Kosovo, ante unas legislativas inciertas que pueden renovar la vieja política

Actualizado
  • 05/10/2019 12:03
Creado
  • 05/10/2019 12:03
Los comicios se celebran dos años antes de lo previsto, debido a la dimisión el pasado julio del primer ministro, Ramush Haradinaj

Kosovo celebra este domingo unas inciertas elecciones anticipadas que pueden expulsar del poder a la vieja guardia de políticos procedentes de la guerrilla que luchó por la independencia de Serbia y que han dominado el país las dos últimas décadas.

Los comicios se celebran dos años antes de lo previsto, debido a la dimisión el pasado julio del primer ministro, Ramush Haradinaj, líder de la nacionalista Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK) y antiguo comandante del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), la citada guerrilla.

Haradinaj, que dirigía un tripartito con el Partido Democrático de Kosovo (PDK) y Nisma, también procedentes de la guerrilla, abandonó el cargo tras ser llamado a declarar como sospechoso por el tribunal que juzga los crímenes de guerra en Kosovo entre 1998 y 2000.

Pese a ello, aspira a ser reelegido, gracias a la popularidad que le dio haber impuesto un arancel del 100% a la importación de productos serbios.

Su tajante rechazo a cualquier intercambio de territorios con Serbia y su decisión de anunciar la creación de un Ejército, en contra del parecer de la misión de paz internacional en Kosovo, también le han granjeado popularidad.

No obstante, su Gobierno no ha logrado que la Unión Europea (UE) liberalice el régimen de visados ni ha traído mejoras para los ciudadanos.

Haradinaj pertenece a la generación de políticos que lideró, de una forma u otra, la lucha armada contra Serbia hasta que en 1999 la OTAN acabó de facto con el dominio de Belgrado sobre esta provincia, y en 2008 la antigua provincia, de mayoría étnica albanesa, declaró de forma unilateral su independencia.

Desde 1999, cinco de los seis primeros ministros que ha tenido el país militaban en partidos que surgieron de la guerrilla.

Ahora, varios sondeos auguran un cambio de protagonistas y dan la victoria a la conservadora Liga Democrática de Kosovo (LDK) o a la ultranacionalista Autodeterminación (Vetevendosje).

Estos dos partidos, que han colaborado en los dos últimos años, no han logrado consensuar un candidato común, pero no descartan aliarse tras los comicios.

Ambos aseguran que no pactarían con el PDK, el partido que ha estado en el poder desde la independencia.

Otras encuestas preven que será el PDK el que gane, con Kadri Veseli como candidato, uno de los fundadores y comandantes de la guerrilla del UCK, o incluso dan la victoria al propio Haradinaj.

Con todo, con 25 formaciones concurriendo y el voto muy fragmentado, los analistas coinciden en que el futuro Gobierno tendrá al menos dos integrantes.

Estas elecciones son las cuartas, todas anticipadas, que Kosovo celebra desde su independencia unilateral. El país no ha logrado aún terminar una legislatura completa.

Considerados las más reñidas e inciertas desde la proclamación de la independencia, los comicios de mañana están marcados por el hartazgo de muchos kosovares que creen que quienes han gobernado hasta ahora han hecho poco para mejorar la maltrecha economía y acabar con la corrupción.

Sin apenas inversores extranjeros, con poca actividad agrícola, una anticuada industria minera y sin comercio exterior, las opciones más reales para los jóvenes son emigrar o lograr que alguien les coloque en la administración pública.

El desempleo afecta al 29% de la población activa, y al 50% entre los jóvenes. Se estima que las remesas que los kosovares en el extranjero mandan a casa equivale a casi la mitad de la recaudación fiscal del Estado.

Las opciones de cambio pasan incluso porque una mujer, Vjosa Osmani (LDK), tenga opciones de ocupar por primera vez el cargo de primer ministro.

Osmani, doctora en derecho de 37 años, define como su prioridad eliminar la gran influencia política en la judicatura y promete pedir a Serbia reparaciones de guerra y disculpas por los crímenes cometidos.

También podría ser la oportunidad de Albin Kurti, el líder de Vetevendosje ha promovido en el pasado el uso de gas lacrimógeno para bloquear el trabajo del Parlamento.

El mensaje de este ingeniero de 44 años centrado en denunciar la corrupción de la elite política, es muy popular entre los jóvenes.

Kurti quiere el diálogo con los serbios de Kosovo antes que con Belgrado. Su partido quedó segundo, con el 27% de los votos, en las elecciones de 2017.

Además del paro y de la corrupción, las relaciones con Serbia serán uno de los principales retos para el nuevo Gobierno.

El complicado proceso del diálogo entre los dos países, auspiciado por la UE, está interrumpido desde el pasado noviembre tras la decisión de Haradinaj de imponer un arancel del 100% a los productos importados de Serbia.

La medida, que viola los acuerdos regionales, no ha sido retirada a pesar de las peticiones de la UE y EEUU.

Según comentó recientemente el diario kosovar Koha, el arancel ha se convertido en un "cebo" para atraer votos.

Ningún partido promete retirar la medida, aunque sólo Haradinaj insiste en que la mantendrá "hasta que Serbia reconozca la independencia de Kosovo".

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