Arnulfo Arias y sus primeros pasos hacia el poder

Actualizado
  • 28/08/2017 02:03
Creado
  • 28/08/2017 02:03
El título de médico cirujano y las nupcias con Ana Matilde Linares abrieron a Arnulfo Arias Madrid las puertas a las clase dominante panameña y propiciaron su ascenso al poder político

Se ha escrito mucho sobre la vida de Arnulfo Arias Madrid, quizá la figura más controversial de la política criolla desde que en 1931 liderara el primer golpe de estado ocurrido en Panamá en contra de un gobierno constituido.

Arnulfo, era el hijo menor de Antonio Arias, costarricense; y de Carmen Madrid, penonomeña. Gracias a las conexiones de su hermano mayor Harmodio Arias, un prominente abogado y al apoyo de una hermana que estaba casada con un americano se fue a estudiar a los Estados Unidos, en donde años más tarde se gradúa con honores como doctor en medicina en la prestigiosa universidad de Harvard. Para tener una idea de lo que significó este logro, no fue hasta sesenta años después, 1980, cuando otro estudiante latino pudo recibirse de medicina en esta universidad.

En 1925 regresó a Panamá y consigue trabajo como médico cirujano en el hospital Santo Tomas. Una noche estando de guardia recibe en urgencia al joven Francisco Linares quien había sufrido un grave accidente automovilístico y era hijo de Enrique Linares, uno de los más respetados miembros de la sociedad panameña y padre de Ana Matilde.

Las visitas como médico a la residencia de los Linares le permitieron conocer y cortejar a la hija mayor de la familia con la que contrae matrimonio en 1927, luego de un breve noviazgo de un año.

Arnulfo, solo tenía 26 años y su encumbrado casamiento le dio acceso a la aristocracia panameña. Con este nuevo escenario decide establecer su propia clínica privada y para tal efecto se asocia con el médico venezolano radicado en Panamá José Rafael Wendehake.

En 1930 inicia su participación en política y se inscribe en el movimiento Acción Comunal, que tenía su local en calle novena y cuyo símbolo más emblemático era una bandera morada, color que años después recoge Arnulfo para su partido.

Durante el gobierno de Ricardo J. Alfaro, es nombrado en el importante cargo de jefe del departamento de salud pública. Es por estos años que se da a conocer en especial en el Santo Tomas donde era usual que atendiera gratuitamente a los más humildes, acción que le valiera el reproche de algunos colegas.

En 1935, siendo ya una figura cívica muy conocida, Arnulfo crea el Partido Nacional Revolucionario y proclama la candidatura de Juan Demóstenes Arosemena.

Al año siguiente, luego de que su candidato ganara la presidencia de la república, este, premia su lealtad con el cargo de ministro plenipotenciario y enviado extraordinario del gobierno panameño ante varios países europeos.

Eran los años tumultuosos que presagiaban la segunda guerra mundial y el ascenso al poder de los gobiernos totalitarios. Como diplomático le correspondió participar en la liga de naciones en Ginebra, durante la discusión de importantes temas limítrofes alemanes.

Arnulfo no descansaba y decide estudiar francés para luego tomar un post grado en ginecología y obstetricia en la universidad de Paris.

París le fascinó desde el primer momento, con sus majestuosas avenidas bordeadas de arboles, sus deslumbrantes tiendas, sus mujeres hermosas y liberales, sus maravillosos restaurantes, su extenuante y variada vida nocturna y el bonito apartamento que había conseguido a un buen precio.

LA VIDA EN EUROPA

Las puertas del taxi se abrieron: un fuerte olor a cigarrillo se desprendía del auto, un hombre de cabello ensortijado acompañado de una dama elegante salieron del carro: eran Arnulfo y Ana Matilde.

Desde los nueve años, Ricardo Bustamante es coleccionista de estampillas, monedas, documentos, posters de películas, juguetes y libros antiguos. A su paso se ha encontrado con parte de historia de panamá, que quiere compartir con los lectores de ‘la estrella de panamá' en este espacio y durante los.

Eran las diez de la noche y la ciudad luz hervía de entusiasmo. Un piano presidía el salón principal del hotel. Al entrar la pareja, el encargado, que los conocía, se apresuró a conseguirles una mesa cerca de la chimenea. Como ya era costumbre Ana Matilde dejó su abrigo de piel de leopardo con el encargado mientras su compañero aprovechaba para saludar a algunos parroquianos a los que conocía. Mientras comían opíparamente sentía que estaba recuperando el tiempo perdido. Hasta sus doce años el solo había conocido un par de zapatos negros ya que su familia era grande y humilde. Ahora contemplando a Ana Matilde pensaba como la suerte le había acompañado. Su empeño y su dedicación le habían labrado un prometedor futuro.

No había podido tener hijos es cierto producto de la grave lesión que sufrió mientras jugaba balompié en Estados Unidos, pero aparte de eso la vida le sonreía y él se sentía predestinado para mejores cosas. Fue en esta época y de brazos de Ana Matilde que descubrió su afición por la pintura y las antigüedades.

Ambos aprovechaban cada visita que hacían por las ciudades europeas para adquirir las más hermosas piezas posibles. En Hamburgo, se hizo de una hermosa estatua de mármol de Carrara Doncella, en Lieja; de la obra Princesa y Esclava, en Francia; un hermoso bronce de Napoleón a caballo, dos hermosos cuadros de Degas y una de las primeras ediciones del El Quijote, entre cientos de piezas que le acompañaron toda su vida.

DE EUROPA A LA PRESIDENCIA

Una mañana Arnulfo, se despertó antes de que sonara la campanilla del reloj y de inmediato se dio cuenta de que algo había sucedido. Los ruidos de la calle eran más fuertes y había mucha más gente que de costumbre. Era la guerra, Alemania había invadido a Polonia.

Repentinamente muere en Panamá el Dr. Juan D. Arosemena y el cargo de presidente es asumido por el primer designado, el doctor Augusto S. Boyd. Avisado por su suegro y su hermano, Arnulfo regresa precipitadamente de Europa para aceptar la candidatura presidencial por el oficialismo.

El torneo electoral estuvo lleno de irregularidades, al punto que provocaron la renuncia del único contendiente, el doctor Ricardo J. Alfaro. Despejado el camino y ya sin rival Arnulfo gana cómodamente. El primero de octubre de 1940, asume el cargo como presidente de Panamá. Atrás quedaban los mejores años de su vida con las famosas noches en el cabaret de Josephine Baker, El Lido El Moulin Rouege el Au Lapin, etc.

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