El presidente José Raúl Mulino reiteró la mañana de este jueves 19 de junio en su conferencia matutina que no sancionará una reforma a la Ley No. 462

- 20/06/2025 10:55
Hace cuatro años, el gobernador de Texas, Greg Abbott, dio a conocer su intención de edificar una barrera a lo largo de la frontera con México para detener el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Se trataría de una infraestructura de aproximadamente 1.300 kilómetros de largo, que implicaría una inversión multimillonaria y brindaría a los texanos “el apoyo que necesitan y merecen”, según afirmó.
Abbott incluyó el plan dentro del que denominó como “el plan fronterizo más sólido e integral que el país había visto jamás”. Sin embargo, el proyecto ha perdido impulso en las últimas semanas, tras la decisión legislativa de dejarlo sin recursos, luego de apenas haber completado un 8% de su extensión.
A principios de junio se aprobó el nuevo presupuesto estatal, que contempla 3.400 millones de dólares destinados a reforzar la seguridad fronteriza. No obstante, ni un centavo será usado para continuar con el muro. De esa obra solo quedarán tramos inconexos que suman poco más de cien kilómetros, con estructuras de nueve metros de altura y una base de tres metros enterrada.
La información fue confirmada al medio The Texas Tribune por la senadora Joan Huffman, una de las responsables del presupuesto estatal. Huffman explicó que los fondos irán mayoritariamente al Departamento de Seguridad Pública y a la Guardia Nacional de Texas, quienes están encargados de detener migrantes bajo la Operación Estrella Solitaria, promovida por el propio Abbott.
“No es que no creamos que sea una necesidad constante asegurar la frontera. En mi opinión, siempre debió haber sido una función del Gobierno federal, y en realidad no se estaba haciendo”, señaló la senadora.
Andrew Mahaleris, portavoz del gobernador, afirmó que Texas ha podido ajustar sus medidas gracias a las acciones que está llevando a cabo la Administración Trump en el sur del país. “Texas continuará manteniendo una sólida presencia con nuestros socios federales para arrestar, encarcelar y deportar a inmigrantes ilegales”, indicó Mahaleris. También aseguró que tanto el Departamento Militar como el de Seguridad Pública continuarán sus misiones, aunque no hizo mención alguna a la continuación del muro.
La construcción comenzó en diciembre de 2021, con materiales y mano de obra local. Se tenía previsto avanzar por terrenos estatales y propiedades privadas cuyos dueños dieran su consentimiento. Finalizar el muro requería más de 20.000 millones de dólares y una planificación de al menos tres décadas. Desde su inicio, el plan fue objeto de duras críticas, especialmente por parte de defensores del medioambiente y organizaciones pro derechos humanos, quienes lo consideraron innecesario e ineficaz.
Pese a las objeciones, el proyecto recibió siempre el respaldo del presidente Donald Trump. En enero, poco después de iniciar su segundo mandato, el mandatario elogió a Abbott, a quien calificó de “gobernador imbatible”.
También aseguró que, con él al mando, la barrera se completaría “muy rápido”. “Quería que alcanzara los 15 o 18 metros de altura”, afirmó. “Me encanta la construcción”. Agregó que el diseño, hecho con concreto reforzado y acero endurecido, podría detener incluso a “los escaladores más expertos”. “A veces se sacrifica la belleza por la eficiencia”, remató.
Ese mismo mes, la Comisión de Instalaciones de Texas, responsable de la obra, anunció que tenía como objetivo alcanzar los 160 kilómetros construidos para 2026. No obstante, en abril, el gerente del proyecto reconoció que solo había fondos para concluir 133 kilómetros.
En paralelo, Abbott declaró que los trabajos avanzaban en el condado de Maverick, al sur del estado, cerca del Río Grande. “La Operación Estrella Solitaria brinda la protección que los texanos necesitan y merecen debido a la crisis fronteriza del presidente Biden”, escribió en su cuenta de X, junto a un video en el que se observaban grúas y trabajadores levantando el muro.
Poco después, el gobernador publicó imágenes de un tramo finalizado y aseguró que “un futuro más brillante y seguro” estaba “a la vuelta de la esquina”. Desde entonces, ha evitado hacer comentarios públicos sobre el estancamiento del proyecto.
A pesar del silencio del mandatario, las reacciones no han tardado en llegar. El senador demócrata texano Roland Gutiérrez no escatimó en palabras y calificó la obra de “porquería”.
“Gregg Abbot desperdició 3.000 millones de dólares de nuestros impuestos en un muro de porquería para su propaganda fronteriza”, escribió Gutiérrez en X. Por su parte, el analista político Joel Montford también arremetió contra el proyecto, al que calificó de “inútil” y “completamente fraudulento, que ha fracasado estrepitosamente en su objetivo y ha costado miles de millones a los contribuyentes”.