El Cangrejo, un barrio que resiste

Actualizado
  • 10/09/2016 02:00
Creado
  • 10/09/2016 02:00
En la zona está ubicado el Parque Andrés Bello como uno de los pocos espacios verdes que quedan en la ciudad capital

La balacera que se registró en la madrugada de este sábado 3 de septiembre en un bar karaoke de la vía Argentina fue una ‘crónica anunciada'. Los residentes de El Cangrejo ya lo esperaban, pero el hecho ha reanudado el debate entre los vecinos sobre las consecuencias de los abruptos cambios que experimenta este barrio, fundado en la década de 1950.

Las quejas de los residentes no empezaron este fin de semana. Desde hace años, han estado luchando por la conservación del barrio, al que parece haber sofocado el éxito comercial de la zona.

No se trata solo de locales nocturnos inmersos en áreas residenciales, sino de un sin fin de proyectos masivos de vivienda en un espacio sin infraestructura apropiada.

JEAN MARIE GUARDIA - RESIDENTE DE EL CANGREJO

‘Las calles de El Cangrejo son usadas como estacionamientos de los funcionarios del MEF'

Jean Marie Guardia, residente de El Cangrejo desde hace 40 años, pertenece a la segunda generación de familiares que han elegido esa zona para vivir. Sus hijos (tercera generación) también se quedaron en el lugar. Desde su apartamento, en un edificio de solo seis plantas en la calle Alberto Navarro, pudo escuchar las detonaciones de bala en la madrugada del sábado. Al igual que muchos vecinos, Guardia se había quejado en varias ocasiones del gran escándalo que generaba el local donde se registraron los hechos y de la actividad nocturna que requería control. La Policía se presentaba, cuenta, pero el establecimiento no dejó de funcionar.

El Cangrejo pertenece al corregimiento de Bella Vista, donde residen 33,393 personas, según las estadísticas al 1 de julio de 2016 de la Contraloría. Los vecinos calculan que en la zona viven unas 8 mil personas que, al igual que los residentes de otras áreas de la ciudad, sufren las secuelas de un crecimiento urbanístico desordenado.

Guardia, por ejemplo, ha tenido que invertir en vidrios aislantes en las ventanas de su residencia y aun así el ruido de los trabajos de construcción por el día y de los locales de fiesta por las noches, se cuela en cada rincón de su hogar.

En la acera de enfrente se levanta un complejo de seis edificios, de los cuales hasta el momento solo dos están construidos. Se trata del proyecto Luxor, entre la calle Alberto Navarro y Eric del Valle, donde ya están a la venta las torres proyectadas.

Pero no son las únicas ni el último proyecto de la zona. En la calle Arturo Motta, en el área conocida como el ‘Gheto de Varsovia', se levanta el proyecto Carreras Tower, del que los vecinos también se han quejado.

A pocos metros y sobre la misma calle hay un lote baldío que, temen, en cualquier momento, alojará una nueva torre, en medio de viviendas unifamiliares.

Lucas Arango reside desde hace 27 años en el denominado ‘Gheto', cuando se construyó el área residencial con casas unifamiliares. Para él, uno de los mayores inconvenientes es el pesado tráfico de la zona. En broma y en serio, explica que los residentes de algunos de los complejos tardan hasta quince minutos en salir desde la garita de seguridad hasta la calle principal, debido a los constantes atascos. Las quejas han sido planteadas a las autoridades. En septiembre de 2014, hace dos años, se envió una misiva al alcalde José Blandón y al Sistema Nacional de Protección Civil para ponerlos al tanto de los problemas básicos de infraestructura, entre los que señalaron la falta de aceras. Cartas similares han sido enviadas al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y al Ministerio de Ambiente. En ellas se cuestiona la aprobación de proyectos urbanísticos que se toman la servidumbre pública y que se aprueban con estudios de impacto ambiental mal categorizados. Están acabando con el corazón de la ciudad, dicen.

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