Gaultier convirtió al Partido Comunista francés en nave espacial

Actualizado
  • 01/03/2014 18:39
Creado
  • 01/03/2014 18:39
Jean Paul Gaultier volvió a hacer de las suyas este sábado al convertir a la sede del partido comunista francés en nave espacial para s...

Jean Paul Gaultier volvió a hacer de las suyas este sábado al convertir a la sede del partido comunista francés en nave espacial para su desfile de moda femenina otoño invierno en París, mientras que Victor&Rolf, Vivienne Westwood y Veronique Leroy demostraron que no hay porqué vestirse sexy o llamar demasiado la atención para seducir.

Británicos al espacio con Jean Paul Gaultier La cita fue en la sede del partido comunista, un edificio de interiores curvos diseñado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. El personal recibió en traje espacial al público, que llegó con invitaciones de "billete para un viaje espacial". Cada cual ocupó su lugar bajo la cúpula del edificio, iluminada en verde. El desfile se llamaba "británicos en el espacio".

A Jean Paul Gaultier nunca le falta imaginación para sus desfiles, que contó esta vez entre los invitados famosos a las cantantes Rihanna y Beth Ditto, la actriz Aissa Maiga, y las ex modelos Noémie Lenoir y Farida Khelfa.

Los modelos del desfile eran algunas profesionales conocidas, pero también mujeres de mayor edad, hombres o niños, que se embarcaron en la nave espacial.

Las primeras siluetas eran en tonos verde o gris metalizado, y de eso se pasó a otros estilos "punk", o con tela escocesa. Todo terminó con la bandera británica, con modelos que llevaban una corona sobre la cabeza. La música de fondo era pop británica de los ochenta.

La colección fue "una mezcla de look espacial, disco, ochentoso, y cosas tal vez más futuristas", explicó el diseñador. Con calzas de lentejuelas o tartán escocés, seguro se llamará la atención. Lo mismo con unos pantalones de piel gris.

Pero también hubo algunas piezas más clásicas, como faldas con cierre de cremallera al costado para descubrir la pierna, una campera de aviador con lamé, un saco esmóquin acortado, pieles varias y trajes de fiesta.

Y la bandera británica al final sirvió de paso para recordar que en abril, una exposición dedicada a Jean Paul Gaultier se inaugurará próximamente en Londres.

Vuelve el pulóver de cuello V Partir de un elemento clásico --incluso un poco aburrido-- del guardarropas y transformarlo con creatividad: el dúo holandés Viktor&Rolf logró convertir al pulóver de cuello V en una prenda deseable por todos para el invierno próximo.

Los creadores lo estiran para convertirlo en vestido asimétrico, más largo por detrás que por delante, y luego al revés. A falta de una asimetría, proponen un tajo que sube bastante alto sobre la pierna, para darle un toque sensual.

Otra pieza clásica revisitada: el pulóver de lana con motivo trenzado, que se convierte en una prenda muy femenina, también bordándole cristales.

La pasarela estuvo dominada por los grises, el tono fetiche de Viktor&Rolf, en una colección donde el confort y la dulzura se desprenden de conjuntos en cachemira, jersey y terciopelo.

Y para las que se hayan hartado del gris, Viktor&Rolf crearon conjuntos muy vistosos con naranja, incluyendo unos seductores vestidos cortos.

Caos creativo de Westwood en una iglesia Vivienne Westwood escogió el templo del Oratorio del Louvre, construido en el siglo XVII y cedido por Napoleón al culto liberal protestante, para montar su desfile.

Iluminada como una discoteca con haces de luz coloreados, la nave principal del templo ofició de pasarela para una colección que evocó entre sus referencias a las del diseñador francés del siglo XIX Charles Frederick Worth, de origen británico y fundador de la alta costutra.

A primera vista, un desfile de Vivienne Westwood es tan variado que parece caótico, pero cada conjunto es un universo con orden propio.

Para esta temporada, ese orden secreto apeló "a tres influencias: tribal, Worth y militar", explicó a la AFP tras el desfile el director artístico y esposo de Westwood, Andreas Kronthaler. "Pusimos todo en un cóctel y esto es lo que salió. Creo que la mezcla de todo junto salió muy bien".

La inspiración tribal, presente en colgantes, provino de la tribu Asháninca, etnia amazónica peruana, que la diseñadora británica de 72 años y su esposo dos décadas más joven visitaron el año pasado. "Son gente maravillosa, que cuidan a la selva, que es su casa. Son amables y elegantes y usamos sus adornos", comentaron los creadores, en una nota entregada a los invitados.

Ambos saludaron juntos al final de un desfile en el que no faltó la novia de blanco, con un vestido que visto desde atrás lucía de lo más tradicional aunque de frente ostentaba la desnudez del busto detrás del tul: los efectos de transparencia son una de las tendencias observadas en varios desfiles.

La mujer cerebral de Veronique Leroy La belga Véronique Leroy dijo haberse inspirado del "imaginario de la fotografía surrealista" pero también de "El pianista", la película de Michael Haneke. "Es una mujer cerebral, no alguien que quiere gustar. No es ése su objetivo", insiste la diseñadora, famosa por su dominio de la materia y control del corte. Fuese o no el objetivo, en la pasarela las siluetas sedujeron a los invitados.

La creadora escogió modelos de piel muy clara, casi todas pelirrojas. Apenas si mostraron sus piernas: la falda llega muy por debajo de la rodilla.

A la mujer de Veronique Leroy le gusta especialmente el traje sastre con falda y cinto que marque bien la cintura.

Cuando hay pantalón, lo prefiere corto, estructurado y lo suficientemente amplio como para usarlo por encima de unas botas.

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