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- 20/09/2018 02:00
Carismático, seductor y elegante, Jeremy Irons, el perfecto ejemplo de caballero británico, cumplió ayer 70 años con una variadísima carrera a sus espaldas tanto en cine como en televisión, que incluye títulos como ‘Brideshead Revisited', la serie que le lanzó a la fama, The Mission o Dead Ringers .
Ganador de un único Óscar en 1991 por su interpretación en Reversal of Fortune , llega a la setentena en un momento en el que su carrera cinematográfica se ha centrado en el público joven, con papeles en éxitos de taquilla como Assassin's Creed (2016) o Justice League (2017).
Irons, que obtuvo su primer papel en 1971 como San Juan Bautista en la obra musical ‘Godspell', ha sabido conjugar desde entonces las propuestas de cine y teatro de autor con otros trabajos más comerciales.
Adquirió una gran popularidad primero en el Reino Unido y luego en todo el mundo con la miniserie ‘Brideshead Revisited', un drama ambientado en la sociedad aristocrática de Inglaterra, y que se emitió en 1981, el mismo año del estreno de su primera gran producción, The French Lieutenant's Woman , junto a Meryl Streep.
‘Ganador de un único Óscar en 1991 por su interpretación en ‘Reversal of Fortune', Jeremy Irons llega a la setentena en un momento en el que su carrera cinematográfica se ha centrado en el público joven'.
Desde entonces, su calidad interpretativa ha sido reconocida con algunos de los galardones más importantes. En 1991 recibió el Globo de Oro al mejor actor dramático por Reversal of Fortune , película por la que también se llevó el Óscar.
Repitió Globo de Oro, en televisión y como secundario por la miniserie ‘Elizabeth I' (2005), y cuenta con galardones honorarios como el que la Academia Cinematográfica Europea le entregó en 1998, o el de los César del cine francés en 2002. Pero nunca se ha llevado un BAFTA, el principal galardón del cine británico.
Irons tuvo claro desde joven que su destino estaba ligado a la actuación. Nació en la localidad costera de Cowes, en la Isla Wight, en 1948, veinte años antes de que el lugar se convirtiera en la sede de uno de los festivales de música más conocidos del planeta y uno de los paraísos de la contracultura en el Reino Unido.
Comenzó a estudiar veterinaria, pero no llegó a obtener el título, sino que prefirió mudarse a Canterbury, en el sureste de Inglaterra, para tratar de hacerse un hueco en la escena teatral.
Todavía siendo un adolescente, Irons realizó diversos trabajos entre bastidores en el teatro Marlowe de Canterbury y estudió después en la escuela Old Vic Theater de Bristol.
Mientras esperaba su primera oportunidad en el West End londinense, se dedicó a limpiar casas durante varios meses en la capital británica, hasta que finalmente su carrera comenzó a despegar con el musical ‘Godspell'.