Democracia y empoderamiento

Actualizado
  • 31/03/2019 01:00
Creado
  • 31/03/2019 01:00
La democracia de partidos ha terminado, se han desconectado hasta tal punto de la sociedad en general, que ya no parecen capaces de ser el soporte de la democracia en su forma presente

Aunque no siempre de modo claro e inteligible, en la compleja arena del poder político nacional progresivamente han tenido lugar algunos desplazamientos significativos en los modos de pensar y actuar subjetiva y colectivamente, los cuales paulatinamente han ido configurando nuevos sujetos sociales que se expresan en movimientos de mujeres, de jóvenes, de ambientalistas, comunitarios, de diversidad sexual, entre otros. Se trata a la vez de novedosas y enriquecedoras agendas y rebeldías como nuevos retos para los proyectos de democracia y ciudadanía tanto en el plano formal de lo normativo como en la cultura.

GOBERNAR EL VACÍO

Es con esta expresión como denominó Peter Mair (1951-2011), uno de los principales politólogos contemporáneos cuyos estudios del cambio en los partidos y sistemas de partidos ilustraron el proceso amplio y preocupante que él caracterizó en su libro póstumo publicado en 2013, como ‘banalización de la democracia occidental', un fenómeno político ‘especialmente perceptible desde el final de la Guerra Fría'.

‘EL RASGO MÁS SOBRESALIENTE DEL TÉRMINO EMPODERAMIENTO ES CONTENER LA PALABRA PODER, DE MANERA QUE SU USO ES UN LLAMADO DE ATENCIÓN SOBRE LAS RELACIONES DE PODER O DEL PODER COMO RELACIÓN SOCIAL'.

De acuerdo a Mair, la ‘banalidad democrática' tiene que ver con el hecho de ‘que el tiempo de la democracia de partidos ha terminado, asegurando que aunque los partidos permanecen, se han desconectado hasta tal punto de la sociedad en general y están empeñados en una clase de competición que es tan carente de significado que ya no parecen capaces de ser el soporte de la democracia en su forma presente.'

Además del problema de los partidos como organización, Mair plantea ‘un interés más amplio en las prácticas políticas divisorias de la democracia popular', a través, por ejemplo, de lo que llama el ‘partido cartel', ‘un tipo de partido que ha surgido en los sistemas democráticos y se caracteriza por la interpenetración del partido y del Estado y por la tendencia a la colusión entre partidos', y con su aparición lo que queda de la competición sustantiva entre partidos se refiere menos a diferencias políticas y más…- a la provisión de espectáculo, imagen y teatro.'

EL NIVEL LOCAL

Volviendo al contexto nacional, la idea democrática si bien continúa siendo un espacio siempre en disputa, esto es, un objeto de múltiples interpretaciones, lo cierto es que en las últimas décadas, progresivamente, se ha ido conformando una praxis política que enlaza relaciones híbridas y entrecruzadas las cuales constituyen actualmente un escenario de redes de relaciones de poder que exhiben una pluralidad de intereses y opiniones, a la vez que no reconocen espacios ganados o perdidos definitivamente.

Durante los últimos procesos electorales en nuestro país, por ejemplo, vamos encontrando cada vez menos campos estables que se enfrentan, y sí una multiplicidad de asimetrías que se articulan. Se trata del espacio democrático entendido como uno que muestra y esconde a la vez, donde la intencionalidad de la acción política se ensombrece hasta quedar detenida en un presente perpetuo... ¿Otra cara de la ‘banalización de la democracia' que avanza con pasos de siete leguas, según la perspectiva crítica que Peter Mair pudo vislumbrar? ¿Qué hacer?

EMPODERAMIENTO Y PARTICIPACIÓN

Igual al búho de Minerva que despliega sus alas en el crepúsculo (Hegel), también las ciencias sociales van por detrás de los procesos del mundo, esto es, necesitan ver sus contornos con nitidez y esto no sucede hasta que la forma de los procesos históricos es identificable. En el contexto actual de participación política, a la vez sugerente e incierta tanto para el pensamiento como para la praxis, parece necesario traer otra vez al debate democrático la cuestión del empoderamiento como una vía para replantear reflexionar sobre los sujetos políticos ya sean emergentes o ya existentes, y sus acciones en el tiempo global.

Para Magdalena León, reconocida socióloga feminista colombiana, el uso del término empoderamiento tiene sus raíces en la importancia adquirida por la idea de poder, tanto para los movimientos sociales como para la teoría de las ciencias sociales, enfatizando el discurso radical del movimiento por los derechos civiles para la población afroamericana en los años 60s, en Estados Unidos que identificó la búsqueda del ‘poder negro' como estrategia de reivindicación. (León)

MISIÓN Y VISIÓN

Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.

Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

En efecto, el rasgo más sobresaliente del término empoderamiento es contener la palabra poder, de manera que su uso es un llamado de atención sobre las relaciones de poder o del poder como relación social. Desde la perspectiva de las relaciones de poder, se valoran los términos empowerment y empoderamiento cuando significan dar poder y conceder a alguien el ejercicio del poder; el término implicaría potenciación y poderío, o en su forma verbal, empoderar, potenciar y apoderar.

En todo caso, los vocablos implican que el/la sujeto se convierte en agente activo como resultado de un accionar, que varía de acuerdo con cada situación concreta con la intención de impulsar cambios en la cultura, especialmente en los imaginarios sociales sobre la relación de los sujetos en el poder. El concepto se usa como sustituto de integración, participación, autonomía, identidad, desarrollo y planeación. (León)

El empoderamiento responde al deseo de contribuir a que las transformaciones de las relaciones de poder entendidas en su sentido más amplio vayan acompañadas de transformaciones en el lenguaje que reflejen nuevas construcciones e imaginarios sociales que impliquen una alteración radical de los procesos y estructuras que reproducen las posiciones subordinadas de los individuos.

En este sentido, tiene un papel destacado Paulo Freire, especialmente en su obra La pedagogía de los oprimidos, en la cual identifica las claves para entender la dinámica del aprendizaje transformador y liberador, atendiendo a aquellos procesos mediante los cuales la población oprimida y excluida se libera de las estructuras que limitan su participación social, intelectual y política, en un continuo que va desde la forma de conciencia no reflexiva, en que la persona es objeto y se encuentra sin capacidad de selección, hasta la visión de conciencia crítica, en la cual se pasa a una persona-sujeto que se encuentra con la realidad y participa con capacidad de tomar decisiones y transformar.

CONSIDERACIÓN FINAL

El empoderamiento permite aprender a ser capaz de parar lo indeseable, transformar las prácticas tradicionales y crear nuevas subjetividades y visiones políticas.

La autora es socióloga.

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