Canó deja penas ‘al descubierto’

SEATTLE. Un sentimiento de felicidad y frustración demostró Robinson Canó, al ser presentado oficialmente como miembro de los Marineros de Seattle.

Nada más estampar formalmente su rúbrica en el multimillonario contrato que lo unirá por diez años a los Marineros, Canó exteriorizó algunas de las incomodidades que le hicieron decidirse por un cambio, antes que aceptar la oferta de los Yanquis de Nueva York.

‘Fueron 65 millones de razones’, destacó el segunda bate más consistente de las Grandes Ligas en el último lustro.

Y sí, los Yanquis le ofrecían 175 millones de dólares por siete años al pelotero dominicano, oferta que Canó y su agente Jay-Z consideraron ‘inadecuada’.

Canó da razones sobre lo que consideró un irrespeto de parte de la organización yanqui hacia su talento pelotero.

‘Creo que ellos no se esforzaron más allá de lo que sus posibilidades económicas les permiten. Sencillamente, dijeron que esto es lo que tenemos para ti y no hay más. Eso me indicó que ellos no querían negociar, sino que yo aceptara su propuesta. Siento que hizo lo correcto para mí, para mi familia y para mi futuro. Este contrato asegura las cosas. Yo soy el mismo, y seguiré danto el 100% en el terreno, ahora con los Marineros’, apuntó.

CONSISTENTE

Canó se une al lanzador venezolano Félix Hernández como los peloteros mejor pagados en la organización de los Marineros de Seattle, una franquicia que no acostumbra hacer gastos millonarios, pero que con estos dos peloteros ha invertido 315 millones de dólares en menos de un año.

Teniendo en sus filas a dos súper estrellas, los Marineros tienen no solo espacio para seguir haciendo otras maniobras económicas, sino un equipo con edad promedio de 26 años, lo que promete una vista a futuro muy interesante, si los peloteros jóvenes maduran conforme se espera.

Robinson Canó parece no haber pasado aún la página con los Yanquis de Nueva York. La primera serie en que ambos equipos se medirán será a finales de abril de 2014. Y conforme avance la temporada, se verá a quién le convino el negocio, si a los Yanquis que ahorraron, o a Seattle que invirtió.