los filmes tienen que ser lo mejor posible’.

Las palabras de este cineasta suscriben la importancia de crear productos de calidad en lugar de subvencionar masivamente producciones que no tiene ningún criterio...

IMPACTO Y ALTERNATIVAS

C. D. es un comisario de arte que no quiere decir su nombre aunque yo si escribo sus iniciales. Él es el reflejo de la ruptura sentimental entre el hombre y la cultura. Organizador de varias ferias en España, ha visto como cada una de las cuales él era responsable, desaparecían ante sus ojos y con ellas, sus esperanzas. ‘No hay dinero, se lo han gastado todo’, sentenció, riéndose de forma desesperada.

Los museos han visto reducidos sus presupuestos porque dependen del Ministerio de Cultura. También destacan proyectos anulados como el Museo de Fotografía en Segovia o el Centro Nacional de Artes Visuales en Madrid.

A pesar de ello, la oferta cultural continúa fluyendo gracias al talento y osadía de algunos artistas independientes. Un ejemplo de ello es Omar Jeréz. Retrato de un pensamiento libre sin adoctrinar, opina que ‘el talento no necesita financiación’.

La ayuda española a cooperación es y será una de las más afectadas por la fractura que ha provocado la crisis. Los colaboradores tendrán que cooperar de otro modo y en otros lugares. Todavía no han confirmado la cifra exacta. Los recortes serán recordados por ellos, pero también por nosotros.

En España hay una gran accesibilidad a la cultura. Quién no lee es porque no quiere o no sabe. Bibliotecas y centros culturales se extienden por el país y -además de impartir cursos para amas de casa que desean aprender a pintar- brindan numerosas opciones culturales sin ningún coste.

‘La finalidad de un artista es mantener un discurso filosófico ajeno a todo orden’, añadió Jeréz. La cultura se mantendrá a salvo cuanto más lejos se mantenga de gobiernos que desean crear un modelo homogéneo.

Como decía el escritor español Alberto Olmos sobre Charles Bukoswski, este ‘podía ser muchas cosas pero no era un hijo de puta con una beca’. Era salvaje, sincero y honesto como debería ser la cultura, como deberíamos ser nosotros.

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