Ocho días antes de su reapertura la catedral de Notre Dame de París desveló su nuevo “resplandor” al mundo durante una visita del presidente francés, Emmanuel...
El último y delicado pulso eliminatorio
- 23/03/2022 00:00
- 23/03/2022 00:00
La apertura de la última ventana clasificatoria de la Concacaf marcará, al final de su primera jornada, el estado de ánimo de la Selección de Panamá para las dos fechas siguientes. Se avecinan siete días intensos en el ambiente futbolístico, siete días que pueden estar signados por la alegría, por la tristeza o por el dramatismo, dependiendo de cómo culminen los compromisos de este jueves 24 de marzo.
Son tres partidos sustanciales de los cuatro en disputa. Panamá-Honduras, Costa Rica-Canadá y México-Estados Unidos se presentan con la particularidad de que los resultados pueden arrojar un clasificado directo, el cual sería Canadá, si empata o vence a Costa Rica en su visita a San José, al sumar 26 o 28 puntos que automáticamente le confieren el boleto. Y si mexicanos y estadounidenses empatan entre ellos, lograrían una mayor holgura en la misma búsqueda, condicionados a que Panamá pierda o empate.
También, por ejemplo, se podría ocasionar un verdadero barullo si es Costa Rica quien derrota a Canadá, Panamá le gana a Honduras, y en el México-Estados Unidos igualan; estos resultados acercarían a ticos y canaleros pisándoles los talones a mexicanos y estadounidenses en la tabla de posiciones; de paso dejarían en “modo espera” las pretensiones canadienses de regresar a un mundial después de 36 años de ausencia. Ello subiría el tono de los decibeles hacia los encuentros del domingo próximo.
Hay un abanico de posibilidades que se abren o se cierran dependiendo de los marcadores finales de este jueves, entre las cuales es obligatorio incluir –en la disputa por el repechaje que en este momento es cerrada entre Panamá y Costa Rica– a El Salvador que tiene encendida su 'vela' con una tenue luz de esperanza. Se podría colar si gana los tres partidos restantes, comenzando por derrotar a Jamaica. Necesita además, no poco, que ticos y panameños caigan derrotados en sus tres encuentros correspondientes. Haría entonces 18 puntos, mientras que Panamá y Costa Rica se quedarían estancados con los 17 y 16 puntos que tienen actualmente.
Pero Panamá debe olvidarse por ahora de todas las conjeturas posibles, y enfocarse en sacar adelante sus compromisos en el calendario, pues su destino aún depende de lo que haga por sí misma y no de lo que les ocurra a los otros adversarios. Está todavía en sus manos... ¿aunque en el fútbol tal vez sería más preciso decir que está todavía en sus pies?
Para que el panorama no se nuble es imperativo que Panamá se imponga; la victoria sobre Honduras aparece como la única vía válida para seguir manteniendo enteras las posibilidades de asistir a un segundo mundial consecutivamente. Un empate le restaría.
A Panamá le sobra motivación para alcanzar este objetivo inmediato pero no basta con ello, el cuerpo técnico hondureño ha venido trabajando para hacer crecer la propia motivación con la consigna cierta de que no deben permitirse terminar de últimos, porque el fútbol hondureño está más arriba de ese puesto, como estaba plasmado en el ranking de la Concacaf antes de iniciar la octogonal.
¿Qué clase de partido se vislumbra anticipadamente? Panamá está obligada a asumir el protagonismo y posiblemente Honduras se plantará con un bloque defensivo compacto para interrumpir el circuito de juego, abriendo la cancha con un par de jugadores por los costados que le faciliten el contraataque. Manejar la urgencia y la ansiedad de tener que ganar, como evitar que los catrachos le anoten primero, va a ser clave.
Al entrenador Hernán 'Bolillo' Gómez se le presenta el partido como una oportunidad –sin la presión de estar en el duelo directo por un cupo– de alcanzar un resultado que le comience a dar credibilidad al proyecto que asumió, en el cual presenta hasta ahora solo derrotas consecutivas (seis). Si no gana a Panamá, la posibilidad de un empate le sumaría por primera vez.
Aunque 'Bolillo' firmó al asumir la dirección técnica un contrato extensivo, que lo ata al puesto hasta las eliminatorias para el Mundial de 2026, cuando tomó las riendas del seleccionado hondureño este todavía tenía complicadas, pero intactas, las posibilidades clasificatorias. El ambiente y el apoyo en Honduras en torno a 'Bolillo' comienza a dar visos de enrarecerse.
La semana pasada, el dirigente Rafael Villeda, presidente del Club Olimpia, uno de los clubes más importantes de Honduras y de Centroamérica, como también miembro de la Comisión de Selecciones de la Fenafuth, y uno de los que apoyó la llegada del entrenador colombiano, dejó traslucir la situación ante el malestar en la prensa y la afición hondureña.
En una entrevista con el diario deportivo Diez dijo: “¿Hay posibilidades de analizar lo que él hizo (Bolillo) y pensar en traer otro técnico? Todo es posible. Nada está escrito en piedra, pero la intención desde que se le contrató es poder estar en la eliminatoria, pero son situaciones que analizaremos a fondo en conjunto y ver qué le conviene al fútbol hondureño”. Abre de paso la puerta a una posible destitución, asumiendo pagar la indemnización que ello conllevaría.
Villeda también trae más adelante a colación en la entrevista, que “Cuando vino el profesor Bolillo Gómez, si analizamos la decisión a fondo, todavía creo que no ha sido un error porque es un buen director técnico y lastimosamente al ambiente, a la atmósfera que hay en la selección, le ha faltado ese nivel de confianza, no se ha podido recuperar; si no se hubieran dado esos 10 minutos fatales contra Panamá (derrota 3-2) las cosas estarían de otra manera porque se hubiera agarrado ese nivel de confianza”.
Panamá vuelve a ser mañana un termómetro de medición para el trabajo de Gómez y él va a procurar salir bien librado del Rommel Fernández para oxigenar su proyecto.
¿Debe cambiar Thomas Christiansen su esquema táctico para enfrentar a Honduras en lo que él ha llamado acertadamente “un partido trampa”? No, el calificativo con el que ha señalado el encuentro le debe servir para tomar los recaudos necesarios para que los jugadores extremen su atención mental –por encima de la euforia de sentirse que están arriba de un rival sin chances clasificatorias– y para que no se dejen llevar del desborde que la afición les pueda hacer llegar al campo de juego desde las gradas.
El planteamiento con el que ha logrado posicionar hasta hoy a Panamá entre los cuatro primeros de la tabla de posiciones, le ha sido eficiente porque sus intérpretes (los jugadores) le han aportado una buena respuesta individual, pero también porque ha estado apoyado en una inteligente mecánica colectiva propuesta por el cuerpo técnico.
Sin embargo, las cuentas esenciales de la eliminatoria para Panamá están en estos tres partidos de cierre y pasan su primer balance mañana, de allí que cuando apliquen el pressing al oponente en poder del balón, como en la llegada masiva sobre el área adversaria, tendrán que estar atentos a que no le ganen la espalda los hondureños.
Hay que evitar que nos ganen ellos “la espalda”, como lo hicieron en la Copa Oro del año pasado en la que derrotaron a Panamá 3-2; más bien que se repita la del octagonal en San Pedro Sula donde fue también 3-2, pero la alegría fue canalera. Si se pierde orden y serenidad, como diría la célebre Mafalda: “Entonces sonamos”.