Kobe Bryant, una huella que no se borrará jamás en la NBA

Actualizado
  • 17/04/2016 02:00
Creado
  • 17/04/2016 02:00
El pasado miércoles, el astro del baloncesto estadounidense dijo adiós definitivamente al deporte, y al único equipo donde jugó

Si Magic Johnson hizo del baloncesto una obra de arte, y Michael Jordan un desafío a la física, Kobe Bryant tomó de ambos para convertirlo en un campo de batalla donde ganar es lo único que cuenta, más allá del dolor y la controversia.

Se dice que en cada generación nace un jugador que deja su marca en los demás, y así como Magic dejó la suya en Jordan y éste en Kobe, el astro de los Lakers sirvió de listón para muchas de las actuales estrellas de la NBA, desde Kevin Durant hasta Stephen Curry.

‘Nunca va a existir otro Michael Jordan de nuevo. Pero tampoco nunca habrá otro Kobe Bryant de nuevo', aseguró Ron Harper, asistente de los Detroit Pistons, y quien jugó con ambos astros en los equipos de Chicago y Lakers que ganaron varios campeonatos.

‘Kobe es lo más cerca que alguna vez vamos a ver de MJ (Michael Jordan)', asegura Harper.

‘Kobe podía manejar el balón, podía disparar desde cualquier lugar en la cancha, podía pasar. Y eso era todos los días. Cada día. Esa es la diferencia. Si Shaq (O'Neil) y él hubieran permanecido juntos, realmente creo que habrían ganado seis o siete títulos. Realmente lo creo', afirmó Harper.

UN JUGADOR OBSESIVO

Los que le conocen de cerca dicen que, en sus buenos tiempos, antes de que las lesiones le acosaran, la rutina diaria de Kobe en el descanso de temporada casi era más agotadora que los entrenamientos diarios con los Lakers, cuando estaba en plena campaña.

Se levantaba a las 5 de la mañana e iba al gimnasio por cuatro horas.

Luego de un descanso, pasaba otras tantas horas viendo videos de jugadas suyas, de Jordan, Magic y otros grandes, y de los partidos de los Lakers. Cerraba el dia con una tanda de tres horas de nuevo en el gimnasio, en las que realizaba cientos de tiros desde todas las distancias.

En sus primeros tiempos, el triunfo era lo único que contaba para el joven Bryant.

Pero su ego era tan alto, que inevitablemente se reflejaba en la cancha, en el egoismo episódico de sus tiros.Cuenta Harper que un día, mientras almorzaban en un restaurante en Los Angeles, Kobe le hizo montones de pregunta para conocer la rutina de trabajo de Jordan.

‘Le dije que MJ cada temporada se aparecía con algo nuevo, que había perfeccionado en las vacaciones. Una vez fue un tiro en suspensión, una finta, una clavada, un pase o su tiro de tres, y Kobe empezó a hacer exactamente lo mismo', apuntó Harper.

EL BÁSQUET ES LA VIDA

A sus 37 años, y de vuelta de triunfos y fracasos, de aciertos y errores en su vida personal, Kobe Bryant sabe que al final lo que cuenta es la forma en que será recordado por los aficionados, por sus seguidores y detractores.

‘El básquetbol es más grande que anotar puntos y ganar campeonatos. Es sobre si uno ha sido capaz de inspirar a la gente por un instante, y que quieran ser una mejor versión de sí mismos', destacó Kobe en una de las muchas entrevistas que ha dado en su gira de retiro.

UN JUGADOR INCOMPARABLE

El legado de Kobe Bryant permanecerá vigente por mucho tiempo

‘Yo le he dado todo a los fans y ellos también me han dado a mí, me inspiraron para ser la mejor versión de mí mismo. Los trofeos quedan para la posteridad, pero realmente quieres crear algo que vaya más allá que eso', apuntó.

Bryant ocupa el tercer lugar en la lista de anotadores de todos los tiempos de la NBA, sólo por detrás de líder Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone.

También fue miembro de los equipos de Estados Unidos que ganó medallas de oro en los Juegos Olímpica de Pekín-2008 y Londres-2012.

El legado de Kobe va más allá de los cinco anillos que ganó como campeón, las 18 veces que fue elegido al Juego de las Estrellas, 11 de ellas consecutivas, sus 30 récords para la franquicia de la NBA y otros muchas más marcas que lo colocan en un escalón habitado sólo por las leyendas de este deporte.

