¡Panameños, a la calle!

Actualizado
  • 13/09/2011 02:00
Creado
  • 13/09/2011 02:00
Cuando uno lee la proclama de Arnulfo Arias, llamando a la resistencia, puede imaginar que escucha su voz. Frases cortas y contundentes;...

Cuando uno lee la proclama de Arnulfo Arias, llamando a la resistencia, puede imaginar que escucha su voz. Frases cortas y contundentes; un llamado a la rebelión que inicia diciendo: ‘Pueblo Panameño. Les habla el Presidente Constitucional. Ha llegado la hora de actuar ¡A la calle!’

Es posible leer esa proclama porque los norteamericanos la registraron entre sus informes clasificados. Ya no lo son. Sin embargo, en un ánimo de expurgar el documento, amerita decir que al pie del mismo se puede leer en inglés y escrito a mano esta precisión: ‘La Zona del Canal asume que esto había sido distribuido probablemente grabado, pero no hay indicación de que actualmente haya sido usado en radio.’ Pero los panameñistas sí tienen indicación de una proclama de Arnulfo que fue usada en radio. Los copartidarios y simpatizantes de Arnulfo, aún recuerdan cuando transmitieron una grabación con la enardecida arenga de Arnulfo, gracias a ‘Michelle’. Este fue el nombre que dieron a una radio clandestina que montaron y operaron desde la antigua Zona del Canal. ‘Nosotros le llamábamos Michelle a la radio clandestina’, recuerda Juan Chevalier, secundado por Enrique Zarak. Este amplía que cuando iba a salir la emisora al aire nombraban: ‘Michelle’, porque así se llamaba la hija de la dueña de la casa a donde se escondían. ‘A las ocho de la noche va a salir Michelle… entonces todo el mundo sabía que a las ocho iba a salir la emisora’, rememora Enrique.

Alvin Weeden también sabe de la radio. Recuerda que se vio obligado a permanecer en la Zona tras el golpe. ‘Yo me pasé allá prácticamente dos semanas sin ir a Panamá, porque comenzamos a montar la emisora clandestina’, recuerda. También evoca que ‘la proclama de Arnulfo Arias’ se transmitió por esa emisora clandestina que Rodolfo Delgado, arnulfista experto en comunicaciones, había ayudado a montar. Recuerda Weeden que, hacerlo, resultó algo cómico, porque, quienes estaban supuestos a trepar los árboles enormes para fijar las antenas de la emisora, era la gente de Toti Suárez, Bucho Pinzon y los Boinas Negras, pero al final no vino ninguno. Los gringos los habían llevado detenidos para Corozal. Zarak recuerda, sin embargo, que en una ocasión acompañó a Panamá, a la dueña de la casa donde se escondían. Compraron unos casetes y los introdujeron con la grabadora en Corozal, justo donde estaban retenidos Toty Suárez y otros. Entonces ellos grababan y por la cerca devolvían los casetes, ya grabados, y se transmitían las proclamas y las solicitudes.

Weeden recuerda que quedaron con la emisora, pero sin locutores y sin las personas que iban a ayudar a instalarla; entonces relegaron a segundo término este inconveniente y compraron unas enormes sogas y como él (Weeden) era el más delgado del grupo, la misión que se le encomendó fue subir por el entramado de esos árboles, para que otros le lanzaran la soga. ‘Yo subía a la primera rama, y así, a la siguiente’, rememora. Era un árbol que superaba los 40 metros y se debía escalar ‘para fijar las antenas’. Estas antenas, en realidad, no eran más que un alambre alargado de un árbol al otro, situados en las narices de la ciudad de Panamá. Era ‘una de las casas que estaba frente de lo que ahora es el mercado de abasto’, reveló.

Weeden recuerda que desde allí alcanzaron a ‘transmitir durante casi tres semanas’ cuidándose de los helicópteros norteamericanos. Chevalier también evoca que, desde la casa donde se escondían, se veía la pista de Albrook; y cuando iniciaban las transmisiones ‘por la emisorita’, el resto observaba hacia la pista porque, tan pronto alzaba vuelo una avioneta ‘buscando la triangulación para ver por dónde estaba la emisora’ avisaban: ‘¡Apaga que subió la avioneta!’ Weeden, por su lado, también recuerda la precaución que se imponían para no salir de la casa; evitaban llamar la atención, pero a las 5 de la mañana transmitían ‘los partes de la guerrilla, los ataques que se hacían a la Guardia Nacional en distintos puntos del país, y la proclama de Arnulfo’, entre otros mensajes radiados. Recuerda especialmente la proclama: ‘Nos llegó en un casette y la transmitimos; esa grabación se hizo cuando Arnulfo estaba en la Zona del Canal’.

Pero pronto los insurgentes de la radio debieron cesar sus transmisiones. Por un lado, Arnulfo Arias, ‘engañado por los gringos’, dejó atrás la Zona del Canal, y por el otro ‘Michelle’ fue desaparecida para siempre. Según Weeden ‘el mensaje de despedida de Arnulfo’ también fue transmitido. ‘A mí sí me tocó hacerlo una mañana’, revive. Le correspondió ‘leer la última proclama de Arnulfo, diciendo que iba a los EU, a seguir luchando en los organismos internacionales contra el golpe.’ Enrique Zarak, por su lado, habló del sacrificio final de Michelle: ‘Esa radio terminó en el Lago Gatún; allá la fueron a echar, porque los americanos ya le estaban cayendo encima’.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus