“Tenacius”, inclusión en alta mar

Actualizado
  • 31/01/2016 01:01
Creado
  • 31/01/2016 01:01
Un barco británico invita a las personas con limitaciones físicas a poner a prueba sus capacidades y sentirse útiles

Jubilee Sailing Trust (JST) es una organización benéfica para personas con discapacidad, acreditada por la ONU y establecida en Southampton, Reino Unido. Su misión es promover la integración de las personas con y sin limitaciones físicas, través del desafío y la aventura de la navegación en una embarcación de madera.

El velero ‘Tenacious' fue diseñado y construido especialmente para la organización en el año 2000, por un equipo de voluntarios de habilidades mixtas de JST. Actualmente es la nave operativa más grande del mundo de su tipo.

‘Tenacious' zarpó de Antigua hacía Panamá, el 4 de enero. Luego de una travesía por el Canal, atracó en la Bahía de Panamá, cerca de Isla Flamenco, durante cinco días, antes de partir hacia Costa Rica.

TODOS A BORDO

Cuando a Pam Evans sufrió un derrame cerebral que paralizó la mitad de su cuerpo hace más de 10 años, su vida cambió repentinamente. ‘Tenía 56 años e inesperadamente quedé paralizada de mi lado izquierdo del cuerpo. No podía usar mi brazo ni mi pie y la pierna estaba semiparalizada', recuerda.

Aunque poco a poco recuperó parte de su movilidad, sus limitaciones físicas persistían.

Una amiga le habló sobre el ‘Tenacious' y lo que allí hacían. ‘Ella me dijo: ‘tú podrías hacer eso'... le respondí que no, que estaba paralizada. Pero me insistió en que ellos aceptaban a personas en sillas de ruedas y ciegas', dice Evans, originaria de la isla de Jersey, en el canal de la Mancha.

De eso hace 10 años y desde entonces se inscribe en los recorridos por el Caribe. ‘Me encanta el Caribe. Hoy llamé a mi esposo [que está en Jersey] y me comentó que hacía mucho frío. Le dije ‘Oh, acá está soleado, lo siento por ti', afirma sonreída y con rostro enrojecido por el sol.

Sobre esta experiencia, asegura que aquí todas las personas con discapacidades encuentran una tarea que hacer, pero todas tienen un compañero, que no tenga discapacidad, para que lo ayude en las cosas que no puede hacer.

Evans tiene a Maggie Campbell, a quien ya conocía con anterioridad; también reside en Jersey.

Sin embargo, aclara que no es necesario que la persona con necesidades especiales conozca a su compañero, ya que hay personas que se inscriben solo para ayudar y hacer el recorrido.

‘El barco está diseñado para que las personas en silla de ruedas puedan fácilmente moverse por éste. Los elevadores los llevan incluso hasta el timón y el mástil. Hay marcas de madera en el piso que indican donde está el centro de la cubierta para que la personas no videntes sepan por donde van', explica Campbell.

Ambas reconocen que antes de esta experiencia, ninguna estaba familiarizada con la navegación de un bote. Todo lo han aprendido allí, ya que todos los días, algún miembro del equipo da charlas sobre navegación astronómica. Además, todos tienen que hacer guardias de cuatro horas en la mañana y la noche, como parte de sus responsabilidades.

El espíritu de equipo que hay dentro del barco fue lo que motivó a Campbell a seguir en los recorridos del ‘Tenacious'. Todos se ayudan unos a otros, irradiando una energía positiva.

‘Me siento muy humilde al ver a personas con discapacidades bastante serias ingeniándoselas para hacer cosas que nunca imaginaron que podrían lograr', añade.

Entre los participantes también está Roy Campbell, un veterano navegante de 83 años, que tuvo un infarto.

Asegura que su compañera cuida muy bien de él y es cociente de que no puede hacer trabajo pesado.

Sin embargo, su experiencia en navegación (fue oficial de la marina hace 50 años) es valorada por la capitana del barco, Barbara Campbell, aunque no son familia.

