Testimonio de un diario que se resiste a desaparecer

Actualizado
  • 14/12/2018 01:04
Creado
  • 14/12/2018 01:04
Miguel Henrique Otero, presidente del diario ‘El Nacional' compartió con ‘La Estrella de Panamá' la dura batalla que enfrentan en un sistema antidemocrático que diluye la posibilidad de subsistir en el papel

No es el adiós definitivo, pero sí un hasta luego, así califica Miguel Henrique Otero, presidente del diario El Nacional , el cese de la edición impresa del rotativo que dirige y que desde hace 75 años se ha posicionado como el periódico más importante en Venezuela.

El directivo de medios, que en la actualidad reside en España, producto del exilio, confirmó en entrevista exclusiva vía telefónica a La Estrella de Panamá, que hoy saldrá al mercado la última edición impresa del ejemplar miembro del Grupo de Diarios de América.

Las causas, según explica, son totalmente atribuibles al gobierno del país suramericano. De acuerdo con Otero, se trata de un populismo autoritario, con el que se impuso la hegemonía comunicacional como un reflejo, a largo plazo, del modelo cubano.

‘Con esa misma rotativa vamos a publicar el titular ‘Venezuela regresa a la democracia”,

MIGUEL HENRIQUE OTERO

PRESIDENTE DE ‘EL NACIONAL'

‘Fueron cerrando las ventanas de la libertad de expresión, primero con la radio y la televisión', asegura. Así se implementó la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, lo que condujo a la autocensura, al cierre definitivo de Radio Caracas Televisión y, posteriormente, a la arremetida contra los medios impresos, que aunque no son concesión del Estado, dependen de la adquisición de materia prima en moneda extranjera.

‘Crearon un mecanismo para que no pudiéramos adquirir papel y fueron desapareciendo uno a uno', explica.

La realidad es que, ahora, ‘los venezolanos pierden un bastión de la democracia, una institución' de la que se sentían dueños y que era parte de la identidad nacional.

El exdirectivo de la Sociedad Interamericana de Prensa atribuye la duración de la batalla que protagonizaron para mantenerse en pie, hasta ahora, a la solidaridad de diarios como El Universal , de México; La Nación , de Costa Rica y El Tiempo , de Colombia, entre otros del continente, además de medidas de racionamiento y reducción de la paginación. ‘Logramos alargar ese momento, pero ya no podemos; el papel era un elemento clave dentro del acoso y la represión'.

SUPERVIVENCIA

Para el ejecutivo reconocido por la Fundación Diario de Avisos, en los Premios Taburiente, enfrentar una dictadura sofisticada y represiva es el mayor desafío de los medios venezolanos.

‘En ningún país han vivido eso', lamenta, incluso los espacios digitales están sometidos a bloqueos a través de las compañías telefónicas, además de la reducción de la conexión a Internet.

La represión del periodismo ciudadano es el pan de cada día, subraya. Y es que las detenciones y amenazas, incluso a tuiteros, son una realidad, reduciendo mediante estos mecanismos el impacto de las redes sociales.

ESPERANZA DIGITAL

Con espíritu de guerrero, Otero comparte que, aunque el camino por transitar requiere la reestructuración de la planta, se abre la esperanza a través de la plataforma web, operante desde 1995 y donde se direccionará el potencial de sus periodistas.

En 2010 contaban con una fuerza laboral de 1,100 empleados y ahora son 280. ‘Los empleos se destruyeron en el camino, tuvimos que cerrar revistas, suplementos'. Sin embargo, existe una plena disposición a seguir trabajando para informar, con el mismo profesionalismo, desde la trinchera digital, con la certeza de que ‘esto es temporal y el régimen no va a durar mucho'.

Indica que, hoy en día, la plataforma web, además de robusta, está reconocida como la de mayor tráfico en Venezuela y una de las más poderosas. ‘No nos van a doblegar ni nos van a detener, vamos a seguir haciendo lo mismo en la web con un potencial mucho mayor, esperando que el régimen caiga, que va caer en algún momento, y ahí retomaremos nuestra empresa', recalca.

A los lectores, les confiesa que seguirán ‘luchando y no tienen que pensar que nos vamos a doblegar, vamos a seguir en la pelea y denunciando hasta que el régimen sucumba ante esta realidad terrible, que es una narcodemocracia de las más terribles que ha tenido el continente'.

Con gran certeza y sin titubeos, Otero sostiene que ‘ahí está la rotativa; con esa misma rotativa vamos a publicar el titular: Venezuela regresa a la democracia'.

ATAQUES

Elías Pino Iturrieta, historiador, profesor universitario y editor de El Nacional , señaló, a través de un contacto telefónico, que además de la restricción del acceso regular a la compra de materia prima, las medidas judiciales y ataques contra los miembros de la junta directiva del medio y su propietario, desencadenaron la censura que hoy intentan burlar mediante la generación de contenidos en la web.

censura

Un estudio del  Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPYS Venezuela), denominado ‘El Estado de la Censura de Internet en Venezuela’ (2018), señaló que “la censura en Venezuela parece ser un síntoma de su profunda crisis económica y política, que se considera la crisis más grave en la historia del país. Esto es fuertemente sugerido por el bloqueo de numerosos sitios web de cambio de moneda, así como por el bloqueo de noticias independientes y blogs que discuten la corrupción y expresan críticas políticas”.

El catedrático, miembro de la Academia Nacional de Historia de Venezuela, refiere que este proceso se dio en medio de 'una gran estrechez', con una redacción menguada pero con 'la fortuna de tener un equipo batallador, competente y dispuesto a continuar'.

'Estamos ante un cerco propio de una dictadura', indica, en donde el acceso a la información oficial es otro de los grandes retos; 'los organismos públicos cierran con candado el portón a los requerimientos de los periodistas', aclara.

A ello añade las violaciones a la libertad, la persecución a los periodistas, la violencia física en las calles y  la censura, como los obstáculos que empañan el quehacer de todos los que ejercen el oficio de la comunicación en el país petrolero. Asegura que lo más  difícil es el trabajo del reportero, constantemente amenazado, coaccionado, por autoridades o grupos paramilitares.

Sobre la afectación social por la inexistencia del diario en versión impresa, indica que se perderá el “vínculo con una tradición de confiabilidad” además del contacto con la realidad, desde una óptica autónoma.

Pese a lo adverso, Iturrieta dibuja la tormenta no como el fin de la jornada, sino como una oportunidad periodística  para seguir dando la cara, comprometidos con la democracia, la cultura y los lectores.

Para Eduardo Quirós, presidente del Grupo Editorial El Siglo & La Estrella de Panamá, ‘ante el cierre de la edición impresa de El Nacional en Venezuela, toda América no puede dejar de lamentarlo y exigir que el régimen dé las condiciones para que el diario pueda volver a publicar'.

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