Su legado queda cimentado por sus jugadas increíbles, y esa sangre fría a la hora de definir un partido con un tiro ganador, que le ganó el apodo de ‘Mamba Negra'.

Es por ello que, entre los muchos regalos que le han hecho en su gira de despedida, se encuentra la mamba negra que tiene encerrada en una esquina del patio de su casa, como recordatorio de su grandeza.

Kobe aseguró que donará la serpiente al zoológico de Los Angeles al dia siguiente de su último partido, cuando se levante de cama y se pregunte: ¿Y ahora qué?.

NACIDO PARA TRIUNFAR

Kobe Bean Bryant nació el 23 de agosto de 1978 en Filadelfia (Pensilvania) y es el menor de los tres hijos -y único varón, del matrimonio de Joe Bryant y Pamela Cox.

Su padre, Joe ‘Jellybean' Bryant, que jugaba entonces para los Filadelfia 76ers de la NBA, dice haberle bautizado con el nombre de una carne que vio en el menú de un restaurante japonés.

Bryant padre jugó desde 1984 hasta 1991 en Italia, dando al joven Kobe una visión global del mundo y un multiculturalismo que le permite hablar fluídamente inglés, italiano y español.

El propio Kobe ha declarado que si no hubiera tenido aptitudes para el básquet, se habría decantado por ser futbolista.

Sus conocimientos de fútbol van más allá del aficionado promedio, y es fan decidido del AC Milán y el Barcelona.

A los 13 años sus padres regresaron a vivir en Filadelfia, donde Kobe se convirtió en un estrella escolar.

Cuatro años más tarde, saltó directamente de la preparatoria a las filas de la NBA, convirtiéndose en el sexto jugador en hacerlo.

Seleccionado en el puesto 13 de la selección de talentos de 1996 por los Charlotte Hornets, fue cambiado dos meses después a los Lakers, que cedieron a su centro estrella Vlade Divac.

Cuando la era de Michael Jordan terminó en Chicago, el entrenador que llevó a los Bulls a seis títulos, Phil Jackson, se unió a los Lakers, y poco después llegó Shaquille O'Neal, para formar con Kobe uno de los tándems más productivos en la historia de la NBA.

Con esta dupla, y Jackson al mando, los Lakers capturaron tres coronas de la NBA en fila de 2000 a 2002. Tras la partida de O'Neal, en parte por encontronazos con el egocéntrico carácter de Bryant, los Lakers se quedaron al garete hasta la llegada del español Pau Gasol, en la campaña 2007-2008.

Con Gasol, Kobe tuvo una rápida conexión, incluso más allá de las canchas, convirtiéndose en grandes amigos.

Con el pivot catalán, Kobe ganó sus otros dos anillos (2009 y 2010), y rebasó a Jerry West para convertirse en el líder anotador de todos los tiempos de los Lakers.

En total, ganó las coronas de la NBA con los Lakers en 2000, 2001, 2002, 2009 y 2010.

LOS GOLPES ENSEÑAN

Bryant, que se casó con su esposa Vanessa en 2001, enfrentó a su hora más oscura en 2003, cuando fue detenido en Colorado acusado de asalto sexual a una joven de 19 años de edad, empleada del hotel donde se alojaba el jugador mientras se recuperaba de una cirugía de rodilla.

Kobe admitió la relación extramatrimonial, pero dijo que la relación había sido consensual, lo cual fue suficiente para arruinar su imagen y le hizo perder millones de dólares en patrocinio comercial.

En 2004, el caso fue abandonado tras un arreglo extrajudicial.

Sus palabras, y buena dosis de egocentrismo, le llevaron a fuertes roces con su compañero de equipo Shaquille O'Neal y con su entrenador Phil Jackson, con los que ganó sus tres primeros campeonatos.

Sólo el ‘Padre Tiempo' ha podido frenar a Kobe Bryant.

A medida que pasaron los años, las lesiones se hicieron más graves y las ausencias causadas por ello se hicieron más largas.

Se perdió la mayor parte de la temporada 2013-2014 con una lesión en la rodilla izquierda y gran parte de la temporada pasada por un desgarro en el manguito rotador derecho.

Después de un mal comienzo de la temporada 2015-2016, Bryant decidió que era suficiente.

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