BAJO CUBIERTA

Pam Evans nos llevó a conocer las interioridades del velero, luego de darnos una vuelta por la cubierta.

La primera parada fue la cocina, muy bien equipada y donde se cocinan suculentas comidas.

Tanto Evans como Campbell no dejaron de alabar a la cocinera, que prepara el desayuno, almuerzo y cena para cerca de las 60 personas que navegan en el ‘Tenacious'.

Más abajo está el comedor, en el que también hay un bar, The Courage Bar, en el que ellos pueden tomar un par de tragos que son anotados a su cuenta.

Del otro lado del comedor, están las literas. Las primeras son cuartos para dos personas, equipados para que los que utilizan sillas de ruedas puedan guardarla y así estar más cómodos. Tiene un sistema de cuerdas y poleas para ayudar al individuo a levantarse o de la cama.

Justamente, en Panamá, se unió a la tripulación Jorge Livingston, miembro del equipo de baloncesto en silla de ruedas.

EL RECORRIDO

Luego de Panamá, el ‘Tenacious' se dirigió por dos días a la isla de Coiba y de allí se enrumbó a Costa Rica.

Tras hacer un recorrido de 23 días por las costas costarricenses y nicaragüenses, el velero partió hacia Tahití, en un viaje de 55 días, haciendo paradas en las islas que están el camino. De allí saldrá a Fiji y después arribará a Sidney, Australia.

Durante los trayectos, hay personas que se quedan en las paradas y suben nuevos integrantes. Cada quien puede escoger su itinerario, a través del sitio de la organización (http://jst.org.uk).

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‘Me siento muy humilde al ver a personas con discapacidades bastante serias... Se las ingenian para hacer cosas que nunca imaginaron que podrían lograr',

MAGGIE CAMPBELL

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EXPERIENCIA

Con las mujeres al timón

Al frente del velero está la capitana Barbara Campbell, quien estaba entusiasmada de volver a pasar por el Canal de Panamá.

Recuerda que lo hizo por primera vez en noviembre de 1975, en el primer barco en el que era oficial. ‘Era cadete oficial de puente de un buque carguero que partió de Nueva Zelanda hacia Londres'.

Luego, por siete años, fue oficial de navegación en la línea de cruceros Princess. Pasar por el Canal era cosa de todos los días. ‘Pero esta ocasión ha sido la mejor de todas', asegura.

Tal vez sea porque esta vez no tuvo que entregar el mando de la nave a un piloto del Canal. Esto se debió a que ellos tienen poca experiencia con este tipo de embarcaciones, que cuentan con poca visibilidad en la proa. Por esto Campbel fue quien navegó el Canal.

Causó una gran impresión en el personal del Canal que un velero fuera casi comandado por mujeres, pues el primer oficial y el segundo al mando lo son. Y no es que es Campbell lo decidiera así, sino el azar.

Ella tiene 16 años comandando el ‘Tenacious'. Antes de esta experiencia, no había trabajado con personas con discapacidad. ‘Muchas personas regresan para hacer varios viajes, porque no necesitas tener experiencia en un barco. Nosotros les enseñamos como hacer nudos e izar las velas. Son trabajo que requieren mucho esfuerzo y varias personas para hacerlo, es una labor d equipo en el que todos deben colaborar', asegura.

La capitana, de 58 años, explica que las tareas a bordo se asignan dependiendo de la discapacidad de los pasajeros. ‘Por ejemplo, en esta ocasión hemos tenido a varias personas con derrames; ellas no pueden jalar o sostener una cuerda, pero siempre que suben o bajan las velas, hay cuerda para soltar y eso lo pueden hacer . En cambio, las personas en silla de ruedas, dependiendo de su parálisis, acostumbran tener mucha fuerza en la parte superior del cuerpo, así que les va mejor jalar. Siempre hay algo que hacer en un barco como éste'.

Lo afirma porque la embarcación está diseñada especialmente para que sea necesario el trabajo físico.

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