Petróleo, ¿quién lo tiene y quién lo quiere?

El mundo padece mucho sufrimiento por esta disyuntiva geopolítica. Es la principal fuente de energía de origen fósil conocida, base del modelo capitalista, dependemos de ello para construir desde zapatillas, criar las vacas que comemos, mover aviones, buques y lo inimaginable que de allí podemos extraer. Esta en el epicentro de nuestras decisiones pero, irónicamente, poca gente habla de ello. Hay un dilema moral inconfesable, todos quieren el petróleo pero sólo muy pocos lo poseen.

Para entender cómo se resuelve el problema, debemos hurgar en la periferia de las guerras, las privatizaciones pacientemente forjadas de este recurso, México y Pemex ejemplos recientes, los laberintos deliberados que debilitan gobiernos ‘insensatos y no alineados’, pero que lo tienen en abundancia como Venezuela, país con la mayor reserva de crudo en el mundo. Sin embargo, las tensiones diplomáticas entre EEUU y Venezuela no se producen con Arabia Saudita, con mejores refinerías y comercialización que Venezuela. Washington aplica diplomacias selectivas en materia de Derechos Humanos. Así lo hace desde hace décadas.

El petróleo de Irán es un tema sumergido en la maraña de engaños diplomáticos de esta poderosísima industria. Desde el derrocamiento en 1979 del último Sha de Persia, Mohammad Reza Palhevi, Estados Unidos perdió este estratégica aliado. Y, 35 años después, aún se resiste a la idea y han ‘endemoniando’ a los iraníes por su industria energética nuclear. (La inestable Pakistán, con centenares de bombas atómicas, que alardeó cobijar a Osama Bin Laden, no le quita el sueño a la Casa Blanca.)

Estados Unidos ocupa el modesto lugar 13 en el ranking (2013) de naciones con grandes reservas de petróleo, por debajo de Rusia en el puesto 8. Ahora, ¿por qué ha vuelto a la guerra en Irak, específicamente en la zona del Kurdistán iraquí? En esa zona está la mayor reserva petrolera iraquí y las empresas Chevron y otras han invertido en estos años más de 10 mil millones de dólares.