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- 23/09/2025 00:00
El Canal de Panamá avanza con su proyecto más ambicioso desde la monumental ampliación completada en 2016. Se trata de un lago reservorio con una superficie de 4.600 hectáreas, ubicado en un punto de confluencia de las provincias de Coclé, Colón y Panamá Oeste, dentro de la cuenca hidrográfica del Canal. El Proyecto de Río Indio busca garantizar la seguridad hídrica del país, poniendo en balance el agua para el consumo humano y el tránsito de buques por el Canal.
Bajo administración panameña desde el 31 de diciembre de 1999, el Canal ha enfrentado importantes retos para mantener su competitividad como ruta marítima internacional. En 2006, mediante referéndum nacional, se aprobó la construcción de un tercer juego de esclusas para captar el tránsito de buques mayores a los Panamax. Desde su inauguración se han registrado más de 25.000 tránsitos de buques Neopanamax.
Para comprender el proyecto Río Indio es necesario entender el agua como recurso fundamental para la operación del Canal. El tránsito de buques se realiza a través de esclusas que, mediante grandes compuertas y procesos de llenado, elevan y bajan las naves a distintos niveles en la vía interoceánica. Esto permite a los buques alcanzar el lago Gatún, ubicado a 26 metros sobre el nivel del mar y cruzar de un océano a otro.
La vía se abastece de agua procedente de la cuenca hidrográfica del Canal, principalmente de los lagos reservorios Gatún y Alhajuela. La cuenca, según la define la Ley Orgánica, es el área geográfica cuyas aguas, superficiales y subterráneas, fluyen hacia el Canal o son vertidas en él, incluidos sus embalses y lagos. Es decir, la cuenca abastece de agua al Canal de Panamá.
Sin embargo, el agua no es de uso exclusivo del Canal; es la misma que se potabiliza y distribuye para el consumo humano en las provincias aledañas de Panamá, Colón y Panamá Oeste. El suministro del Canal alimenta ocho plantas potabilizadoras, con dos adicionales en construcción, y abastece de agua potable a más de 2.000.000 de panameños, prácticamente la mitad de la población nacional.
En 2023 el Canal vivió un punto de inflexión cuando la región experimentó uno de los periodos de menor precipitación en años recientes, reduciendo significativamente los niveles de los lagos. El fenómeno climático El Niño provocó una sequía prolongada y una disminución del 25 % en las precipitaciones, lo que afectó la recarga de los embalses y puso en riesgo la disponibilidad de agua.
La presión sobre la disponibilidad de agua también está influida por el crecimiento poblacional de las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste, así como por la limitada capacidad estatal para proveer agua potable en algunas regiones. El crecimiento poblacional del país, con una tasa de 1,31 % para 2024, junto con la expansión urbana de estas provincias y la migración entre la Ciudad de Panamá y sus periferias, son factores que aumentan el riesgo sobre la disponibilidad hídrica.
La crisis hídrica de 2023 evidenció la necesidad de equilibrar el agua para consumo humano y el agua requerida para la operación del Canal. Se priorizó el consumo humano, reduciendo el número de tránsitos diarios y el calado permitido a los buques. No hubo racionamiento de agua para consumo humano ni efectos adversos generalizados para la población. En contraste, el comercio internacional se vio afectado por las restricciones: aumentaron los fletes, algunas navieras buscaron rutas alternativas, cambiaron los sistemas de reservas y se incrementaron los costos de tránsito.
Las lecciones aprendidas por la Autoridad del Canal durante la crisis de 2023 aceleraron la búsqueda de alternativas viables y sostenibles para garantizar la disponibilidad hídrica. Entre las opciones evaluadas se seleccionó el desarrollo de un lago reservorio en la cuenca de Río Indio, por sus características especiales: gran profundidad con capacidad de almacenar un volumen comparable al del lago Gatún, baja intervención en áreas urbanas y la posibilidad de trasvasar el agua al Canal por gravedad, lo cual reduce costos operativos y mejora la sostenibilidad.
En enero de 2025, la Junta Directiva de la Autoridad del Canal aprobó como prioridad dentro de su presupuesto de inversiones dotar al proyecto de los recursos financieros requeridos, por un monto estimado de $1.500 millones. El proyecto contempla una presa de concreto con niveles operativos entre 40 y 80 metros sobre el nivel del mar y un túnel de 9 kilómetros para trasvasar, por gravedad, el agua almacenada hacia el lago Gatún.
El Título Constitucional del Canal establece que corresponde a la Autoridad del Canal de Panamá la responsabilidad de administrar, mantener, usar y conservar los recursos hídricos de la cuenca hidrográfica del Canal, constituidos por las aguas de los lagos y sus corrientes tributarias, en coordinación con los organismos estatales que la ley determine.
La Ley Orgánica del Canal estipula que la Autoridad del Canal debe salvaguardar la cuenca hidrográfica y su recurso hídrico mediante la coordinación, administración, conservación y uso de los recursos naturales de la cuenca, y le faculta para aprobar las estrategias, políticas, programas y proyectos, públicos y privados, que puedan afectarla.
Los límites de la cuenca del Canal fueron fijados por la Ley 44 de 1999 e incluían la cuenca de Río Indio. Sin embargo, la Ley 20 de 2006 derogó la normativa anterior y excluyó a Río Indio de la cuenca canalera. Este escollo legal se superó en 2024, cuando un fallo declaró inconstitucional la Ley 20 de 2006 y restableció los límites tal como habían sido establecidos en 1999, reincorporando a Río Indio a la cuenca del Canal.
La Corte Suprema de Justicia señaló que “la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá, tiene como fin primordial el funcionamiento seguro, continuo, eficiente y rentable del Canal de Panamá; pero, además, en ella convergen una serie de factores de desarrollo demográfico, social, industrial, entre otros, que demandan mayor protección de los recursos naturales con criterios de sostenibilidad que garanticen la disponibilidad de agua para el funcionamiento del Canal, para el consumo humano, la producción de energía eléctrica y demás actividades que se desarrollan en su entorno”.
La cuenca de Río Indio está habitada por comunidades asentadas a lo largo del río y que han hecho de esta cercanía su modo de vida. La Autoridad del Canal ha realizado censos poblacionales que determinan que alrededor de 2,500 personas viven en 38 comunidades dentro del área prevista para el proyecto. Como etapa preliminar será necesario reubicar a los habitantes mediante un plan de reasentamiento que garantice diálogo, participación comunitaria y una compensación adecuada, y que, una vez reasentadas, les permita mantener o mejorar sus medios de vida.
El reto consiste en lograr un equilibrio entre la gestión del agua para garantizar el consumo humano y la necesaria para el tránsito de buques por el Canal, de modo que una prioridad no menoscabe a la otra. Superar este desafío requiere una planificación técnica, social y ambiental rigurosa, con un enfoque que valore el equilibrio social y la sostenibilidad a largo plazo. La adopción de soluciones que respeten tanto las necesidades de las comunidades como la funcionalidad del Canal será fundamental para asegurar un desarrollo sostenible, justo y beneficioso para la nación.