La luz de la ‘ciudad luz'

Actualizado
  • 07/04/2019 03:11
Creado
  • 07/04/2019 03:11
El fotógrafo Rafael Guillen presenta en la Alianza Francesa de Panamá, la exposición fotográfica ‘La luz y la ciudad', una serie de once imágenes que registró el año pasado, durante un viaje de 15 días a la ciudad de París

‘La fotografía se ha democratizado de tal manera, que ahora todos somos fotógrafos', reconoce el venezolano Rafael Guillén, pero esta realidad viene acompañada de otra. ‘Mucha gente mira pero no ve'.

Y es que todos podemos tomar fotos, sobre todo con un teléfono celular, pero, de acuerdo con el fotógrafo, no son imágenes pensadas, mientras que alguien con educación visual y con cierta experiencia, registrará, incluso de forma espontánea una buena composición, encontrará un momento de la luz que es la más conveniente, observará una situación, o encontrará a esa persona a quien quiere retratar, de quien quiere reflejar algo.

‘Hay algo que me encanta de París que es su luz. Los colores del cielo, las nubes. el gris de los edificios, hay una luz que es contrastada, tiene un contraste muy bonito'.

Claro está, también hay excepciones y habrá personas con talento innato que desde la primera vez que toman cámara lograrán buenas imágenes, pero no es lo usual.

Guillen, quien es productor audiovisual en el taller del maestro Carlos Cruz-Diez, Articruz, tuvo la oportunidad de, durante un viaje de trabajo en París, aprovechar su tiempo libre para registrar algunas imágenes de sus calles, edificios y gente. imágenes con mucho de espontaneidad, que es uno de los aspectos de la fotografía que más le atraen.

‘La fotografía es muy generosa, siempre lo digo, yo con la fotografía he hecho de todo, Para empezar que he vivido toda la vida de la fotografía. He hecho desde publicidad, grastronomía, tuve un estudio dedicado a niños , pero esto es lo que me gusta como trabajo personal', afirma.

‘Muchas veces el trabajo para vivir no te deja mucho tiempo para hacer el trabajo que realmente disfrutas. Yo tengo la suerte de estar haciendo un trabajo que me apasiona que es documentar', comenta, pero siempre hay algún proyecto personal que ocupa espacios en la mente y que en un momento y lugar adecuado es un reto llevar a cabo.

La luz y la ciudad ‘es una serie muy cortita, la quise siempre corta porque me parecía que no tenía sentido extenderla y quise hacer formatos grandes para que la gente no estuviera buscando en fotos pequeñitas sino que de una vez lo tuviera todo clarito y dijera ‘qué bien, o qué mal, me gusta o no megusta...'.

Las impresiones de las imágenes en gran formato estuvo a cargo del taller Articruz.

LA LUZ Y LA CIUDAD

El nombre de la exposición es un juego de palabras, ‘le di vuelta a lo de Ciudad Luz y la nombré La luz y la ciudad, un poco volteando aquello y acentuando que la luz es mi materia prima, es con la que yo trabajo. Aunque algunas fotos son nocturnas, sacas la luz de donde la tengas.

‘Muchas veces el trabajo para vivir no te deja mucho tiempo para hacer el trabajo que realmente disfrutas. Yo tengo la suerte de estar haciendo un trabajo que me apasiona que es documentar'.

Joel Bracho Ghersi, destaca en el folleto de la muestra que en las imágenes de Guillen, ‘lo primero es la luz, Su mirada de fotógrafo ha hecho de la luz de París el centro de una búsqueda en la que la ciudad es personaje imprescindible per secundario. Es una mirada indirecta de la ciudad a través de los espacios iluminados entre sus calles, monumentos, paseantes y edificios'.

‘La luz y la ciudad es un espejo de la ciudad luz, es fotografiarse a sí mismo... un belle regarde , un vistazo a la luz que rebota de gruesas columnas y capiteles, de cúlpulas y fachadas, de muros con graffittis del Tramp que los franceses bautizaron Charlot', dice Edgar Cherubini Lecuna.

Esta fue la segunda visita de Guillén a París. ‘Esta vez me impresionó mucho lo superpoblada que está la ciudad, la cantidad de gente mayor que vive en la calle... eso me impresionó mucho. Pero hay algo que me encanta de París que es su luz. Los colores del cielo, las nubes. el gris de los edificios, hay una luz que es contrastada, tiene un contraste muy bonito', rememora.

