“Alza de piratería en el Caribe debe inquietar a Panamá”

En los últimos diez años, se han registrado más de 200 ataques pirata en las aguas del Mar Caribe, por lo que aunque Panamá en este momento no tiene ese problema, no puede sentirse tranquilo, porque es un fenómeno que va en aumento.

Así lo dio a conocer Luciano Campoli, director general de G7 International, quien advirtió que la mayoría de los casos se han dado frente a las aguas del Canal de Panamá, específicamente en las costas de Colombia y Venezuela.

‘La piratería marítima está dividida en varios sectores; en el golfo de Adén, el estrecho de Malasia y el golfo de Guinea el problema es mayor; en América Central, hay un tipo diferente de delincuencia que no es tanto piratería, sino robo a mano armada y homicidios, que han ido en crecimiento', resaltó.

Para Campoli, la situación económica mundial está subiendo la criminalidad y este flagelo de la piratería marítima representa el 30% de daño respecto al valor comercial.

Sus declaraciones se dieron durante el primer Congreso Internacional de Antipiratería Marítima, que se desarrolló ayer en la capital panameña.

Campoli, que ha participado en delegaciones de seguridad conjuntas entre el Vaticano e Italia, durante visitas papales a Latinoamérica, detalló que es vital reforzar la seguridad en las embarcaciones, con la implementación de de videocámaras e infrarrojos, pero que también es importante la inversión en el factor humano.

‘La velocidad es un elemento muy importante porque el barco que va más despacio tiene mayores posibilidades de ser atacado por piratas, quienes por lo general saquean a los barcos dentro de los puertos o en aguas cercanas a estas infraestructuras', explicó.

Campoli dijo que cuando se dan los ataques pirata en las aguas no jurisdiccionales, se aplica la ley internacional de mar y en el caso donde el problema es más agudo, la empresa a su cargo interviene y toma control de la situación para esperar la ayuda militar.

El director de G7 International adelantó la idea de abrir en Panamá una escuela de formación de seguridad de un nivel medio alto, porque cuentan con la autorización de certificar el personal a nivel internacional.

Campoli, quien también perteneció a la delegación italiana en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), recomendó a los armadores reducir los nudos a los que viajan las naves, que alcanzas entre 12 y 13 millas por hora, para invertir en el servicio de seguridad, con lo que lograrían también disminuir el impacto ecológico y económico.

Por su parte, el capitán Guillermo Peña, de Compas, dijo que en lo que va del año se han registrado dos casos de asaltos a mano armada en los que el Servicio Nacional Aeronaval (Senan) tomó en muy poco tiempo el control. El primero de ellos fue en Colón, donde cinco sujetos intentaron saquear el buque VSM Alitas, que estaba afuera del rompeolas en la costa atlántica esperando para ser deshuesado.

‘En este caso la respuesta que se dio en junio, luego de activado el plan de contingencia, por parte de las autoridades panameñas, fue de tan solo 40 minutos. Los delincuentes querían llevarse equipos y estaban en busca de metales', resaltó.

Otro caso, según Peña, ocurrió en Vacamonte y la respuesta llegó en cinco minutos, por lo que ‘como usuario digo que Panamá está preparada para atender estos casos'.

En tanto, el comisionado Jorge Yanis, del Senan, dijo que en las aguas de Panamá no se han dado ataques pirata, solo robo a mano armada. ‘La piratería marítima incluye otro tipo de estrategia, donde se toma control de la embarcación y se pide recompensas. Eso no se ha dado aquí, pero sí consideramos que estamos preparados para atender situaciones como esas'.

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‘La velocidad es importante porque el barco que va más despacio tiene mayores posibilidades de ser atacado por piratas',

LUCIANO CAMPOLI

DIRECTOR GENERAL DE G7 INTERNATIONAL