La Otras formas de sentir el mundo y la felicidad

‘Doris está en su ambiente cuando está en el agua’, comenta Palacios, a lo que Rufina Ortega añade: ‘Le encanta nadar, y le gusta hacerlo por largo rato. ¡Cómo se enoja si la llevas a la piscina y la sacan al poco rato’.

Otra actividad que le gusta a Joyce es viajar en carro, comentan Palacios y Ortega que ella, sin ninguna ayuda, se trepa sola al vehículo y se acomoda en su asiento. ‘Cuando se sube, por lo menos una vuelta hay que darle para que se sienta contenta. Ella sabe cuando el carro anda y cuando no y si uno no le da una vuelta, se pone muy, pero muy disgustada. Para darse cuenta de eso, no hay que ser experto’, menciona Palacios.

Cuenta Rufina Ortega que desde niña, cuando la llevaban al parque o a alguna área de juegos, Doris sentía un particular agrado por utilizar columpios e impulsarse con los pies: ‘Ella sola aprendió a usar el columpio y por su cuenta se subía a ellos y se impulsaba sin que nadie la ayudara’.

–Para las fiestas de diciembre, siempre hay personas que llevan a las niñas al centro comercial o a comer o a cualquier lado– cuenta Rufina–. En esas excursiones nos llevamos a Doris, inclusive ella ha entrado al cine– cuenta la trabajadora social–. Sí, seguramente se preguntará qué hacía Doris en un cine, ya que es una actividad que requiere de la visión y el oído; pero, aunque no lo pueda apreciar, el simple hecho de estar fuera de la casa la alegra.

Sin embargo, así como Doris demuestra fácilmente su felicidad; también demuestra cuando algo no le agrada o cuando está triste: ‘Doris tiene algo que a usted y a mí nos hace falta’, comenta Rufina Ortega, ‘Quizás no podrá ver si alguien la desprecia o le hace una mala cara, mas lo percibe. Cuando alguien se le acerca y no le da buena espina o no le agrada, ella lo rechaza, inmediatamente le retira el contacto, narra la trabajadora social.