Es una sensación parecida a cuando estamos por terminar la estación lluviosa en Panamá y día tras otro nos acompaña un cielo gris que a muchos torna melancólicos. ‘Pero cuando llega el verano dices, esta es la luz que quiero'. Y a esta visión le sigue la de los recuerdos de la luz en Caracas, ‘toda la temporada de octubre a febrero hay una luz muy bella'.

Y así Guillén admite que sí, que hay un poco de saudade en esta muestra.

‘Yo tengo nostalgia de todo, estoy en un exilio que no decidí ... fue algo como si te dijeran ‘vete' y uno, ya de cuartenta y tantos años, uno vive con nostalgia de todo...', destaca.

Quince días fueron suficientes para hacer esta serie, aunque una de las imágenes corresponde a su viaje anterior.

‘hay fotógrafos que se toman 5 años haciendo una serie, yo no quiero durar 5 años haciendo una cosa. A lo mejor junte una foto que tomé hace tiempo con otra de una serie que estoy conformando, pero a mí generalmente se me hace muy fácil, hago esto constantemente por trabajo, así es que puedo, por ejemplo, ir al Casco Antiguo una mañana y tomar fotos y sacar una serie'. Para Guillén esto no representa nada en particular, simplemente ‘son maneras de trabajar'.

‘Yo soy muy práctico, no soy ese fotógrafo romántico que se queda meditando lo que va a hacer', asegura. Y tampoco se queda mucho tiempo esperando el famoso ‘momento decisivo'.

‘Me encantan las fotos del ‘momento decisivo', pero no soy capaz de hacerlas. Hay gente que sí se preocupa mucho por eso, pero yo no'. insiste. ‘Soy de los que camino, si hay algo que me gusta me quedo, espero un poquito, pero una de las fotos la fotos en la que hay un hombre parado, la tomé 10 veces, hasta que me convencí de que ‘ya, tengo la foto'.

Guillen es consciente de que no sería un buen reportero gráfico porque se ha quedado congelado en medio de situaciones complicadas, pero de lo que sí es capaz es de darse cuenta de que acaba de hacer la imagen que busca.

‘En ese momento me detengo, dejo de disparar, y ayuda mucho la posibilidad de ver inmediatamente lo que hiciste', destaca.

La tecnología ha llegado imponiendo cambios en la metodología de trabajo. Algunas han beneficiado, mientras que otras, no tanto.

‘Cuando usábamos negativos, no podías desperdiciar cuadros, hacías 200 fotos para escoger 20, ahora haces 2,000 para escoger dos. Ahora tomas fotos hasta que ya', dice, o al menos hasta que sepa que logró la fotografía que buscaba.

La luz y la ciudad se presentará en La Alianza Francesa hasta el 3 de mayo de 2019.

Rafael Guillén

BIOGRAFÍA

Fotógrafo profesional desde 1985, Rafael Guillén comienza a mostrar su trabajo en Salones Nacionales de Arte en Venezuela, como el Salón de Artes Visuales Arturo Michelena en el estado Carabobo. Fuera de las fronteras nacionales expone su madurado trabajo en México en el marco del evento Foto Septiembre organizado por Conaculta en Iztapalapa D.F. En el año 2000 funda en Barquisimeto su ciudad natal, junto a Claudia De Medinaceli, el estudio fotográfico Plató Fotográfico que funcionó hasta el año 2011, fecha en que se trasladan a la Ciudad de Panamá. Establecidos en el Istmo, expone en Photo Now PTY 2014 de la Galería DGAG Contemporary. Desde 2011, vive y trabaja en la Ciudad de Panamá donde desarrolla la serie ‘Panamá es Negro y Blanco', con la cual intenta reflejar la mezcla de culturas, colores y sabores de un país hermoso, tanto por su gente, lugares y costumbres. La muestra se expuso en la Marion Gallery de la Ciudad de Panamá en el 2015. Actualmente trabaja como productor audiovisual en el taller del maestro Carlos Cruz-Diez, Articruz en la Ciudad de Panamá realizando trabajos documentales para televisión y medios impresos.

Ha sido merecedor de varios reconocimientos como el premio Banco de Imágenes de la Biblioteca Nacional de Venezuela. El Premio de fotografía Vidal Hernández del Ateneo de Cabudare en el estado Lara y sus fotografías incluidas en el Libro Lo Bello y Útil de Lara, fue premio Nacional conferido como el mejor Libro Corporativo del año en 2016 por la Biblioteca Nacional de Venezuela.

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