El Gobierno interino de Nepal ha comenzado a reanudar servicios esenciales este lunes, en un intento de recuperar la normalidad

- 24/09/2025 00:00
A dieciséis días del encuentro El Salvador vs Panamá, el duelo ya comienza a palpitarse, más que por la rivalidad entre ambos seleccionados por el hecho de que el compromiso ha adquirido tintes de una final, sobre todo para el seleccionado canalero porque, de llegar a perder, se podría hundir en la Tabla de Posiciones del grupo A con solo dos puntos, haciéndose casi irrecuperable las pretensiones de alcanzar el cupo directo al mundial que se concede a quien quede de primero del grupo, abriéndole con ello camino a los cuscatlecos al sumar seis puntos.
Citados para verse las caras en el Estadio Cuscatlán, un estadio inexpugnable especialmente para la Selección Mayor que nunca ha podido ganar allí- y el que solo ha podido profanar Gary Stempel, el 5 de septiembre de 1999, dirigiendo la selección preolímpica Sub-23, con aquella victoria 2-1 de la Selección Sub-20 para avanzar al Preolímpico en Hershey, Estados Unidos-, los salvadoreños ya han comenzado a ultimar detalles para su puesta a punto convencidos, que mantendrá el dato histórico adversando a los canaleros, con una nueva caída allí.
A partir de esta noche, al terminar el partido por la Liga Mayor de Fútbol entre el Águila y el Isidro Metapán, el Cuscatlán será cerrado a toda actividad hasta el 10 de octubre cuando recibirá a los panameños en la segunda jornada de las eliminatorias. Según informa el diario salvadoreño El Gráfico, el presidente de EDESSA (la empresa que administra el estadio) Néstor Castaneda, les confirmó que no recibirán más partidos de la primera división antes de encontrarse frente a Panamá.
“Castaneda explicó que un día después del partido entre emplumados y jaguares comenzará el mantenimiento del recinto deportivo para que llegue en óptimas condiciones para los juegos de eliminatorias mundialistas (Panamá y Guatemala)”, señala la nota de El Grafico. Una decisión lógica en uno de los países futbolizados de Centroamérica en el que este deporte está arraigado en el alma popular.
Además de la preparación del estadio y del equipo para enfrentar a Panamá, se esperaría que las autoridades deportivas salvadoreñas desplieguen también una intensa campaña contra el hostigamiento racista del que suele hacer exhibición una parte notoria de su afición con los equipos visitantes, que en el último incidente provocó que Stanley Menzo, el técnico de Surinam, se retirara protestando de la conferencia de prensa tras haber vencido a El Salvador 2-1, por las ofensas proferidas por el color de la piel de sus jugadores y por sugerirles ser “monos”.
Incidente que llegó a hacer temer que el estadio pudiese ser cerrado para el público por la CONCACAF, obligándoles a jugar a puerta cerrada, no sucedió, pero tendrán que cuidarse. Los jugadores panameños deben estar preparados para no dejarse provocar y no desconcentrase. Para conducir el partido reglamentariamente ha sido designado el canadiense Drew Fisher, un árbitro con un currículo destacado en sus presentaciones principalmente en la liga estadounidense que le llevo a ser elegido el Árbitro del Año 2024 por la MLS (Major League Soccer) y la Organización de Árbitros Profesionales (PRO).
Tiene experiencia no solo dirigiendo en la Concacaf a sus principales competiciones, sino también cumpliendo diferentes roles como asistente en la cancha y el VAR en la Copa Mundial Masculina y Femenina, al igual que en el Mundial de Clubes. Ojalá, Fisher, tenga ese día una de sus mejores noches en su rendimiento profesional siendo certero e imparcial en sus decisiones.