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- 09/07/2024 09:19
- 09/07/2024 09:16
Con la Asamblea Nacional francesa convertida en un rompecabezas político y la izquierda en cabeza pero muy lejos de la mayoría absoluta, los partidos buscan un primer ministro capaz de recabar el apoyo suficiente para poder gobernar sin ser tumbado con una moción de censura.
Por la cámara desfilan este martes para recoger sus acreditaciones buena parte de los diputados elegidos el domingo en el Nuevo Frente Popular (NFP): el Partido Socialista (PS), la más radical La Francia Insumisa (LFI), los ecologistas y el Partido Comunista Francés (PCF).
La coalición de izquierdas insiste desde que el domingo se supo que iba a ser el primer grupo de la Asamblea en que el nuevo primer ministro tiene que salir de sus filas y ha prometido proponer un candidato esta semana.
Pero afronta dos grandes dificultades: una interna por el equilibrio de poder entre sus distintos componentes para decidir de dónde saldría el primer ministro; y otra externa por la necesidad de recabar apoyos para gobernar y sobrevivir a potenciales mociones de censura.
La mayoría absoluta se encuentra en 289 diputados, muy lejos de los 182 logrados por el NFP, a los que se podrían añadir varios diputados independientes de izquierda.
El bloque macronista se quedó con 168; la ultraderecha y sus aliados con 143; y los conservadores de Los Republicanos e independientes de derecha sumaron 60.
A éstos se suman algunos escaños de otros partidos menores o independientes diversos.
En ese contexto, el NFP ha asegurado por boca del socialista Boris Vallaud (uno de los nombres que más suenan para liderar el Gobierno) que “muchos” se sienten identificados con las medidas de “urgencia social” que recoge el programa conjunto que la izquierda fijó en el inicio de campaña, incluidos quienes están en el campo del presidente, Emmanuel Macron.
En declaraciones al canal BFMTV, Vallaud ha explicado hoy que “el Nuevo Frente Popular puede gobernar para tomar esas medidas”, con el respaldo de una Asamblea Nacional que haga valer el espíritu de “frente republicano” contra la extrema derecha.
A su juicio, las decisiones urgentes que tomaría la coalición de izquierdas, como elevar el salario mínimo o medidas para mejorar el poder adquisitivo de los franceses, no deberían provocar una moción de censura.
Entre los ecologistas, su secretaria nacional, Marine Tondelier, ha defendido que es más importante sacar el programa adelante que la cuestión de quién ocupa qué cargo.
Hay nombres de socialistas como el de Vallaud o el del primer secretario, Olivier Faure, que suenan con más posibilidades de generar respaldos para el puesto de primer ministro que un aspirante de LFI. Pero el NFP se enfrenta al dilema de que la familia más numerosa en la Asamblea es precisamente la del LFI.