La Policía Nacional aprehendió al alcalde electo de Pocrí por presunto peculado, tras una investigación relacionada con proyectos no ejecutados del Conades...

- 07/07/2025 11:47
Estados Unidos se encuentra a las puertas de una nueva escalada en su política comercial bajo la administración de Donald Trump. A tan solo días del vencimiento del plazo impuesto el pasado 9 de abril para renegociar acuerdos con sus principales socios, Washington solo ha concretado compromisos con tres países: Reino Unido, Vietnam y una tregua con China. Así lo reporta el diario El País, que ha seguido de cerca las negociaciones multilaterales de las últimas semanas.
El presidente estadounidense fijó inicialmente un lapso de 90 días para reformular sus relaciones económicas internacionales bajo un esquema arancelario agresivo. Sin embargo, a 88 días del anuncio, el escenario es incierto. Mientras la comunidad internacional intenta entender las señales provenientes de la Casa Blanca, Trump ha puesto una nueva fecha clave sobre la mesa: el 1 de agosto.
Según informó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, a partir de ese día se harán efectivos nuevos aranceles para aquellos países que no hayan sellado un acuerdo bilateral. Scott Bessent, secretario del Tesoro, confirmó esta postura en una entrevista con CNN, en la que aclaró que los gravámenes del 2 de abril —que excluyeron a México y Canadá— serán activados automáticamente para quienes no lleguen a un arreglo antes de la fecha estipulada.
“No es una nueva fecha límite. Si quieren pactar antes, excelente. Si no, volveremos a las tasas anteriores”, declaró Bessent.
El mandatario republicano advirtió que enviará cartas a “10 o 12 países” con las decisiones arancelarias, aunque no precisó cuáles ni los porcentajes. Sí adelantó que podrían ir desde un 10% hasta un 70%, dependiendo del producto y del país afectado.
Una de las regiones más impactadas por esta incertidumbre es la Unión Europea. De acuerdo con datos de 2024, el comercio transatlántico supera los 870 mil millones de euros anuales, con un volumen diario de 2.400 millones. El déficit estadounidense ronda los 200 mil millones, y Trump ha puesto el foco en equilibrar esa balanza mediante aranceles.
Las conversaciones en Bruselas se han intensificado en los últimos días. No obstante, El País señala que persiste una sensación de frustración entre los diplomáticos europeos, quienes temen que cualquier pacto con Estados Unidos sea incompleto o incluso desequilibrado. Sobre la mesa hay cifras como un 17% para productos agrícolas europeos, que se sumarían a aranceles ya vigentes del 25% en automóviles, 50% en acero y aluminio, y 10% general para diversos productos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconoció la posibilidad de alcanzar solo un “principio de acuerdo” que deberá afinarse posteriormente. Entre los Estados miembros, se percibe una urgencia por cerrar un pacto antes del 1 de agosto, aunque el precio a pagar aún no está claro.
Mientras Bruselas debate, otros países también han intensificado contactos con Washington. Corea del Sur, Japón, Tailandia y otros socios del Indo-Pacífico han buscado acercamientos diplomáticos para evitar medidas unilaterales. En el caso de Japón, Trump ha exigido más importaciones de arroz y criticado duramente la balanza comercial en automóviles.
El caso de Vietnam ha sido ilustrativo: a cambio de evitar sanciones mayores, Hanói aceptó un arancel del 20% para sus exportaciones. Aunque mayor al estándar del 10% anunciado inicialmente en abril, es inferior al 46% con el que se les amenazó inicialmente.
“Los países pequeños probablemente acepten nuestras condiciones por carta”, dijo Bessent, asegurando que en las próximas 72 horas se concretarán varios acuerdos.
Con la fecha del 1 de agosto como nuevo punto de inflexión, la política arancelaria de Trump avanza hacia un entorno global más fragmentado y tenso. Lo que en un principio fue un intento de “reequilibrar” las relaciones comerciales, podría derivar —según advierten analistas y diplomáticos europeos citados por El País— en un nuevo episodio de caos económico e imprevisibilidad, como ya ocurrió durante su primer mandato.
Para las próximas horas, se esperan anuncios decisivos desde Washington. Mientras tanto, el mundo se mantiene a la expectativa de si los acuerdos llegarán a tiempo o si se desatará una nueva ola de medidas proteccionistas que reconfiguren el comercio internacional.