Mercado de compradores es la prioridad actual

Actualizado
  • 06/04/2018 02:00
Creado
  • 06/04/2018 02:00
Las pretensiones salariales del Suntracs del 60% no son razonables cuando la industria enfrenta alto desempleo

Desde 1974, la Cámara Panameña de la Construcción (Capac) y el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) han negociado 10 convenciones colectivas que han ido perfeccionándose en el tiempo mediante acuerdos justos y equitativos que han dado como resultado más de cuatro décadas de paz laboral.

En las actuales negociaciones, iniciadas en octubre pasado, la prioridad y el objetivo de la CAPAC ha sido alcanzar acuerdos razonables para mantener la capacidad adquisitiva de los compradores y ser consistente con el actual estado de la industria.

Para la Capac y la industria se trata de un momento de subsistencia. Con una industria en decrecimiento desde mediados del 2015, se carece de espacio para aumentos salariales.

De un total de 155 cláusulas presentadas por los trabajadores, se han negociado 141 y están 14 pendientes de acuerdo. Las que quedan por negociar tienen que ver con aspectos económicos y salariales que por su naturaleza son las más difíciles de superar.

Las pretensiones salariales del Suntracs de un aumento del 60% escalonado en cuatro años, no son razonables, en momentos en que la industria de la construcción experimenta graves niveles de desempleo con una reducción del 15,000 puestos de trabajo en los últimos cuatro años y grandes inventarios de oficinas, centros comerciales, hoteles y viviendas de mediano y alto costo.

En la actualidad la industria de la construcción no está en condiciones de trasladar los costos de un aumento salarial a los compradores en momentos en que la mano de obra representa el costo mayor de las viviendas, superior al precio de los materiales, el financiamiento y los gastos administrativos.

La Capac pone en riesgo el futuro de la industria si los compradores ven comprometida su capacidad adquisitiva. Al final no se está negociando solo para sus agremiados, sino para el resto de la economía.

En la pasada convención colectiva 2014-2017 se produjo un incremento salarial sin precedentes del 36%, en cuatro años, pero la industria no puede seguir con esa espiral porque no es razonable.

En esa oportunidad con una industria en completo desarrollo, con numerosos megaproyectos, un crecimiento económico promedio del 6.5%, plena ocupación y una mayor demanda, las empresas pagaban salarios por encima de lo pactado en la convención colectiva. La construcción tenía espacios para trasladar los costos del incremento salarial, lo que en las actuales circunstancias resulta inviable.

El Suntracs, por otra parte, ya está acomodado con un magnifico salario y cuenta con prestaciones laborales, que representan un 80% adicional mensual, que no tienen otros trabajadores.

Para la Capac y la industria se trata de un momento de subsistencia. Con una industria en decrecimiento desde mediados del 2015, carece de espacio para aumentos salariales. Una industria que está a la baja, no se estimula incrementando los salarios.

Las pretensiones salariales del Suntracs son sumamente altas, si se compara con el comportamiento histórico que ha sido del orden del 2%. Un 60% es muy distante de lo que debe ser un salario justo. Es de esperarse que Suntracs cambie de estrategia porque sus pretensiones no son consecuentes con la realidad de la industria, ni la actualidad económica del país, ni del mercado inmobiliario.

La Capac ha dicho que su capacidad salarial es sumamente conservadora. Es consciente de que debe hacer ajustes, pero respondiendo a las condiciones actuales de la economía y del mercado. Si el mercado de compradores pierde su poder adquisitivo, no tiene sentido seguir construyendo.

Un aumento salarial incide, por otro lado, en las empresas conexas, en la venta de viviendas y en los costos de mano de obra que es casi la mitad del costo de la construcción.

Es por eso que el gremio de la construcción aboga por la estabilidad de la industria, el mantenimiento de los puestos de trabajo, la capacidad adquisitiva de los compradores y por una compensación justa, pero razonable, para los trabajadores, fortaleciendo los mecanismos de productividad como elemento resultante de los nuevos costos salariales.

Una huelga siempre ha sido una medición de fuerzas a ver quién aguante más. La Capac ha reiterado que no le teme a una huelga, sino a que la industria se paralice porque no hay compradores.

El gremio de la construcción va a hacer todos los esfuerzos necesarios para mantener salarios cónsonos con el estado de la industria y la capacidad de los compradores. Si por eso tiene que medir fuerzas en una huelga convocada por el Suntracs, adoptará una posición responsable tratando de no afectar a los panameños que compran viviendas, ni al estado de la industria, ni a la economía en general.

ECONOMISTA

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