Washington y Pionyang abren nueva era en sus relaciones

Actualizado
  • 13/06/2018 02:00
Creado
  • 13/06/2018 02:00
Lejos de las amenazas de hace menos de un año entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, la Cumbre de Singapur aspira a alcanzar la paz, aunque sin una receta clara

En una corta pero simbólica reunión y ante la mirada del mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, protagonizaron este martes la considerada como la ‘Cumbre del Siglo'.

Aunque para la conflictiva relación entre ambos países es un hito histórico, por el momento los acuerdos pactados en la inédita cumbre se presentan como una aproximación inicial para las perspectivas de pacificación de la península coreana.

En una reunión coreografiada previamente al mas mínimo detalle, la cumbre duró unas cuatro horas, siendo la firma de una declaración conjunta donde acordaron desarrollar nuevas relaciones para ‘la promoción de la paz, la prosperidad y la seguridad', como la construcción de un ‘régimen de paz duradero y estable' para la región.

El documento incluye además el compromiso de Corea del Norte a ‘trabajar por la completa desnuclearización de la península', reafirmando lo firmado en la Declaración de Panmunjom del 27 de abril de 2018, pacto suscrito con Corea del Sur que incluye la salida de las armas nucleares en la región.

Tras la reunión, en conferencia de prensa ayer el presidente de Estados Unidos aseguró que ‘el pasado no tiene que definir el futuro', en referencia de largo enfrentamiento con Corea del Norte. Sobre esto, Trump subrayó que ‘el conflicto de ayer no tiene que ser la guerra de mañana'.

El acuerdo, que no establece fechas ni mecanismos concretos para la verificación de su cumplimiento, aunque un indiscutible paso hacia la distensión en la península, genera algunas criticas al ser considerado ‘insuficiente'.

El exanalista del Gobierno de Barack Obama David Kim, en declaraciones dadas a Efe , consideró la Cumbre como ‘vaga e idealista', por no resolver los problemas de la desnuclearización de Corea del Norte.

‘No establece un calendario ni aclara en qué consisten las garantías de seguridad ofrecidas', acotó David Kim.

En este sentido, los expertos recordaron que no ha habido mención alguna de la insistente pretensión de Washington de exigir una desnuclearización ‘completa, verificable e irreversible', y que parece que se ha aceptado la reclamación de Pyongyang de que el proceso de desarme se haga por fases.

Lo que parece indiscutible es que Kim Jong-un ha conseguido que Trump, que lo ha calificado ayer de ‘hombre listo' y ‘con gran personalidad', legitime el Gobierno y le garantice su permanencia a cambio de un impreciso compromiso sobre sus armas nucleares.

Como concesión a Washington, el acuerdo, en el que no hay ninguna mención de los derechos humanos, recoge el compromiso de Pyongyang de recuperar los restos unos 6,000 prisioneros de guerra o desaparecidos en combate en la guerra de Corea (1950-1953).

Desde la posición de Pingyang, también han saltado dudas sobre si los Estados Unidos cumplirá lo prometido, particularmente por los casos de los acuerdos con Irán. Estos, firmados en 2015, luego serían desconocidos por la Casa Blanca, dejando pendiendo de un hilo todo lo compromisos que asumió con Teherán.

Por el momento Trump ha dicho que las sanciones se mantienen, mientras que las maniobras militares con Seúl serían suspendidas temporalmente, una importante reclamación norcoreana, que acusa a Washington de simular una posible invasión al país comunista.

Actualmente los estadounidenses mantienen más de 25 mil tropas en territorio surcoreano.

PARTICIPACIÓN CHINA

La Casa Blanca adelantó su interés de que Pekín se involucre en este nuevo periodo

‘Me gustaría que los dos (Pekín y Seúl) estuvieran involucrados', dijo Trump.

China es un aliado histórico de Corea del Norte.

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